16 de julio de 2008

Jonathan Swift, el viajero sombrío

Jonathan Swift nació en Dublin el 30 de noviembre de 1667, hijo de un modesto abogado inglés y primo del laureado poeta John Dryden (1631-1700), el dramaturgo imitador de Shakespeare y autor de "Absalom and Achitophel" (Absalón y Aquitofel, 1681), obra que muchos críticos consideran como "la más grande de las sátiras en lengua inglesa". Pero la vena satírica de Dryden no ejerció ninguna influencia en su primo, quien, en su desordenada creación, fue mucho más profundo, corrosivo y apa­sionado.
Swift vivió en la llamada "edad augusta" de las letras inglesas y fue uno de los que la cimentó junto a John Locke (1632-1704), Samuel Pepys (1633-1703), Daniel Defoe (1660-1731), Edward Young (1684-1765), Alexander Pope (1688-1744), Samuel Richardson (1689-1761), Henry Fielding (1707-1754), Horace Walpole (1717-1797) y William Collins (1721-1759).
Pobre, huérfano de padre, su madre consiguió la ayuda de unos parientes acomodados para que pudiese estudiar en la Kilkenny School durante ocho años. Cuando ingresó en el Trinity College de la Universidad de Dublin, sus condiscípulos -gente adinerada- rehu­saron su compañía. Swift, amargado, descuidó sus estudios y cuando se graduó como Bachiller en Artes, logró su título con la mención de "por gracia especial".
En 1688, cuando esta­lló la guerra entre gaélicos y británicos, Swift se embarcó con su madre hacia Inglaterra. En Leicester logró ser recibido en casa de su pariente, el escritor y político William Temple (1628-1699), quien lo contrató como secretario. Allí pasaba horas y horas leyendo en la biblioteca y enseñando las primeras letras a la pequeña Esther John­son (1681-1728), hija de un empleado del patrón. Hacia 1694 decidió abandonar su trabajo para ingresar en la Iglesia. Tras su ordenación, obtuvo el prebendado de Kilroot, cerca de Belfast, donde una vez instalado, cobró por anticipado las rentas de dos años y regresó a Leicester llamado por Temple para que le preparase sus memorias y correspondencia para su publicación. En esa época escribió sus primeras obras: "The battle of the books" (La batalla de los libros) y "A tale of a tub" (Historia de una bañera), dos panfletos satíricos que no se publicarían hasta 1704, en los que ya se perfilaba el enorme escritor que iba a ser con el paso de los años.
Tras la muerte de William Tem­ple, Swift regresó a Irlanda acompañado por su antigua alumna, quien por entonces contaba ya con dieciocho años. De su relación con Esther Johnson (a quien Swift llamaba Stella) da pruebas el tomo "The journal to Stella" (El diario para Stella), compuesto por sesen­ta y cinco cartas que le escribió entre 1710 y 1713. No se tienen datos fehacientes de que se hayan casado, aunque algunas versiones afirman que así ocurrió en 1716.
Después de dos años viviendo de pequeños beneficios eclesiásticos en el vicariato de Laracor, en 1701 volvió a Londres. En su "A letter of advice to a young poet" (Carta de aviso a un joven poeta, 1721), Swift se preguntaría si un escritor, en particular, era diferente de un cochero, y se respondía a sí mismo: "Debemos buscar cuanto antes un empleo para nuestra musa en relación con nuestra capacidad y nuestros talentos, como lechera, cocinera o criada para todo; quiero decir que debemos alqui­lar nuestra pluma a un partido que nos dé salarios y protección".Eso fue precisamente lo que hizo en Londres: se puso al servicio del partido Whig (liberal). Pero, rápidamente decepcionado en sus ambiciones (quería obtener un alto cargo eclesiástico), se pasó al partido Tory (conservador). El ensayista francés André Maurois (1885-1967) opinaba en "Etudes anglaises" (Estudios ingleses,1927) que Swift llegó a ser "un poder dentro del Estado, el panfletario oficial de los 'tories', el familiar de los ministros".
Desde 1710 dirigió el periódico "Examiner" -órgano informativo del partido- y publicó una gran cantidad de panfletos defendiendo la política social del gobierno tory, entre los que se destacaron "On the conduct of the allies" (El comportamiento de los aliados) y "The public spirit of the Whigs" (El espíritu público de los Whigs), hasta que en 1713 sus amigos, los parlamentarios Edward Harley (1689–1741) y Henry St John (1678-1751), le consiguieron el cargo de deán de la catedral de St. Patrick, en Dublin, un puesto que ocuparía hasta 1742.
Mientras tanto conoció a una joven dublinesa, Esther Vanhomrigh (1688-1723), a la que tomó como alumna y llamó Vanessa, con la que sostuvo una ambigua relación amorosa. A ella dedicó su poema "Cadenus and Vanessa" en 1713, al tiempo que mantenía su actividad política que perduró hasta 1718, año en que, con la caída del gobierno tory, perdió toda su influencia. Cuando subió al trono Georg Ludwig von Hannover (1660-1727) -como el rey Jorge I- ya se quedó definitivamente en Irlanda, de la que se hizo un ardiente defensor contra la administración inglesa.
Durante la década del 20 publicó una serie de apasionados panfletos en los que apoyaba las reivindicaciones de su pueblo, por lo que se convirtió en un héroe entre los nacionalistas irlandeses. Cuando en 1729 se produjo una gran hambruna en su país, escribió "A modest proposal" (Una modesta proposición), un texto que incluía la irónica propuesta de vender como carne a los niños irlandeses pobres para mejorar la dieta de los ricos, "para impedir que los lujos de los pobres de Irlanda sean una carga para sus padres y para su país, y hacerlos útiles a todos los sectores sociales".Swift proponía engordar a los niños pobres antes de venderlos como alimento: "Un niño alcanzará para dos platos en una comida de amigos. Concedo que este alimento será un poco caro, y por consecuencia convendrá muy bien a la clase de terratenientes, ya que, habiendo devorado a la mayor parte de los padres, parecen tener ahora más derechos sobre los hijos. La carne de los niños estará en sazón todo el año, pero más abundante en marzo, ya que, según un eminente médico francés, siendo el pescado un alimento prolífico, nacen más niños en los países católicos después de la cuaresma. Los mercados es­tarán más abastecidos, porque el número de niños católicos es casi de tres a uno en este reino, lo que tendrá otra ventaja, la de dis­minuir el número de estos niños entre nosotros". André Bretón (1896-1966) tuvo razón cuando afirmó que Swift fue "el verdadero iniciador del humor negro".
En 1726 había publicado anónimamente la que sería su obra maestra: "Travels into several remote nations of the world" (Viajes a varios lugares remotos del planeta), popularmente conocida como "Los viajes de Gulliver", cuya edición definitiva se haría en 1735. En 1728, cuando murió Stella, entró en un profundo pozo depresivo que lo llevó a pasearse casi diez horas diarias, hablando solo, por las calles de Dublin. Swift fue perdiendo el juicio lentamente, hasta afirmar solemnemente: "¡Estoy loco!". Aparentemente lo estaba. El escritor inglés Aldous Huxley (1894-1963), famoso por su "Brave new world" (Un mundo feliz, 1932), pensaba que Swift no había llegado nunca a la ma­durez humana y le reprochaba los términos dulzones que había empleado en sus cartas a Stella o a Vanesa: "Tantas cóleras públicas y tan­ta dulzura oculta, forman una mezcla que no es propia de un hombre hecho".
"Los viajes de Gulliver" fueron escritos alrededor de 1720. El libro salió sin nombre de autor y "llenó a los lectores de una emoción mezclada con alegría y estupor. Por cierto tiempo, la crítica, asustada, no supo qué decir", según afirmó el crítico y ensayista Samuel Johnson (1709-1784). La primera parte, "A voyage to Lilliput" (Un viaje a Lilliput), transcurre entre el 4 de mayo de 1699 y el 13 de abril de 1702 y narra el naufragio del médico Gulliver en la isla de Lilliput, un país de gentes de quince centímetros de estatura. En la segunda parte, "A voyage to Brobdingnag"
(Un viaje a Brobdingnag), que acontece entre el 20 de junio de 1702 y el 3 de junio de 1706, Gulliver se encuentra con los habitantes de Brobdingnag, altos como torres.
La tercera y cuarta partes, "A voyage to Laputa, Balnibarbi, Glubbdubdrib, Luggnagg and Japan" (Un viaje a Laputa, Balnibarbi, Glubbdubdrib, Luggnagg y Japón) -entre el 5 de agosto de 1706 y el 16 de abril de 1710-, y "A voyage to the country of the Houyhnhnms" (Un viaje al país de los Houyhnhnms) -entre el 7 de septiembre de 1710 y el 5 de diciembre de 1715- narran el encuentro de Gulliver con seres inmortales y con los repugnantes yahoos.
Estos personajes representaban a la humanidad -incluidos sus compatriotas-, tal cual la veía Swift; un mundo habitado por "la más perniciosa casta de gusanos que la naturaleza permite que se arrastren por la tierra". El novelista inglés William Thackeray (1811-1863) ad­miró "el humorismo y la acción de esta famosa fábula", pero "por lo que atañe a la moral, me parece vergonzosa, horrible, indig­na de un hombre".
Durante los siglos XVIII y XIX "Los viajes de Gulliver" pasaron de ser una feroz sátira a una narración que leían los niños. En "The prose works of Jonathan Swift" (La obra en prosa de Jonathan Swift, 1897), el historiador William E.H. Lecky (1838-1903) afirmaba que "Los niños ingleses de doce años siguen las aventuras de Gulliver como una novela, y sólo de vez en cuando se dan cuenta con placer de que hay, en lo que leen, una relación incon­gruente con su propio mundo. Es la iniciación del niño en la crítica social".
Su influencia en la literatura inglesa puede rastrearse en grandes escritores como Tobias Smollett (1721-1771), George Borrow (1803-1881), Joseph Belloc (1870-1953) y George Orwell (1903-1950). "Su risa -dijo el ya citado Thackeray- sigue ofendiendo nuestros oídos, a siglo y medio de dis­tancia. Tenemos muchos otros grandes hombres para recordar, pero ninguno, creo, tan grande y tan sombrío".
Jonathan Swift murió el 19 de octubre de 1745 y dejó todos sus bienes para la construcción de un manicomio. Antes había dispuesto que lo enterrasen en su catedral de St. Patrick al lado de Stella. Había mucha gente en las calles de Dublin el día de su entierro, algo que Swift había previsto cuando dijo que "el curioso que pasea por las calles encuentra los rostros más ale­gres en los coches del servicio fúnebre".