Muchos sugieren que usted y otros científicos ateos ignoran fenómenos que no pueden explicar. Por ejemplo: la experiencia subjetiva del significado, consuelo o inspiración que muchos sostienen recibir de su creencia o relación con Dios. Si millones experimentan tales cosas, ¿no es una prueba de la fuente a la que ellos lo atribuyen? Si no lo es, ¿puede aclararlo?
Nadie discute que la gente obtenga bienestar y consuelo de la religión. Si un ser querido muere, por supuesto, es alentador sentir que está en alguna parte interesándose por uno y que algún día lo volveremos a ver. Pero lo que es alentador no es necesariamente cierto, y es una especie de cobardía intelectual decir: "Debemos dejar que la gente se revuelque en sus ilusiones porque eso los consuela". Creo que eso es ser condescendiente.
¿Usted piensa que es como cuando las familias y aún los médicos discuten si deben decirle a alguien que su cáncer es terminal? Porque, al fin de cuentas, la vida es terminal…
Ese es un buen ejemplo. Hay gente que prefiere que su médico le diga la verdad y lo respeto, pero eso no lo convierte en verdadero. Que uno quiera que su médico le diga que no tiene un cáncer terminal y que su doctor le haga caso mintiéndole, está bien; pero el hecho es que él le ha mentido. Del mismo modo usted puede sentirse consolado por el pensamiento de que está protegido por un Dios, pero si no hay un Dios que lo proteja -y me temo que no lo hay- eso es todo. No deseo imponer mis creencias a ninguno, pero me importa lo que es verdadero.
Muchos opinan que la ciencia no puede responder algunos de los grandes temas o que la ciencia no puede ofrecer esas cosas significativas de las cuales hablábamos recién. ¿Es honesto responder a sus argumentos al señalar las insuficiencias de la ciencia?
Hay cosas que la ciencia no sólo no puede contestar sino que no desea hacerlo. Cosas como qué está bien o qué está mal, o cómo seré consolado. La ciencia no tiene nada que decir sobre el "bien" o el "mal".
Una vez le pregunté a un miembro de los achuar -una tribu de la selva amazónica que había tenido su primer contacto con el mundo moderno en la década del '70-: "¿Cómo considera a los misioneros?". Supuse que me diría: "Oh, mala gente". Pero él me contestó: "Fueron los que lograron que dejáramos de matarnos entre nosotros todo el tiempo". Aunque gran parte de nuestros Padres Fundadores eran más deístas que cristianos convencionales, creían que una vez liberados de la monarquía y el papado la gente necesitaría la religión para comportarse como una sociedad moral. ¿Está de acuerdo con que la religión es una fuerza civilizadora o moralizadora?
Hay algo terriblemente protector y condescendiente en decir: "Bueno, por supuesto, nosotros no necesitamos a la religión, pero la gente común sí". Confío en que no sea algo tan torpe como eso. En cuanto a que los misioneros fuesen una influencia civilizadora sobre tribus cuyo hábito era matarse entre ellos, presumo que si su primer contacto con Occidente hubiese sido con policías, hubieran dicho: "Hasta que llegaron los policías, nos matábamos entre nosotros". A través de siglos de cambios hemos reducido nuestra tendencia natural de matarnos entre nosotros. Pero durante mucho tiempo ha habido tribus donde matar era la norma y la manera de lograr éxito mundano. En nuestra sociedad hablamos de "hacer su agosto" en Wall Street. El equivalente en algunas tribus amazónicas sería por ejemplo, literalmente liquidar a nuestros rivales sexuales. El cambio se produce cuando tales tribus se ponen en contacto con
Algunas personas sostienen que sin la religión no actuaríamos moralmente, careceríamos de ética...
Es una afirmación asombrosa, ¿no cree? Sugiere que la única razón por la que somos morales, la única razón por la que no matamos, violamos o robamos es porque tememos que Dios nos descubra. Tememos que Dios nos esté mirando, es el miedo a la gran cámara vigilante que está en los cielos. Caramba, eso no es un motivo noble para ser buenos. A propósito, no existe la menor evidencia de que la gente religiosa en una sociedad determinada sea más moral que la que no lo es. Estamos en un mundo moderno en el que somos más remisos a matar o a discriminar a otros por su sexo. Ya no consideramos buena a la esclavitud. Todas estas cosas han sido universalmente aceptadas entre personas educadas y de buena voluntad en las sociedades modernas, sean o no religiosas. Usted podrá identificar a abolicionistas que eran religiosos y señalar a otros individuos religiosos que estaban a favor de la esclavitud. La moral moderna es muy diferente de la versión horripilante del Antiguo Testamento. Si obedeciéramos a
Usted cita al físico Steven Weinberg: "La religión es un insulto a la dignidad humana. Sin ella, tendríamos gente buena haciendo cosas buenas y gente mala haciendo cosas malas. Para que la gente buena haga cosas malas se necesita la religión". Empieza su libro asombrándose de los prodigios de la existencia y lo termina escribiendo acerca de su experiencia personal de maravilla y trascendencia. También escribió elocuentemente sobre el tema en su libro anterior, "Destejiendo el arco iris".
"Destejiendo el arco iris" fue mi respuesta a esas personas que dicen que la ciencia y, en particular, mi visión del mundo en "El gen egoísta" era fría, desolada y sin amor. Tal vez pueda leer unas palabras del inicio de "Destejiendo el arco iris", que he separado y pedido que se lean en mi funeral: "Vamos a morir y eso nos torna en afortunados. Mucha gente no va a morir porque jamás nacerá. Los potenciales seres humanos que podrían estar aquí, en mi lugar, pero que -en los hechos- jamás verán la luz del sol, sobrepasan los granos de arena del Sahara. Al enfrentar estos asombrosos sucesos, somos nosotros -en nuestra común condición- quienes estamos aquí. Este es otro motivo por el que somos afortunados". Somos afortunados por estar vivos y, por lo tanto, debemos valorar la vida. La vida es preciosa. Nunca tendremos otra. Es ésta. No la desperdiciemos. Abramos los ojos. Abramos los oídos. Atesoremos las experiencias que tengamos y no perdamos el tiempo preocupándonos acerca de una futura -inexistente- vida después de la muerte. Procuremos hacer ahora el mayor bien posible a los demás. Procuremos vivir la vida tan plenamente como podamos, en el tiempo disponible que nos quede.
¿Es universal la creencia en un Dios sobrenatural?
Es universal en el sentido de que en todas las culturas humanas que han estudiado los antropólogos parece haber algo que corresponde a la creencia de alguna forma de divinidad.
A veces, son muchos dioses. A veces, es uno solo. A veces es un
elenco de dioses animistas: el Dios de la Cascada, el Dios del Río, el
Dios de la Montaña, el Dios del Sol. Los detalles varían pero parece ser
algo humano universal, de la misma manera como el deseo heterosexual es humano
universalmente aunque no todos los individuos humanos lo sientan. Tal como el
deseo sexual, sospecho que existe una especie de deseo de Dios.
¿Cómo explica su frecuencia?
Cuando usted le pregunta a un darwiniano como yo cómo se explica algo,
generalmente lo interpretamos como: "¿cuál es la utilidad de esto en la
lucha por la supervivencia?". En este caso lo que sugiero, como una
de las tantas sugerencias que podrían hacerse, es que la fe religiosa es un
subproducto de la tendencia infantil de creer lo que nos dicen nuestros
padres. Es una buena idea que los niños crean lo que les dicen los padres.
Un niño que descrea de lo que ellos le dicen es muy probable que muera al no
respetar el consejo de los padres de no tocar el fuego, por ejemplo. De modo
que los cerebros de los niños, según esta teoría, nacen con una regla empírica:
"Cree lo que te dicen tus padres". Ahora bien, el problema con
esto -donde interviene la idea como un subproducto- es que es imposible diseñar
un cerebro que crea los que le dicen los padres sin creer cosas malas junto a
cosas buenas. En teoría nos gustaría que el cerebro del niño separara un buen
consejo como: "No te metas en el fuego", del mal consejo: "Adora
a los dioses de la tribu". Pero el cerebro infantil no puede discriminar
entre esas dos clases de consejos. De modo que, inevitablemente, un cerebro
infantil está preprogramado a creer y obedecer lo que sus padres le digan, es
vulnerable automáticamente al mal consejo. Creo que ésta es parte de la
respuesta, pero se necesita otra: ¿Por qué algunos tipos de malos consejos,
como el de adorar al fetiche de la tribu, sobreviven y otros no? Creencias
tales como las de "la vida después de la muerte" se esparcen porque
son atractivas. A mucha gente le desagrada la idea de morir y prefieren la idea
de que sobrevivirán a su muerte. Así es como el "meme" -si usted lo
prefiere- se disemina como un virus, porque la gente quiere creer en él.
Aunque los niños tiendan a creer lo que les dicen sus padres, usted afirma
categóricamente que un niño no debe ser llamado "niño católico",
"niño musulmán" o "niño judío".
Sí. Soy muy, muy categórico en la idea de que los niños no deben ser
etiquetados así. Regresamos al tema del crecimiento de la conciencia. Las
feministas alertaron a nuestra conciencia, de diferentes formas, sobre el uso
del idioma; cosas como decir "de él" o "de ella", en lugar de
sólo "suyo". De la misma manera necesitamos alertar la conciencia
sobre tal etiquetamiento de los niños. No estoy diciendo que los padres no
deban influenciar a sus hijos. Eso sería irremediablemente ilusorio. Los padres
influencian a sus hijos de las más diversas maneras, pero considero que la
religión es más o menos la única en adquirir la licencia de etiquetar a un
niño. Usted nunca hablará de un "niño demócrata" o de un "niño
republicano". Usted jamás supondrá que porque un profesor de literatura
posmoderna tenga un hijo, será -por lo tanto- un hijo posmoderno. Sería
ridículo hacerlo, sin embargo, si un católico, un judío o un musulmán tiene un
hijo, toda la sociedad acepta la idea de que se pueda etiquetar a ese
niño como un "niño católico", un "niño judío" o
un "niño musulmán". Pienso que es una especie de abuso infantil que
concierne a los derechos civiles.