Gérard
Duménil (1942) es un economista francés investigador del Centre National de la
Recherche Scientifique (CNRS). Se graduó en Administración y Dirección de
Empresas en la École des Hautes Études Commerciales y se doctoró en Economía en
la École Pratique des Hautes Études, ambas de París, con la tesis "Le
concept de loi économique dans ‘Le Capital’" (El concepto de ley
económica en "El Capital"), la que sería publicada en 1978 con
prólogo de Louis Althusser (1918-1990). Tres años más tarde publicó
conjuntamente con el filósofo y teórico social Jacques Bidet (1935)
"Altermarxisme: un autre marxisme pour un autre monde"
(Altermarxismo: otro marxismo para otro mundo) a partir del cual desarrolló en
Francia lo que se conocería como el "nuevo enfoque" sobre la teoría
de formación de los precios de Karl Marx (1818-1883), el que sostenía que los
ataques de los discípulos y partidarios del economista inglés David
Ricardo (1772-1823) a la teoría del valor de Marx eran erróneos. En los
años siguientes publicó numerosos estudios sobre el funcionamiento del
capitalismo en los que se explayó sobre lo que define como la "hegemonía
neoliberal" a aquella establecida como respuesta a la crisis estructural
de los años '70. En coautoría con el economista, físico y matemático Dominique
Lévy (1944), con quien ha publicado varios artículos y libros, ha criticado a
la teoría económica dominante. Duménil y Lévy periodizan la historia de la
economía desde finales del siglo XIX hasta la actualidad (en particular en los Estados
Unidos) como una sucesión de órdenes sociales cuyo establecimiento es explicado
en cada caso como resultado de una crisis estructural del capitalismo. Un
sector social sería clave, en la visión de Duménil y Lévy, para explicar los
giros que se produjeron en las relaciones de poder para dar lugar a los órdenes
sociales que se sucedieron desde 1890 hasta la actualidad. Se trata de la
llamada "clase gerencial". Esta surgió, para los autores, de la
transformación del modo de producción capitalista que se produjo con la
emergencia de las grandes corporaciones a fines del siglo XIX y transformó la
estructura de clases del capitalismo. Así, se reconfiguraron las clases
sociales en tres grandes grupos: los propietarios capitalistas, la "clase
popular" constituida por obreros y empleados con niveles de ingreso bajo,
y una "clase gerencial". El orden social se transformó, en la lectura
de Duménil y Lévy, según hacia dónde se orientasen los sectores gerenciales.
Sin dudas, un dato desde finales del siglo XIX es la expansión de estos
estratos que participan en los múltiples niveles jerárquicos de las
corporaciones, así como el funcionariado vinculado a una burocracia estatal que
se ha multiplicado desde la época en que Marx escribió su obra. Esto desdibujó
el peso de los grandes magnates comandando en persona trusts gigantescos, y
puso en primera fila a los ejércitos de administradores gerenciando
corporaciones aún más monstruosas. Pero resulta más acertado leer este giro en
la relación entre propiedad y control como un cambio en la fisonomía de la
propia clase capitalista, entendida en el sentido de los que basan su ingreso
en la propiedad y comando de los medios de producción. Lo que sigue es la
primera parte de una compilación editada de cinco entrevistas concedidas por el
economista francés a Mariano
Roark y Ana María Fernández Equiza (revista virtual "Contribuciones a la
Economía" - marzo de 2009), a Armando Boito
Júnior (revista "Jornal da Unicamp" nº 516 - Brasil,
diciembre de 2011), a Miguel Ángel Jiménez González (revista "Análisis
Económico" nº 66 - México, tercer cuatrimestre de 2012),
a Cédric Durand y Razmig Keucheyan (revista "Contretemps"
n° 19 - Francia, tercer trimestre de 2013) y a Esteban Mercatante (revista
"Ideas de Izquierda" nº 9 - Argentina, mayo de 2014).
¿Podría contarnos algo acerca de sus
antecedentes familiares, sus maestros y libros fundamentales en su formación?
Nací en
1942 en Rouen que es una ciudad de Normandía al norte de París. Mi padre era
arquitecto y mi familia era muy tradicionalista y católica. En la década de los
‘60 decidí estudiar una carrera de negocios y me gradué en la mayor Escuela de
Negocios de Francia, lo que me permitió estudiar algo de economía. En ese
entonces mis temas de estudio eran la gerencia empresarial, contabilidad,
relaciones internacionales y demás afines. Podría decirse que tenía cierto
conocimiento desarrollado sobre los mecanismos financieros y contables. En esa
década -no recuerdo exactamente el año- se publicó un libro referente a la
controversia entre la Unión Soviética y la China de Mao, y como yo quería saber
quién tenía la razón, el libro me interesó mucho, lo que me llevó a leer a
Marx, Lenin y otros clásicos; quería entender lo que pasaba. Durante la década
de los '60, con las luchas de los estudiantes en París y otras partes del
mundo, empecé a reflexionar acerca de la importancia de la obra de Marx para
entender el capitalismo. En ese tiempo en París se criticaba a la Unión
Soviética y los jóvenes pensaban que China iba a desarrollar algo nuevo. Por
esos tiempos tenía que hacer el servicio militar y el gobierno francés daba la
opción de las prácticas militares o pasar dos años en algunos de los países que
anteriormente habían sido colonias francesas. Así fui dos años a Argelia. Como
ahí tenía mucho tiempo libre, decidí escribir una tesis sobre "El Capital" de
Marx; el director de la tesis era Charles Bettelheim a quien veía un par de
minutos al año. A mi regreso a Francia envié el texto a Louis Althusser y él me
llamó por teléfono para comunicarme que lo publicaría como libro en su
colección con el título de "El concepto de la ley económica en 'El Capital'".
Esto quiere decir que usted recibió influencia
de Althusser…
El propio
Althusser escribió una amplia introducción donde dice: "Duménil trabajó solo".
En la década de los '60 en París, los estudiantes de la École Normale Supérieure
(donde Althusser enseñaba) trabajaban con él con la idea de regresar al texto
de "El Capital", perspectiva de la cual aprendí mucho. En esos años en París se
pensaba que habría que regresar a los textos de Marx con aspectos
epistemológicos, superando las lecturas tradicionales que se venían haciendo,
lo cual hice al leer a Marx y después al escribir la referida tesis, donde
explico cómo entendía el método de Marx en "El Capital". Más tarde me dediqué
al estudio serio de la economía marxista, economía keynesiana y economía
neoclásica, trayecto intelectual en el que me encontré con Dominique Lévy,
físico de formación. Fue él quien me ayudó a entender la teoría económica
ortodoxa.
De los autores clásicos, ¿Hilferding ha jugado
algún papel en su formación?
Nada
realmente importante. Hilferding es un autor al que respeto, su libro explica
de forma interesante la naturaleza de la nueva fase del capitalismo. Así en el
último libro que escribí con Lévy, "La crisis del neoliberalismo", en una de
sus páginas explicamos cómo la visión de Hilferding tiene un desarrollo
interesante sin que por ello desempeñe un papel central en nuestro trabajo.
Manfred Steger y Ravi K. Roy, afirman que el
neoliberalismo apareció en los inicios de los '70 y que hasta ahora ha tenido
dos oleadas (en los '80 y los '90). En contraste usted, al referirse al
neoliberalismo, lo ve como una segunda hegemonía de lo financiero cuyo primer
episodio data de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. ¿Podría
aclararnos esta diferencia de opiniones?
Para
nosotros el neoliberalismo data de los '70, específicamente a finales de esa
década en la que acontecieron cambios fundamentales. No se trató de algo que surgió
de un día para otro. Desde esa perspectiva habría que considerar las dictaduras
de América Latina, por ejemplo Chile en 1973 y Argentina en 1976, como fases
primarias del neoliberalismo. En el neoliberalismo, el Estado ve reducida su
participación en ciertas áreas económicas; las empresas tienen amplias
libertades con poco interés por resolver el desempleo, y se brinda una gran
protección y ampliación a la riqueza de las clases capitalistas. Es un orden
social violento al que denominamos de "hegemonía financiera". El término se
refiere al concepto de "finanzas" o "clases capitalistas", particularmente a
las fracciones superiores de estas clases y sus instituciones financieras; así,
en nuestro marco de análisis, las finanzas son clases cuyo poder está, en gran
parte, en el control del sector financiero y sus instituciones. Por tanto, las
finanzas son diferentes del sector financiero. La hegemonía financiera
significa básicamente el poder fuerte de esas fracciones superiores de las
clases capitalistas. También decimos que esa hegemonía financiera no es la
primera que ha existido en el capitalismo. Durante las primeras tres décadas
del siglo XX ya tuvimos una primera hegemonía financiera. Vio su límite en la
crisis del '29, decayendo en la Segunda Guerra Mundial y fracasando totalmente
con el nuevo orden social de la posguerra. Al respecto, no llamamos neoliberalismo a esa primera hegemonía financiera. Lo que ahora conocemos
como neoliberalismo ha sido una reconquista de la hegemonía financiera, por lo
que no existe contradicción alguna con que lo sugiere su pregunta, sino la
dificultad de saber si el neoliberalismo comenzó a principios de la década de
los '70 o a finales. Consideramos 1979, año en que la Reserva Federal aumentó
las tasas de interés y provocó la crisis de la deuda del Tercer Mundo, como una
fecha importante.
En su análisis sobre el neoliberalismo, usted no
comparte esa caricatura que reduce el neoliberalismo a la simple oposición
mercado versus Estado. Por el contrario ve un Estado clasista a favor de los
intereses de los poderosos aun en el neoliberalismo, por tanto rechaza la idea
de los Estados fallidos. ¿Qué nos puede decir al respecto?
Hace
aproximadamente quince años, muchos economistas de izquierda keynesianos
hablaron del neoliberalismo como un tipo de oposición entre el Estado y el
mercado, lo cual me parece completamente equivocado, porque el Estado aun en el
neoliberalismo es muy fuerte, y no hay razón para hablar de Estado fallido. Al
igual que otra que habla del "fin del político", esta visión no tiene sentido.
Estamos en una sociedad muy política y el neoliberalismo es el resultado de una
lucha de clase donde las clases populares, los trabajadores, perdieron ante la
victoria de la clase capitalista. No es el fin del político de ninguna forma.
Es verdad que con el neoliberalismo disminuyeron algunas políticas de
desarrollo y se ha desatendido el desarrollo a favor de la riqueza de las
clases más acomodadas. Significa un cambio de meta, no que la política haya
desaparecido. El sistema es cien por ciento político.
Esa inquietud por vincular lo económico y lo
político, como se lee en sus textos es tema de análisis del libro
"Altermarxismo" que escribió con Jacques Bidet. ¿Esto quiere decir que recibió
influencia de ese filósofo para la construcción del concepto de capital de
cuadros gerenciales o de clases?
De ninguna
manera. En mi primer libro que publiqué en Francia en 1975, el tema era la
posición de clase de lo que llamamos "cuadros". Los cuadros o los ejecutivos
son la parte superior de los asalariados, los managers, la gente que organiza
las empresas y el sector público. Ese es el componente revisionista de nuestro
marxismo, el cual combina fundamentalismo y revisionismo. No nos quedamos con
el Marx del siglo XIX como muchos marxianos pues estamos conscientes de que la
sociedad capitalista ha cambiado. En la editorial Actuel Marx, su periódico y sus
Congresos, nos encontramos con Bidet y descubrimos que teníamos ideas
importantes en común, por lo que decidimos escribir el libro "Altermarxismo",
en el que se intenta explicar esas ideas. Son cosas difíciles y que nos han
enfrentado a corrientes o escuelas del marxismo del pasado. Precisamente eso me
llevó a creer que era útil unir fuerzas con Bidet. Los resultados han sido muy
buenos. Nuestras ideas han progresado con los jóvenes marxistas mucho más que
con los viejos marxistas. En el libro "La crisis del neoliberalismo" explicamos
que en el neoliberalismo aumentan considerablemente los ingresos de las clases
capitalistas, pero que los ingresos de los ejecutivos aumentaron aún más. Por
ende, ahora mucha gente empieza a entender la importancia de estas tendencias
nuevas. En este contexto, desarrollamos un marco de análisis político que
define lo que son la izquierda y la derecha, preocupación que tenemos en común
con Bidet y que discutimos en el libro que escribí con él. Esto no significa
que compartamos el marco teórico de Bidet.
Algunos analistas como John Grahl y Juan
Kornblihtt afirman que su análisis corresponde a un marxismo-keynesiano. ¿Qué
responde a esto? De Keynes, ¿qué parte sí y qué parte no compagina con Marx?
Sí, es una
discusión actual. Ellos al igual que otros grupos, por ejemplo en Corea,
califican nuestro trabajo como "keynesiano". Nosotros pensamos que ellos son "marxistas
primerizos" con los que tenemos diferencias de perspectiva básicas. Primero,
quiero dejar en claro que no es ninguna vergüenza ser keynesiano. Sí pensamos
que en cierta medida la teoría macroeconómica debe considerar aspectos de la
teoría de Keynes, que se deben articular con la teoría del ciclo económico de
Marx. Eso es el tema del libro que ahora estamos escribiendo. La variedad de
opiniones de por qué somos keynesianos depende de la gente, pero siempre la
referencia a la caída tendencial de la tasa de ganancia desempeña un papel
central. Así, a los autores que usted menciona no les agrada nuestro trabajo
porque hablamos de la crisis del neoliberalismo como la crisis de una fase del
capitalismo. No les gusta porque nuestro argumento da entrada a la posibilidad
de una nueva fase del capitalismo. Cuando hablan de la crisis actual, prefieren
referirse a la "crisis del capitalismo" a secas, la cual según ellos acabará
con el capitalismo. Aunque no sólo ellos, un economista e historiador serio
como Immanuel Wallerstein también opina que estamos ante la última crisis del
capitalismo y que éste terminará pronto. No creemos que ésta sea la última
crisis del capitalismo. Ahora no vemos que el capitalismo se esté cayendo. Al
respecto nosotros tenemos análisis bastante sofisticados. Para nosotros se debe
luchar mucho más para acabar con el capitalismo. Otros dicen que somos
keynesianos porque hacemos hincapié en los mecanismos financieros. Para ellos,
hablar de mecanismos financieros significa ser un keynesiano, aunque deberían
decir un "postkeynesiano" o algo así. Nunca decimos que la crisis actual sea
una crisis financiera, pero creemos que la crisis actual, eso sí, tiene
componentes financieros importantes. Estos críticos también opinan que los
"verdaderos marxistas" sólo explican las grandes crisis del capitalismo con la
caída de la tasa de ganancia. A mi juicio, ignoran todo el trabajo de Marx
sobre la inestabilidad financiera, el capital ficticio, etc. Tampoco han leído
nuestros trabajos en los cuales la caída de la tasa ganancia ocupa un papel
central.
Podría explicarnos qué es lo que exactamente
entró en crisis, ¿el neoliberalismo o algo de él o el capitalismo tan sólo está
evolucionando?
Lo que
entró en crisis con el neoliberalismo fue un orden social, una etapa del
capitalismo. Un orden social se define por una configuración particular de
relaciones entre varias clases y varios grupos. Así, al neoliberalismo lo
define la existencia de una hegemonía, un liderazgo muy fuerte de las clases
capitalistas en alianza con la clase de ejecutivos o cuadros. Se trata de una
alianza de derecha en la cima de la jerarquía social. Es un marco social a
partir del cual transformaron todo el funcionamiento de la economía a escala de
un país con una nueva disciplina hacia los trabajadores, como en el mundo con
la globalización y la financiarización, etc. La única meta de este orden social
es acrecentar el poder y el ingreso de estas clases. En este sentido, el
neoliberalismo fue exitoso porque se enriquecieron mucho. Pero un día esa
locura no pudo sostenerse más y llegó la crisis actual. Cuando mencionamos que
el neoliberalismo entró en crisis estamos diciendo que entró en crisis el
capitalismo en su forma actual. Es un argumento que no les gusta a algunas personas
que rechazan la posibilidad de que exista otra forma de capitalismo. Piensan
que, con la crisis actual, llegó el fin del capitalismo. Los problemas con este
tipo de perspectivas son enormes. ¿Qué tipo de sociedad podría venir después
del capitalismo? ¿Qué va a suceder de aquí a diez años? Las clases capitalistas
siguen muy fuertes y al mismo tiempo con un gran problema en la actual crisis.
Discutiendo este tipo de temas, debemos recordar que estamos hablando
básicamente de la crisis en el centro. En el resto del mundo la situación es
diferente, por ejemplo, en América Latina. Sobre todo en China el capitalismo
se está fortaleciendo, lo que cuestiona básicamente la idea de quienes piensan
que, en la actualidad, podemos salir pronto del capitalismo. Como marxistas,
nosotros decimos que debemos deshacernos de las clases capitalistas, el
problema es cómo hacerlo y cuándo va a pasar eso.