29 de julio de 2019

Cristóbal Colón. El "descubrimiento" de América y su "evangelización"

"El nuevo cielo y tierra que decía Nuestro Señor por San Juan en el Apocalipsis me hizo a mí mensajero y me mostró aquella parte".
"Así que pues nuestro Redentor dio esta victoria a nuestros Ilustrísimos Rey y Reina y a sus reinos famosos de tan alta cosa, adonde toda la cristiandad debe tomar alegría y hacer grandes fiestas y dar gracias solemnes a la Santa Trinidad, con muchas oraciones solemnes por el tanto ensalzamiento que habrán en tomándose tantos pueblos a nuestra Santa Fe, y después por los bienes temporales que no solamente a la España, mas a todos los cristianos tendrán aquí refrigerio y ganancia".

"Porque esperamos en aquel alto Dios que si ha de haber antes de grande tiempo buena y grande renta de las islas y tierra firme, de la cual por la razón sobrescrita me pertenece el dicho diezmo, ochavo y salarios y derechos sobredichos, y porque somos mortales, bien es que cada uno ordene y deje declarado a sus herederos y sucesores lo que ha de haber y hubiere, y por esto me pareció de componer de esta ochava parte de tierras y oficios y renta un Mayorazgo"
"Porque al tiempo que yo me moví para ir a descubrir las Indias, fui con intención de suplicar al Rey y a la Reina, Nuestros Señores, que de la renta que Sus Altezas de las Indias hubiesen, que se determinase de la gastar en la conquista de Jerusalem, y así se lo supliqué, y si lo hacen, sea en buen punto, y si no, que todavía esté la persona que heredare de este propósito de aumentar el más dinero que pudiere para ir con el Rey Nuestro Señor, si fuere a Jerusalem a conquistar, o ir solo con el más poder que tuviere que playera a Nuestro Señor".

"Otra isla hay, me aseguran mayor que la Española, en que las personas no tienen ningún cabello. En ésta hay oro sin cuento, y de ésta y de las otras traigo conmigo Indios para testimonio".
"Muchos traían piezas de oro al pescuezo, y algunos atados a los brazos algunas perlas. Holgué mucho cuando las vi y procuré mucho de saber dónde las hallaban".
"Puercos ya tenemos más de ciento; cabras y ovejas ya tenemos de ellas hartas para simiente, y así de otras todas maneras. Y así espero en Nuestro Señor que antes de muchos años no habrá menester traer acá salvo vestuarios, que de trigo acá dará buena simiente, y vino se halla acá hartas vides que, trasponiéndolas y labrándose, darán buen fruto. Otras mil maneras de cosas se hallarán cada día. De las minas del oro y de la gran cantidad, ya encima dije que yo afirmaba el decir de la carta del año pasado, y afirmo que su cantidad suya comprendo es muy grande, y así de la especería de todas suertes, mas no se tiene acá en precio entre esta gente, porque van desnudos y de otra cosa no curan salvo del comer y mujeres".

Todos los textos precedentes provienen de distintas cartas escritas por el almirante Cristóbal Colón cuando se encontraba en plena faena "evangelizadora" en tierras americanas.


Se ha escrito abundantemente sobre el origen del navegante y aún hoy el tema sigue cubierto en una maraña de hipótesis. Según la teoría más aceptada, podría haber nacido en 1451 en Génova, pero otras hipótesis lo hacen balear, castellano, catalán, corso, gallego, griego, judío y portugués. La tesis del nacimiento en Galicia se basa en la presencia de varias generaciones con el apellido Colón en Portosanto, Pontevedra. Una teoría revela que fue un noble castellano, de Villa de Espinosa, Guadalajara, aunque por otra parte, también se dice que era de Extremadura.
Otra hipótesis es la de que sería un noble portugués, que habría huido a Génova. En 1874, un historiador norteamericano, Aarón Goodrich (1807-1887), identificó a Colón con un corsario griego del siglo XV al servicio de Francia, que se hacía llamar Coulon o Coullon. Por otra parte, un libro londinense editado en 1682, afirma que el almirante era nacido en Inglaterra, pero residente en Génova. El escritor italiano Agostino Ruffini (1812-1855), cuenta que estando en Suiza en casa de un tal Colomb, éste alegaba ser descendiente de Colón y que su antepasado había nacido en Ginebra.


Algunos investigadores de fines del siglo XIX pretendieron demostrar que había nacido en la pequeña ciudad de Calvi, en Córcega. Un italiano, Bernardo Colombo, en abril y mayo de 1586, pretendió probar que era el heredero del almirante, el cual había nacido en Cogoletto y no en Génova. Un investigador ibicenco asevera que Colón nació en Ibiza en 1436, isla donde existe la residencia de la familia Colom. En un libro publicado en 1927 en París, se agregó que era catalán y su verdadero apellido Colom, y que en su escudo y firma hay indicios de catalanidad. Otros autores, sostienen que Colón nació en una de las islas que se encuentran en la desembocadura del Ebro, en Tortosa, poblada por comerciantes genoveses o que nació en 1460 en Felanitx, Mallorca, hijo de Don Carlos, príncipe de Viana y Margarita Colom.
Pero la hipótesis que más se ha extendido y que más divulgación ha tenido es la de su nacimiento en Génova. Según ésta, Cristóforo Colombo nació a finales de 1451, hijo de Doménico Colombo y Susana Fontanarossa. Doménico vivía en Génova y fue guardián de la Porta dell'Olivella hasta febrero de 1470, en que se trasladó a Savona con su hijo Cristóforo, donde trabajaron en el oficio de tejedores de paño y taberneros. En 1476 naufragó la flota genovesa en la que viajaba Cristóbal, al ser atacada por corsarios franceses cerca del cabo de San Vicente en Portugal; desde entonces Colón se estableció en Lisboa como agente comercial de la casa Centurione, para la que realizó viajes a Madeira, Guinea, Inglaterra e incluso Islandia en 1477, donde escuchó relatos de viajes irlandeses y vikingos a América.


Es sorprendente el hecho de que Cristóforo Colombo, nacido en la Liguria italiana escribiera en castellano al Banco de San Giorgio de Génova, al igual que mantuviera una extensa correspondencia en esta misma lengua con Nicolás Oderigo, embajador genovés en Castilla, y con su gran amigo y protector, también italiano, fray Gaspar Gorricio. A sus hermanos Bartolomé y Diego, supuestamente genoveses, les escribía en castellano y hasta en caracteres desconocidos. No se encuentra explicación a que Cristóforo Colombo ya utilizara el castellano en Portugal, tres años antes de llegar a Castilla. El historiador medievalista español Ramón Menéndez Pidal (1869-1968) asevera que en su español no se hallan italianismos. Si Colón era genovés, antes de ofrecer su descubrimiento a Portugal, Inglaterra y Castilla, bien pudo ofrecérselo a Génova y al Banco de San Giorgio, que pudo haber puesto a su disposición el dinero que necesitaba para su empresa.
Se especula también con que el Cristóforo Colombo genovés, nacido en 1451, no era Cristóbal Colón. Un estudio dice que fue un pirata del Mediterráneo, Cristóforo Colonne, al servicio del rey de Nápoles Renato de Anjou (1409-1480), muy aficionado a las artes y con una gran curiosidad científica. Otra propuesta sostiene que Colón era judío y ésta es tan aceptable como cualquiera de las teorías precedentes. Como sea que fuera, el almirante se cuidó de negar su origen sistemáti­camente, creando una enorme sombra de duda sobre el tema. Parece ser que la llave que podría develar el misterio está en poder del Vaticano desde 1560, cuando un grupo de corte­sanos inició el proceso de solicitud de beatifica­ción del osado almirante. En ese momento se encargó al Tribunal de la Inquisición una minuciosa investigación sobre la vida de Colón. La documentación está en el archivo del Vaticano, quien lo mantiene en secreto.
¿Judío? ¿Hijo bastardo de algún noble promi­nente? En una época en la que cualquiera de esos "crímenes" lo hubiera condenado, Cristóbal Colón tenía un secreto que guardar y, a juzgar por los resultados, parece que lo consiguió. Sin embargo, dos cosas han quedado claras para la historia. Una, la fecha de su muerte en Valladolid el 20 de mayo de 1506; la otra, que América ya no volvería a ser la misma después de su "descubrimiento".


El norteamericano Samuel Eliot Morison (1887-1976), un historiador de Harvard que fue un admirado biógrafo de Colón, reconoció que el almirante ordenaba a los nativos que encontraran una cierta cantidad de oro en un cierto periodo de tiempo, y si no cumplían con su cupo, les cortaban los brazos. En "Christopher Columbus, Mariner" (Cristóbal Colón, Marino; 1955) escribió: "Quien fuera el que inventara este espantoso sistema, como único método de producir oro para la exportación, el responsable del mismo fue solo Colón. Aquellos que huyeron a las montañas fueron cazados con perros, y de los que escaparon se ocuparon el hambre y la enfermedad, mientras miles de pobres criaturas, en su desesperación tomaron veneno de mandioca para acabar con su miseria".
Morison continúa: "Así que la política y los actos de Colón, de los cuales solo él fue responsable, comenzaron la despoblación del paraíso terrenal que fue La Española en 1492. De los nativos oriundos -estimados por etnólogos modernos en 300.000-, entre 1494 y 1496 un tercio había muerto. En 1508 el censo mostraba sólo 60.000 vivos, y en 1548 Oviedo dudaba sobre si quedaban 500 indios". El Oviedo que menciona Morison, no es otro que el cronista de Indias y administrador español Gonzalo Fernández de Oviedo (1478-1557), quien en una de sus crónicas describió "innumerables muertes crueles tan incontables como las estrellas". Pero parece que esto era aceptable ya que "usar la pólvora contra paganos es como ofrecer incienso al Señor". Amén.