31 de enero de 2010

Esther Tusquets: "Que un libro se venda mucho no quiere decir que sea malo. Puede ser muy bueno también"

La editora y escritora española Esther Tusquets (1936) nació en Barcelona al poco tiempo de comenzada la Guerra Civil. Estudió en el Colegio Alemán de esa ciudad y luego Filosofía y Letras, especializándose en Historia, en la universidades de Barcelona y Madrid. Posteriormente dio clases de Literatura e Historia durante varios años en la Academia Carillo hasta hacerse cargo -a principios de los años sesenta- del negocio familiar, la Editorial Lumen, que dirigió durante cuarenticinco años. Empezó su carrera como editora con el proyecto de publicar no más de seis libros al año pero pronto esa cifra se elevó hasta treinta, aunque nunca sobrepasó el tamaño que le permitiese leer personalmente la totalidad de su catálogo. Con un estilo sereno, relacionándose de forma atípica, casi doméstica, con el equipo de profesionales que siempre trabajaron con ella, contribuyó decisivamente a la cultura cosmopolita de la Barcelona que fue referente cultural para toda España en las décadas de los sesenta y setenta. A finales de los años noventa, cuando las cifras del negocio amenazaban con obligarla a dedicar más tiempo a los números que a la literatura, vendió el 80% del sello a una multinacional y se jubiló poco tiempo después. En forma paralela a la edición, desarrolló su carrera como escritora que comenzó en 1978 con la novela "El mismo mar de todos los veranos", a la que siguieron "El amor es un juego solitario", "Varada tras el último naufragio", "Para no volver", "Con la miel en los labios" y "¡Bingo!". También ha publicado los volúmenes de relatos: "Siete miradas en un mismo paisaje", "Relatos eróticos" y "La niña lunática y otros cuentos"; además de ensayos, memorias y libros para niños. Flora de la Iglesia la entrevistó para el nº 25 de la revista "Quid" de diciembre de 2009.


¿Cómo es el trabajo de un editor?

En una editorial como la mía, que empezó de la nada, un editor hace de todo. Al principio corriges pruebas, llevas las cuentas, redactas los contratos y luego, el trabajo del editor es saber crear un grupo de gente a su alrededor, aparte de los empleados, amigos, gente con las que se toma copas y con la que se sale y te apoyan con ideas, te presentan gente. Después hay que leer trabajos, elegir y ajustar. Y si no eres un gran editor ni puedes dar premios millonarios, firmar cheques en blanco o atraer autores y escritores pagando más, tienes que redescubrir a los viejos autores. Es muy divertido.

¿Cómo se decide un editor por un sí o por un no?

No hay razones, es una cosa instintiva. Si tienes que defender algo en un comité de lectura, redactas una hoja con los motivos, pero antes de todo eso, lo principal es que te ha gustado. Luego se analiza el por qué. Si al principio te despierta una violenta atracción, algo que es poco frecuente, ya sabes que el libro será fantástico.

¿Cuál fue el primer éxito de Lumen?

El primero, de millones de ejemplares, fue "Mafalda" y el segundo "El nombre de la rosa". Antes habíamos sacado un libro de un fotógrafo que retrataba a las prostitutas más miserables sin que ellas se dieran cuenta, con la cámara debajo de la gabardina. Pero era algo impublicable para aquel momento. Logramos sacarlo y algún libro se vendió pero fue un fracaso.

¿Cuáles han sido las transformaciones de la industria editorial en estos últimos años?

No ha habido grandes cambios pero hoy se le da mucha más importancia al dinero, por ejemplo. Antes se hablaba de estos temas con el autor, ahora se habla con los agentes literarios. En aquel entonces los autores no tenían agentes que les administraran los derechos, lo hacían ellos y los contratos eran feroces en contra del autor. Se sentían indefensos y muy poco capacitados para discutir esos temas; hacía falta que la cosa cambiara.

¿Cómo cree que va a impactar el auge de los E-Books en el libro tradicional?

El libro en papel seguirá existiendo porque es un diseño que está muy aceptado. Cuando yo era joven decían que se había acabado el teatro porque la gente iba a ver todo en cine y no fue así. Lo mismo pasa con la poesía, que se sigue editando. Seguirá habiendo libros tradicionales y las nuevas técnicas tienen también grandes ventajas. Es fantástico que un autor importante esté en Internet. Yo estoy a favor de estas cosas nuevas, el invento está bien.

A los treintinueve comenzó a escribir y su primer libro salió publicado a los cuarentiuno. ¿Qué pasó en su vida?

Siempre supe que iba a escribir y llegó un momento en que pensé que tenía que hacerlo ya. De los veinte a los cuarenta no había escrito nada, sólo cartas. A los treintinueve decidí empezar un libro y acabarlo. Me llevó un año y eso que lo escribí a escondidas.

¿Por qué a escondidas?

Porque me parece que las cosas se estropean si se hablan y además no estaba segura de terminarlo, no estaba segura de que saliera algo mínimamente mostrable y nadie lo supo hasta veinte días antes de que fuera a la imprenta. El nombre del libro era "Y Wendy creció", es el nombre del último capítulo de "Peter Pan", pero lo leyó José Antonio Vilanova y me dijo: "El título no me acaba de convencer, ¿quieres que lea el libro y te marque algunos títulos posibles?". Y los marcó y salió que el título era "El mismo mar de todos los veranos".

¿Cómo desarrolla sus novelas dentro de su cabeza?

Antes de empezar a escribir tengo una idea general del libro, y más o menos imaginadas algunas escenas. Entre una cosa y otra, hay que rellenar. No tengo muchos personajes en mis libros, pero desde el principio sé bastante bien cómo van a ser.

¿Por qué el amor es el tema más recurrente en la literatura?

El amor es un elemento muy rico, es muy difícil sustituirlo. Es un tema muy atractivo tanto para el que escribe como para el que lee. Puede haber grandes novelas o grandes cuentos que traten de otras cosas pero el amor es uno de los grandes ingredientes no sólo en la literatura sino también en el cine y el teatro.

¿Cuáles son las fallas de la industria editorial en estos momentos?

Los libros que he rechazado y que he pensado que son impublicables, luego los veo en las librerías. Hay demasiados libros. De cada diez libros que se editan, tres se podrían suprimir. Sin duda se publica demasiado y eso ocasiona que los libros tengan una vida muy breve.

¿Cuál es el motivo por el que alguien elige determinado libro para comprar y no otro?

Hay libros que se convierten en obligados, que se compra todo el mundo. Es un poco casual y luego la editorial aprovecha. No creo que el editor cree los "best-sellers" desde acciones de "marketing", ayuda más el boca a boca. Y la venta tiene que ver con la calidad, que un libro se venda mucho no quiere decir que sea malo. Puede ser muy bueno también.

¿Cuál es su próximo libro?

Tengo encargado uno que se llama "Pequeños delitos abominables", son cosas irritantes que
hace la gente y que nos fastidian a todos.

¿Es importante el humor para escribir?

Hay grandes escritores que no han tenido ningún sentido del humor, pero a mí el humor me parece fundamental, no sólo para escribir, sino para vivir.