El pasado
20 de junio se conmemoró el 204º aniversario del fallecimiento de Manuel
Belgrano (1770-1820), el abogado, político y militar argentino destacado por su
compromiso con la causa de la independencia, su innovadora propuesta de una
reforma agraria basada en la expropiación de tierras baldías para entregarlas a
los desposeídos, su promoción de la educación gratuita, estatal y obligatoria,
el fomento de todo tipo de mejoras en materia de agricultura, industria y comercio,
y la creación de la bandera el 27 de febrero de 1812, entre muchos otros acontecimientos
trascendentales de la historia argentina. En medio de la indiferencia general,
mientras en plena Guerra Civil Buenos Aires tenía tres gobernadores en un mismo
día, Ildefonso Ramos Mejía (1769-1854), Miguel Estanislao Soler (1783-1849) y el propio
Cabildo de Buenos Aires, gravemente enfermo Belgrano moría pobre, ignorado por
el Estado y acompañado por unos pocos amigos.
Especialista en historia del arte argentino y latinoamericano del siglo XIX y en teoría y crítica de las artes visuales y la cultura visual, la doctora en Historia del Arte por la Universidad de Buenos Aires y académica de número de la Academia Nacional de Bellas Artes Laura Malosetti Costa (1956) se refirió ese día a las imágenes conocidas de quien fuera uno de los principales patriotas que impulsaron la Revolución de Mayo, por la cual se destituyó al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros (1756-1829). Para ella las imágenes, particularmente aquellas asociadas a figuras relevantes han sido, más allá de su valor artístico, artefactos dóciles a la constitución de subjetividades colectivas en situaciones históricas determinadas, como identificación de valores de una época, indicios de pertenencia a grupos o clases sociales.
Según
narró en uno de sus ensayos, Manuel Belgrano es “el héroe más admirado e
indiscutido” en la historia argentina, de quien se realizaron tres retratos en
vida que “presentan rasgos completamente distintos entre sí. ¿Cuál refleja su
verdadero rostro?”, se pregunta. “El retrato más difundido de Belgrano, en
billetes, estampillas y manuales de historia, aceptado como ‘el verdadero
rostro del prócer’, es un bello cuadro al óleo de un pintor europeo en el que
aparece elegante y en actitud meditativa, en una silla estilo imperio, con
cortinados de terciopelo rojo y sus piernas cruzadas en pantalones amarillos”.
Asegura que “Belgrano no se percibió a sí mismo como un héroe militar y no vio
la necesidad de hacerse retratar como tal. Pero además -prosigue- él creía en
los símbolos, la bandera, la escarapela, la tarja de Potosí que es lo que él
envía para que se exhiba en el Cabildo, como símbolo de sus ideas. Para
Belgrano la presencia pública del líder era la bandera y eran los emblemas”,
explica sobre el patriota que se identificaba como “un hombre de letras antes
que con su tardía y accidentada carrera militar que tuvo que asumir tras su
adhesión a la causa revolucionaria”. En el retrato que prosperó “no hay
atributo alguno que lo vincule con la actividad intelectual” manifiesta
Malosetti Costa.
Nacida en Montevideo y radicada desde muy joven en Buenos Aires, Laura Malosetti Costa es investigadora principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y ha sido profesora e investigadora visitante en la University of Leeds de Gran Bretaña, en la École des Hautes Études en Sciences Sociales, la Universite de París Creteuil y el Institut Nationale d’Histoire de l’Art de Francia, en la Freie Universität Berlin de Alemania, en la Universidad Nacional Autónoma de México, en la Universidad de Chile, en la Universidad de la República de Uruguay, y en la Universidade de São Paulo de Brasil, entre otras instituciones. Es autora de los ensayos “Retratos públicos. Pintura y fotografía en la construcción de imágenes heroicas en América Latina desde el siglo XIX”, “Doscientos años de pintura argentina”, “Pampa, ciudad y suburbio”, “Los primeros modernos. Arte y sociedad en Buenos Aires a fines del siglo XIX” y “Raptos y cautivas en la historia y el mito”.
Ha publicado en coautoría con otros historiadores los ensayos “Yo, nosotros, el arte”, “Entre siglos. El impulso cosmopolita en Rosario”, “Atrapados por la imagen. Arte y política en la cultura impresa argentina” y “Arte de posguerra”; y los volúmenes colectivos “Los de abajo”, “Genealogías críticas de la colonialidad en América Latina, África, Oriente”, “El Riachuelo de Benito Quinquela Martín”, “Educar la mirada. Políticas y pedagogías de la imagen” y “Enseñanza de la historia y memoria compartida”. Además ha publicado numerosos artículos en revistas especializadas, entre ellos “El artista como hombre orquesta: Pablo Uribe y los oficios del arte”, “Pío Collivadino y la Academia de Bellas Artes en Buenos Aires”, “Ernesto de la Cárcova. Viejas y nuevas utopías”, “Tensiones admisibles: encrucijadas de arte, memoria e historia reciente”, “Después de Marx, el arte y sus interpretaciones”, “Ruben Dario y las artes visuales”, “Algunos pasados presentes en el arte argentino”, “El primer retrato de Artigas: un modelo para deconstruir”, “Arte e Historia en los festejos del Centenario de la Revolución de Mayo en Buenos Aires”, “¿Verdad o belleza? Pintura, fotografía, memoria, historia”, “Arte, memoria e identidades nacionales en Latinoamérica” y “Poderes de la pintura en Latinoamérica”.
Especialista en historia del arte argentino y latinoamericano del siglo XIX y en teoría y crítica de las artes visuales y la cultura visual, la doctora en Historia del Arte por la Universidad de Buenos Aires y académica de número de la Academia Nacional de Bellas Artes Laura Malosetti Costa (1956) se refirió ese día a las imágenes conocidas de quien fuera uno de los principales patriotas que impulsaron la Revolución de Mayo, por la cual se destituyó al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros (1756-1829). Para ella las imágenes, particularmente aquellas asociadas a figuras relevantes han sido, más allá de su valor artístico, artefactos dóciles a la constitución de subjetividades colectivas en situaciones históricas determinadas, como identificación de valores de una época, indicios de pertenencia a grupos o clases sociales.
Nacida en Montevideo y radicada desde muy joven en Buenos Aires, Laura Malosetti Costa es investigadora principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y ha sido profesora e investigadora visitante en la University of Leeds de Gran Bretaña, en la École des Hautes Études en Sciences Sociales, la Universite de París Creteuil y el Institut Nationale d’Histoire de l’Art de Francia, en la Freie Universität Berlin de Alemania, en la Universidad Nacional Autónoma de México, en la Universidad de Chile, en la Universidad de la República de Uruguay, y en la Universidade de São Paulo de Brasil, entre otras instituciones. Es autora de los ensayos “Retratos públicos. Pintura y fotografía en la construcción de imágenes heroicas en América Latina desde el siglo XIX”, “Doscientos años de pintura argentina”, “Pampa, ciudad y suburbio”, “Los primeros modernos. Arte y sociedad en Buenos Aires a fines del siglo XIX” y “Raptos y cautivas en la historia y el mito”.
Ha publicado en coautoría con otros historiadores los ensayos “Yo, nosotros, el arte”, “Entre siglos. El impulso cosmopolita en Rosario”, “Atrapados por la imagen. Arte y política en la cultura impresa argentina” y “Arte de posguerra”; y los volúmenes colectivos “Los de abajo”, “Genealogías críticas de la colonialidad en América Latina, África, Oriente”, “El Riachuelo de Benito Quinquela Martín”, “Educar la mirada. Políticas y pedagogías de la imagen” y “Enseñanza de la historia y memoria compartida”. Además ha publicado numerosos artículos en revistas especializadas, entre ellos “El artista como hombre orquesta: Pablo Uribe y los oficios del arte”, “Pío Collivadino y la Academia de Bellas Artes en Buenos Aires”, “Ernesto de la Cárcova. Viejas y nuevas utopías”, “Tensiones admisibles: encrucijadas de arte, memoria e historia reciente”, “Después de Marx, el arte y sus interpretaciones”, “Ruben Dario y las artes visuales”, “Algunos pasados presentes en el arte argentino”, “El primer retrato de Artigas: un modelo para deconstruir”, “Arte e Historia en los festejos del Centenario de la Revolución de Mayo en Buenos Aires”, “¿Verdad o belleza? Pintura, fotografía, memoria, historia”, “Arte, memoria e identidades nacionales en Latinoamérica” y “Poderes de la pintura en Latinoamérica”.
En una entrevista con la agencia de noticias “Télam” publicada en noviembre de 2022, manifestó que su intención era interrogarse “por la cultura visual y por cómo circulan las imágenes en la sociedad, cómo se manipulan, cómo un cuadro de un pintor salta el cerco y se convierte en otra cosa. Y es a partir de imágenes que nunca se consideraron arte: las figuritas de los libros de historia, las de Billiken, las estampillas, los billetes. La gente las incorpora como un dato afectivo de su infancia y no piensa en ellas como artefactos artísticos sino que cree que son verdad. No parece haber identificación ni identidad posible sin la imagen de un rostro”. A continuación se reproduce la entrevista que la historiadora del arte le concediera a Liliana O. Caló, la cual apareció el pasado 20 de junio en la “La Izquierda Diario”.