Durante
los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, Inglaterra se enfrentaba a
una dura realidad. Sus principales ciudades mostraban las cicatrices que habían
dejado los bombardeos nazis y en la mente de sus habitantes todavía estaba muy
presente el racionamiento de alimentos y la austeridad general que siguió al
cese de hostilidades. Ante este panorama desalentador, los adolescentes
ingleses de los años ‘50 encontraron un bálsamo en el rock and roll, un género
musical de ritmo marcado derivado del rhythm and blues que llegaba desde los
Estados Unidos. A comienzos de la década del ’60 en Liverpool surgían los
Beatles, quienes, tras su paso por un local de dudosa fama en Hamburgo llamado
Kaiserkeller, comenzaron a tocar en pequeños clubes de su ciudad natal entre
ellos The Cavern. A partir de allí, con una sofisticada amalgama de estilos que
llevaría la música pop a todos los públicos, con sus melodías contagiosas y sus
grandes armonías vocales en un par de años pusieron el mundo a sus pies. Mientras
tanto, en Londres, nacía una movida diferente más influida por el delta blues del
Mississippi y su versión eléctrica de Chicago. Esas melodías vibrantes y
melancólicas a la vez, encontraron oídos aguzados y corazones abiertos en los
jóvenes londinenses recién salidos de la adolescencia, entre ellos los futuros
integrantes de los Rolling Stones. Puede decirse que entre ambos grupos se dio comienzo
a una auténtica revolución social que fue demonizada por parte de la prensa y
los sectores más conservadores de la sociedad. En las iglesias había capellanes
en los púlpitos arengando contra esa música a la que consideraban diabólica. En
ese ambiente los Rolling Stones hicieron su primera presentación el 12 de julio
de 1962 en el mítico Marquee Club ubicado en el 165 de la Oxford Street, en el
municipio londinense de Westminster. En aquel momento contaron con el bajista
Dick Taylor (1943) y el baterista Mick Avory (1944), quienes ya no estarían en
las siguientes actuaciones en el Crawdaddy Club de Richmond, en el condado de Surrey.
Los primeros temas que interpretaron fueron versiones de grandes maestros del
blues como Robert Johnson (1911-1938), Elmore James (1918-1963), Willie Dixon
(1915-1992) y Jimmy Reed (1925-1976) y, a partir de 1963, comenzaron a publicar
sus primeros discos simples con adaptaciones de temas de Willie Dixon
(1915-1992), de Chuch Berry (1926-2017), de Buddy Holly (1936-1959) y hasta de
los mismísimos John Lennon (1940-1980) y Paul McCartney (1942), líderes de los Beatles.
La publicación en 1964 de su primer LP, “The Rolling Stones”, incluyó, además
de un buen número de versiones, la primera composición de Jagger/Richards
interpretada por ellos mismos, la balada “Tell Me”. Luego vendrían varias giras
por Estados Unidos y una de serie de lanzamientos de discos de larga duración
que se convertirían en verdaderos íconos de la historia del rock: “Beggars banquet”,
“Let it bleed”, “Sticky fingers” y “Exile on Main St.”. Años más tarde, Keith
Richards participó en otros proyectos acompañando a Aretha Franklin (1942-2018),
a Ian McLagan (1945-2014) y a Tom Waits (1949). También formó parte de The New
Barbarians junto a Ronnie Wood (1947) y, en 1987, formó junto al baterista Steve
Jordan (1957) la banda The X-Pensive Winos con la que grabó tres álbumes de
estudio: “Talk is cheap”, “Main ofender” y “Crosseyed heart”, y uno en vivo: “Live
at the Hollywood Palladium”. En la actualidad, mientras vive el encierro al que
lo obligó el coronavirus, admite que lo vive con cierta dificultad: “Estoy
atravesando la pandemia de la misma manera en que la están haciendo todos:
encerrados en casa, con la familia y esperando a que termine de una vez para que
pueda volver a salir”, dice. “Estábamos listos para salir a tocar nuevamente
con los Stones justo cuando empezó el aislamiento. Y para mí es un poco difícil
parar, tener que aceptar que no voy a estar de gira”. No obstante ello Richards
ha seguido trabajando. Viviendo en Estados Unidos mientras Mick Jagger se quedó
en Europa, la pareja ha estado componiendo canciones de forma remota. “Nos
comunicamos desde el otro lado del Atlántico y luego esperamos una vacuna”,
dice el guitarrista. “Tengo miles de canciones, las suficientes como para
mantenerme ocupado”. A continuación, la segunda y última parte del resumen editado
de las entrevistas que concediera a Jesús Ruiz Mantilla, Eduardo Slusarczuk y
Kory Grow aparecidas en los diarios “El País” y “Clarín”, y en la revista “Rolling
Stone” respectivamente.
¿Está al tanto de lo que pasa en la escena musical
más nueva? ¿Le presta atención?
No puedo
decir que lo haga demasiado. Escucho radio, oigo algún material interesante,
pero no puedo decir de qué cantante o banda se trata. No soy demasiado fan de
la música moderna. Demasiados sintetizadores para mi gusto. Sé que hay muchas
bandas y que este momento debe ser muy difícil para los grupos más jóvenes, que
no pueden tocar en clubes.
¿Qué siente, desde sus casi setenta y siete
años, cuando ve que gente de tan distintas generaciones conoce o canta canciones
suyas o de los Stones?
Me hace sentir muy
halagado. Siempre consideré que la idea de este trabajo es pasar la música de
generación en generación. Es el trabajo del músico, conseguir que cuando mueras
digan que lograste pasar esa posta. Es lo mejor que le podés decir a un músico.
Saber que otras generaciones tomaron lo mío me hace sentir muy orgulloso. Me
provoca una sensación muy fuerte de satisfacción.
Está trabajando en la música de los Stones y
pronto se encontrará también con Steve Jordan de los Winos. ¿Cómo se está
desafiando musicalmente estos días?
Dejé de
desafiarme a mí mismo. Quiero decir, seamos sinceros, este es un año extraño
hombre. No han hecho uno igual antes. Así que todo esto es improvisación y
simplemente búsqueda.
¿Cuál ha sido la parte más difícil de la
cuarentena?
No hay
multitudes, es una maldita molestia para una banda. Pero bueno, son las bandas
jóvenes las que no pueden hacer sus conciertos. Es un tirón difícil éste. De
alguna manera tenemos que evitarlo, porque lo que hacemos es tocar música para
la gente. Entonces, en ese caso, necesitas personas. Hay bastante falta de ellas
en este momento. Así que estamos tratando de lidiar con eso como cualquier otra
persona.
¿Qué pasó entre Steve Jordan y usted?
En ese
momento, en los ‘80, Charlie Watts me había dicho: “Parece que va a haber un
pequeño descanso para los Stones. Y si vas a trabajar con alguien más, Steve
Jordan es tu hombre”. Así que puede decirse que los Winos fueron creados por
Charlie de una manera indirecta. Lo que no me di cuenta cuando Steve y yo nos
juntamos fue que también podríamos progresar en la composición de canciones y
en muchas más áreas de las que esperaba. Así que estaba siguiendo el consejo de
un baterista sobre otro baterista en ese momento. Pero una vez que Steve y yo
comenzamos a trabajar, nos dimos cuenta de que teníamos mucho más espacio para
maniobrar. Y que podríamos soportarnos el uno al otro.
En “Live at the Hollywood Palladium”, bromea
diciendo que le han echado del escenario de Palladium antes. Chuck Berry lo
descartó en 1972, aunque luego afirmó que no lo reconoció. ¿Es eso a lo que se
refería?
Sí, sí, sí.
Pero Chuck y yo teníamos una relación real. Terminamos queriéndonos, pero
teníamos que demostrar que realmente no nos gustábamos, porque… no sé por qué.
Estaba tan orgulloso de trabajar con ese hombre. Y poder darle una buena banda para
su film documental fue sólo un trabajo de amor. Te encantan estas cosas y te
encanta lo que otros chicos te han dado, y estás muy feliz de poder
transmitirlo.
Una de las canciones que tocó en el Palladium, “Big
enough”, tiene un ritmo genial de James Brown. Lo vio en vivo muchas veces.
¿Qué aprendió al verlo?
James para
nosotros, especialmente para Mick, fue una verdadera atracción. Eso es porque
Mick es el líder, y tiene que estar parado en un pequeño escenario y quiere
moverse. Escuchar a James Brown y ver cómo manejó eso fue genial, porque James
no usó mucho el escenario; usó un pequeño lugar, y Mick se enteró de que era un
experto en eso. Siempre le he dicho a Mick: “Corrés demasiado. Deberías
permanecer en ese pequeño círculo porque podés moverte allí". Es algo
único.
Mick y
James Brown automáticamente parecían hechos del mismo molde.
Siempre ha sido un gran defensor de los músicos
negros y los artistas negros.
Son la
razón por la que estoy aquí.
¿Qué opina de las protestas de Black Lives
Matter en todo el mundo este año?
Se trata
de un maldito momento. Quiero decir, en este país -Estados Unidos-, las cosas
están llegando a un punto crítico. Esa es la forma en que está. Tenés que
lidiar con eso. Me resulta difícil hablar de eso porque no soy estadounidense.
Vivo aquí, estoy en el corazón y en el alma, soy uno de ellos, pero no puedo
interferir.
Una vez dijo que los Winos se sentían como los
Stones en los primeros días, “porque nadie respeta a nadie, excepto cuando les
va bien”. ¿Qué quiere decir con eso?
Lo
mantendré. Nadie se estaba molestando el uno al otro; todo el mundo estaba
tratando de mejorar a toda la banda. Pero supongo que lo que estaba tratando de
decir es que, en las bandas en las que he estado, el individuo era lo menos
considerable; es la suma de las partes que cuentan. No sé si es una cuestión de
ego, pero algunas de las grandes bandas son grandes bandas porque ese problema
se ha resuelto.
En el Palladium tocó “Connection”, que fue una
de las primeras canciones de los Stones que cantó. Cantó en un coro cuando era
niño pero, ¿fue difícil encontrar su voz rockera?
Básicamente
vivo escribiendo canciones con los Stones y con Mick. Yo decía: “Es así",
y luego Mick se hacía cargo, pero a veces él venía y me decía: “Cantá esta”.
Así que cantar fue algo muy natural para mí. Entre cantar y tocar un
instrumento hay muy poca diferencia. A veces utilizás la voz, otras utilizás
tus dedos o lo que sea necesario para tocar la maldita cosa.
Y la primera canción que cantó solo en los
Stones fue “You got the silver”.
Sí.
Ninguna de esas cosas sucedió por accidente. Lo hicimos y Mick lo intentó, y al
final dijo: “Hacé esto”. No hubo problemas ni nada. Fue como subdividir el
trabajo.
Cuando salió “Talk is cheap”, dijo que sentía un
nuevo respeto por lo que hace Mick en el escenario. ¿Qué le enseñó toda la
experiencia sobre ser un líder?
De
repente, eres el líder, y de repente te das cuenta de la presión que puedes
sentir con sólo ser el que está al frente. Entendí absolutamente por lo que
Mick, o cualquier líder, puede pasar. En los Stones, podía avanzar o sentarme;
tienes esa opción siendo el guitarrista. Con los Winos, me di cuenta de que el
líder no tiene otra opción, y tienes que hacerlo, incluso si tu voz se ha ido.
Entonces me di cuenta de las presiones que hay sobre un líder y nunca las he
olvidado.
En términos generales, ¿con qué reglas vive?
La menor
cantidad posible.
¿Qué reglas lo rigen cuando escribe canciones?
Cuando
escribes canciones, no hay jodidas reglas. De hecho, estás buscando romperlas.
Estás buscando encontrar el siguiente acorde que falta. Estás buscando
encontrar la mejor manera de expresar las cosas. Escribir canciones no se trata
de la letra por un lado y la música por el otro. Se trata de que las dos se
unan. Y podés ser un gran poeta y podés escribir música encantadora, pero el
arte y la belleza de escribir canciones es unir las dos hasta que parezcan
amarse. Eso es escribir canciones.
¿Cómo se hace un gran riff?
Debería
ser espontáneo y absolutamente el tipo que lo está haciendo no debería saber de
dónde viene. Simplemente aparece en la punta de sus dedos y sale del
instrumento. Y ese es un gran riff, totalmente impensable, desestructurado, sin
reglas, sin nada. Es sólo que en un minuto no está y, al minuto siguiente, ahí
está.
¿Hay mucho rock & roll nuevo que lo esté conmoviendo
últimamente?
No hay
nuevo rock & roll. Carece de sentido. Hay grandes músicos y algunos grandes
cantantes y esas cosas. Desafortunadamente, para mí, en la música se ha
sintetizado hasta la muerte. Una vez que comienzas a sintetizar cosas, no
obtienes lo real. Pero no quiero entrar en un largo discurso sobre lo que está
mal con los sintetizadores y la música en estos días, excepto para decir que
son baratos y cursis.
Una vez dijo: “Para mí, es importante demostrar
que la música rock no es sólo una mierda de adolescentes y deberías sentirte
avergonzado cuando tienes más de cuarenta años y sigues haciéndolo”. Dijo que
quería hacer avanzar la música y hacer avanzar las cosas. ¿Siente que ha hecho
eso?
Bueno, no
lo sé. Bobby Keys, mi gran amigo, lo llamó “música de hombres adultos” porque
el rock & roll sólo se consideraba nuevo porque todo tiene que tener una
especie de génesis, por así decirlo. Y supongo que el rock & roll, en el
ámbito general de las cosas, se puso de moda en el '55, '56, y todo era sólo
material novedoso, y muchos músicos durante bastantes años pensaron que era
otra novedad. Era como el cha-cha-cha o el twist. Ahora sabemos que es diferente.
Es algo diferente con algo parecido al blues.
Con el blues, a medida que un artista envejece, se aprecia más.
De eso se
trata el blues y en él está todo incrustado. Toda la música popular, desde que
pudieron grabarla, está basada en el blues. Pasas del ragtime al jazz, todo
está basado en el blues. No significa que tengas que entender cada country
blues, las canciones de Blind Lemon Jefferson, pero el orden de todo se basa en
eso. Y luego progresa a partir de eso, lo cual es algo maravilloso. Quiero
decir, ¿querés saber qué han hecho los negros por el mundo? Sólo escucha su
música. Es una expresión y toca a todos. Toca a blancos y a amarillos y a cositas
peludas, no sé, pero de eso se trata. Se trata de tocar a la gente y la
grabación lo ha hecho posible. Y a lo largo de la historia de esta música, la
música grabada, la influencia del blues es enorme. Sólo toma diferentes tonos.
¿Siente que todavía está aprendiendo cosas sobre
el blues?
Mientras
no esté muerto, siempre habrá algo que aprender al respecto.
A finales de los ochenta, dijo: “No es tan fácil
ser Keith Richards, pero tampoco es tan difícil. Lo principal es conocerte a ti
mismo". ¿Cómo se conoce a uno mismo?
Todos
estamos atrapados aquí tratando de descubrir qué es la vida. Supongo que lo que
estaba tratando de decir entonces es que, cuando inadvertidamente has estado en
el ojo público desde los diecinueve años, a veces es difícil para las personas
correlacionarlo con quién sos en realidad. Y me resultó increíblemente útil saber
quién diablos soy. No estoy preocupado por las cosas de afuera. Este año
cumpliré setenta y siete, por el amor de Dios. Lo sé, me importa una mierda.
Estoy muy orgulloso de ello. Y todavía estoy tratando de conocerme un poco
mejor. Y, como sabés, las cosas cambian a medida que avanzás. Nada es estático.
¿Recuerda cuando obtuvo ese tipo de confianza?
Tienes que
descubrirlo por vos mismo. Todo el mundo es diferente. Y no tengo ni idea. Sé
que como personas podríamos hacerlo mucho mejor y me gustaría promover eso.
Pero todo depende de nosotros colectivamente. Todo el mundo tiene que hacer las
cosas un poco mejor, sea lo que sea. Ese es mi sermón del día.