16 de septiembre de 2007

J.M. Whistler, un pintor irónico y combativo

James Abbot McNeill Whistler nació en Lowell, Massachusetts, Estados Unidos en 1834. Cuando tenía 12 años de edad, viajó con su familia a San Petersburgo, Rusia, en donde su padre construyó un ferrocarril. Allí vivió algún tiempo y recibió una educación esmerada, lo que -junto con la posición económica de su padre- le permitió codearse con la alta burguesía zarista y comenzó a estudiar arte. Cuando, años más tarde, viviría principalmente en Londres y París, siempre se presentaba a sí mismo como un aristócrata sureño que simpatizaba con la causa del Sur en la Guerra Civil Norteamericana.
Su madre no veía mucho futuro en sus estudios artísticos y lo indujo a seguir la carrera militar. Para ello viajó a West Point, a unos 80 kilómetros al norte de Nueva York, y se inscribió en la Academia Militar, de la cual fue reprobado por su “insuficiencia en Química”. Esto lo llevó a Arlington, un condado situado en Virginia, para incorporarse a la Marina de Guerra, donde aprendió la técnica del grabado al aguafuerte como cartógrafo de esa fuerza militar.
A los 21 años, tras la muerte de su padre heredó una pequeña suma de dinero con la cual viajó a París y estudió pintura con Charles Gabriel Gleyre (1806-1874), un conocido profesor y pintor suizo entre cuyos alumnos estaban, entre otros, Alfred Sisley (1839-1899), Claude Monet (1840-1926), Frédéric Bazille (1841-1870) y Pierre Renoir (1841-1919). Pronto se hizo admirador de la obra del pintor español Diego Velázquez (1599-1660) y de la pintura y el grabado japoneses, cuyos principales representantes eran Kitagawa Utamaro (1753-1806), Katsushika Hokusai (1760-1849), Andō Hiroshige (1797-1858) y Utagawa Kuniyoshi (1798-1861).


En 1859 se estableció en Londres, donde entró en contacto con el círculo de los prerrafaelitas, el grupo de artistas ingleses que consideran a pintores como Giotto di Bondone (1267-1337), Paolo Uccello (1397-1475) o Fra Angelico (1395-1455), anteriores todos ellos al pintor y arquitecto italiano Rafael Sanzio (1483-1520), como sus modelos por entender que en ellos el arte era puro, espiritual, sencillo y lleno de devoción. También entabló amistad con el pintor e ilustrador Dante Gabriele Rossetti (1828-1882) y el poeta y crítico literario Algernon Charles Swinburne (1837-1909), lo que provocó que su obra evolucionase del realismo hacia un mayor esteticismo.


Si bien a partir de entonces pasaría allí la mayor parte de su vida, volvería a Francia con frecuencia. Algunas de sus obras fueron bien recibidas por la Royal Academy y pronto se adquirió renombre, no sólo por su talento, sino también a causa de la brillante personalidad que lució en muchas tertulias. En 1888 se casó con la artista británica Beatrice Whistler (1857-1896), viuda de su amigo el arquitecto británico Edward William Godwin (1833-1886), con quien viajó a Venecia y vivió en París hasta que ella falleció.


Por entonces había comenzado a recibir reconocimientos y honores, entre ellos la Legión de Honor del Museo del Louvre, en Francia, y la membresía honoraria de la Academia de Bellas Artes de Múnich, en Alemania. En Europa cultivó la amistad de muchas personalidades del arte, entre las que se contaban Gustave Courbet (1819-1877), Charles Baudelaire (1821-1867), Édouard Manet (1832-1883), Edgar Degas (1834-1917), Stéphane Mallarmé (1842-1898) y Oscar Wilde (1854-1900), de quien se rió cuando descubrió su homosexualidad y con quien se cree que mantuvo un romance. Por entonces, vaya a saberse por qué, un periódico holandés anunció la muerte del pintor a causa un ataque al corazón; Whistler escribió al medio, afirmando que la lectura de su propio obituario le había provocado “un suave resplandor de salud”.


Muchas de sus obras se centraron en la elaboración de retratos femeninos de tono melancólico y finalmente elaboró pinturas mucho más refinadas, de gran delicadeza cromática que de algún modo sirvieron de preludio a la pintura modernista. Entre sus obras más conocidas merecen citarse “Symphony in white No. 1. The white girl” (Sinfonía en blanco Nº 1. La dama blanca), “Arrangement in grey and black. Portrait of the painter's mother” (Composición en gris y negro. Retrato de la madre del pintor), “Variations in pink and grey” (Variaciones en rosa y gris), “Harmony in blue and gold. The little blue girl” (Armonía en azul y oro. La niña azul), “Nocturne blue and gold. Old Battersea bridge” (Nocturno azul y oro. Puente viejo de Battersea) y “The princess from the land of porcelain” (La princesa del país de la porcelana), por citar sólo algunas.


El 20 de febrero de 1885 pronunció en la sala de conciertos Prince's Hall en Piccadilly, Londres, una conferencia pública sobre arte. En ella, entre otros conceptos, aseguró que “la naturaleza contiene los elementos, en color y forma, de todas las imágenes, como el teclado contiene las notas de toda la música. Pero el artista nace para recoger, elegir y agrupar con ciencia estos elementos, para que el resultado sea hermoso, como el músico junta sus notas y forma sus acordes, hasta que saca del caos una gloriosa armonía. Decirle al pintor que la naturaleza debe ser tomada tal como es, es decirle al ejecutante que puede sentarse en el piano. Que la naturaleza siempre tiene razón es una afirmación, artísticamente, tan falsa como una afirmación cuya verdad se da por sentada universalmente. La naturaleza rara vez tiene razón, hasta tal punto que casi se podría decir que la naturaleza suele estar equivocada: es decir, la condición de las cosas que producirá la perfección de la armonía digna de una imagen es rara y no común, en absoluto”. El texto completo de dicha conferencia fue publicado en 1916 bajo el título “Ten o'clock. A lecture” (Diez en punto. Una conferencia).


Además de manejar extraordinariamente los pinceles, también se destacó por su personalidad combativa, la que se manifestó en incontables polémicas con los críticos de arte de la época. En 1886, el periódico “The Observer” de Londres, publicó un artículo en el que se comentaba que durante el remate de una colección de sus cuadros en la Casa Christie & Manson, cuando se expuso a la consideración de los compradores el “Nocturne blue and silver. Chelsea” (Nocturno azul y plata. Chelsea), éste fue recibido con silbidos. La contestación de Whistler no se hizo esperar. Apelando a una profunda ironía, el 11 de abril de 1886 escribió al diario: “Al Editor: le ruego que, a través de su tan difundido periódico, se reconozca el distinguido, aunque me temo inconsciente, cumplido que me ha sido otorgado. Es raro que el reconocimiento, y tan completo, se haga durante la vida del pintor, y deseo se haga público el sentido total de esta excepción tan favorecedora a mi persona”.


Después de quedar viudo, Whistler había quedado profundamente desasosegado y sus últimos años fueron tristes. Aunque se mantuvo en contacto con los artistas contemporáneos y fundó y dirigió en Londres la International Society of Sculptors, Painters and Gravers (Sociedad Internacional de Escultores, Pintores y Grabadores), su período productivo había llegado a su fin. Falleció en Inglaterra en 1903. Sus restos descansan en la Iglesia de St. Nicholas en Chiswick, un distrito ubicado en el oeste de Londres, y algunos de sus cuadros hoy se venden a varios millones de dólares.