30 de junio de 2011

Violeta Rojo: "Lo maravilloso de la minificción es que es siempre distinta, cambiante, poco apegada a reglas, decálogos y mandamientos"

En "El minicuento, ese (des)generado", la escritora venezolana Violeta Rojo (1959) considera al minicuento "como una narración sumamente breve, de carácter ficcional, en la que personajes y desarrollo accional están narrados de una manera económica en sus medios expresivos y muy a menudo sugerida y elíptica". "El minicuento posee carácter proteico -agrega-, de manera que puede adoptar distintas formas genéricas y suele establecer relaciones intertextuales tanto con la literatura, especialmente con formas arcaicas, como con formas de escritura no literarias". Violeta Rojo, analista teórica del género, obtuvo su 
licenciatura en Letras en la Universidad Central de Venezuela. Actualmente es profesora titular del Departamento de Lengua y Literatura de la Universidad Simón Bolívar, lugar en el que obtuvo su maestría en Literatura Latinoamericana y el doctorado en Letras. En el ensayo citado, Rojo manifiesta que el "carácter proteico o des-generado del minicuento y la brevedad constituyen sus rasgos diferenciales más importantes". Para ella, la brevedad es la característica primordial en el sentido de que lo distingue a simple vista: lenguaje preciso, anécdota comprimida; mientras que lo que denomina "carácter proteico" es importante porque por una parte lo define pero también lo 'in-define'. "Es muy común que los minicuentos sean genéricamente ambiguos, lo que ha ocasionado, por ejemplo, que no se lo considere un cuento". La autora de "Mínima expresión. Una muestra de la minificción en Venezuela", "Breve manual para reconocer minicuentos", "La minificción en Venezuela. Breve antología del cuento breve en Venezuela" y "Breve manual (ampliado) para reconocer minicuentos", discute en la entrevista que sigue a continuación acerca del origen de los varios nombres de este género y la imposibilidad de referirse a él por uno solo, las características de su estructura y argumentos, su profusa difusión en el mundo digital y comenta también cómo fue su iniciación en la investigación literaria del microrrelato. La entrevista es una compilación de las publicadas en "Fix100. Revista hispanoamericana de ficción breve" nº 1 de julio-diciembre de 2009 (una publicación electrónica del Centro Peruano de Estudios Culturales), y en "Internacional Microcuentista. Revista de Microrrelatos y Otras Brevedades" en una entrada del 15 de julio de 2010 de esta publicación electrónica a cargo de un grupo de escritores españoles, argentinos y colombianos.


¿Qué denominación prefiere para el género brevísimo y por qué?
 
Usé minicuento durante mucho tiempo porque pensaba que eran cuentos muy breves. Ahora uso minificción por comodidad. Creo que es el término más adecuado a una forma ficcional y des-generada, pero me gustaría más usar minitexto porque muchas veces son textos no ficcionales. Me gusta minificción porque creo que minirrelato o minicuento constriñen a una sola forma. De todas maneras, me sigue pareciendo que la incapacidad de conseguir un nombre para estas formas breves es algo importante, porque demuestra que efectivamente es una forma literaria proteica, cambiante, des-generada e inasible. A mí lo que me gusta de estudiarlo es ver la dificultad de clasificarlo y me horrorizan los intentos de encuadrarlo en compartimientos.

¿Cómo y desde cuando nació su pasión por el microrrelato?

Hace veinte años estaba haciendo mi maestría en literatura latinoamericana. En un curso, Carlos Pacheco hacía un análisis de las teorías del cuento y yo le pregunté cómo se podían aplicar esas teorías a esos cuentecitos cortitos que escribían Ednodio Quintero, Jiménez Emán o Monterroso. Pacheco, muy buen profesor, me contestó: "esa debería ser tu investigación este trimestre". Lo fue, después se convirtió en mi tesis de maestría y en "mi" tema. He tratado de ser infiel, me he dedicado al estudio de la literatura autorreferencial, de la ficcionalización de la historia, de las mujeres en el siglo XIX, he escrito biografías, ahora me dedico a la literatura venezolana del siglo XXI, pero a la larga siempre vuelvo a la minificción.

¿Qué características, desde su perspectiva, posee la brevedad?

Más bien hablaría de las características que derivan de la brevedad: intertextualidad, uso de marcos referenciales, concisión narrativa, el uso del término justo, anécdota comprimida. No abundo en esto para no ponerme fastidiosamente teórica, pero es muy interesante que la brevedad sea como el punto fundacional de una serie de características narrativas que solo dependen de ella.

¿Cuál considera que es la ósmosis entre la ficción breve y la literatura fantástica?

Dos de los libros de minificción más importantes son los "Cuentos breves y extraordinarios" y "Antología de la literatura fantástica" de Borges y Bioy. Hay muchos textos fantásticos que, además, son breves. Eso no obsta, claro está, para que haya muchas minificciones no fantásticas y mucha literatura fantástica muy larga.

¿Cuáles son los efectos del lirismo en la ficción breve?

Francisca Noguerol llama con el bello nombre de "fronteras umbrías" a los límites entre la literatura en prosa y la poética. Lo lírico y lo prosaico son conceptos relativos, por eso el término de fronteras umbrías me parece tan interesante. Creo más bien que hay textos muy breves que pueden considerarse indistintamente poesía o minificción y que los paratextos, los autores, los editores o los lectores deciden dónde colocarlos.

¿Considera que también se puede considerar ficción breve a los poemas, cortometrajes, etcétera?

Si el poema es corto sería ficción breve, si es largo sería ficción larga. En los cortometrajes hay ficción breve. En los micros radiales también la hay. Más bien habría que preguntárselo al revés: ¿es toda ficción breve una minificción? Para mí, la minificción es literaria y en prosa, pero creo que no deberíamos tratar de ser puristas. Nada me horroriza más que la gente que con un lápiz rojo dice enfáticamente qué es y qué no es minificción.

Como lectora, ¿prefiere las antologías de microrrelatos o los libros de un solo autor?

Para trabajar me gustan las antologías porque me permiten descubrir escritores. Para profundizar en ellos, obviamente, necesito los libros de un solo autor.

¿Cuáles considera que son los autores imprescindibles en el microrrelato?

Muchísimos y vuelvo a ser arbitraria, porque son los imprescindibles para mí. Comenzaría por los clásicos: Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares por "Cuentos breves y extraordinarios". Augusto Monterroso, Julio Torri, Marco Denevi, Julio Cortázar, Guillermo Cabrera Infante, Enrique Anderson Imbert, José Antonio Ramos Sucre. En la revista colombiana "Ekuóreo" se publicaron textos magníficos; creo que las antologías de Raúl Brasca son completísimas. Actuales prefiero no enumerar porque la lista sería larguísima y se extendería varias páginas. A veces me encanta un autor completo, o un libro en su totalidad, pero también sucede que en un recital o leyendo una antología, salta un texto extraordinario que me deja pensando días y días. Creo que hay también imprescindibles en el análisis de la minificción: Dolores Koch, Lauro Zavala, Stella Maris Colombo, Graciela Tomassini, Francisca Noguerol, Guillermo Bustamante Zamudio, Luis Armando Epple, Henry González, Laura Pollastri, David Lagmanovich, Nana Rodríguez. Ahora, si me preguntan sobre las lecturas imprescindibles para los autores de minificción, nada sería breve: la Biblia, "Las mil y una noches", todo Shakespeare, las mitologías de todas las culturas, la "Comedia humana" de Balzac, Don Quijote, la "Anatomía de la melancolía" de Robert Burton, las fábulas clásicas, los bestiarios medievales, Marcel Proust, la "Leyenda dorada" de Santiago de la Vorágine, Leon Tolstoi, "El diccionario de lugares imaginarios" de Manguel y Guadalupi, y me quedo corta porque faltan libros y faltan discursos: artes plásticas, música, cine, teatro, televisión.

Como antóloga, ¿qué elementos considera que debe tener un microrrelato para ser eficaz?

Como antóloga soy una antojóloga como decía Juan Ramón Jiménez. En "Mínima expresión" escogí textos que mostraban el desarrollo del género en Venezuela durante cien años. Algunos de ellos porque representaban diversas vertientes, otros porque me gustaban. Ahora estoy haciendo una antología temática y escojo cuentos que me gustan. En realidad no puedo contestar la pregunta porque creo que con la minificción no hay recetas ni eficiencias. Textos muy diferentes funcionan igualmente bien. Deberían ser breves, claro, pero aparte de eso lo maravilloso de la minificción es que es siempre distinta, cambiante, poco apegada a reglas, decálogos y mandamientos. Esa sensación de estar sosteniendo un material inasible es lo que más me gusta. Para dar un ejemplo, pocas autoras son más distintas que Ana María Shua y Lilian Elphick, y las dos son extraordinarias.