Durante los años '60 y, por lo menos, una parte
de los '90, los países capitalistas más importantes atravesaron por una gran
crisis estructural cuyas manifestaciones han sido descriptas repetidamente:
debilidad de las inversiones y del crecimiento, desempleo, inflación,
ralentización del progreso técnico, disminución en la velocidad del aumento de
los sueldos, caída de la rentabilidad del capital. No obstante la sucesión de
diferentes crisis monetarias y financieras, la reabsorción del desempleo en los
Estados Unidos y su disminución en Europa, acompañada de la reanudación del
crecimiento económico, difundió el convencimiento de que la crisis estructural
había sido superada. La dinámica histórica del capitalismo no es solamente la
expresión de una suma de choques fortuitos y desordenados. Un análisis mas
detallado indica que en ella se juega un lance histórico de suma importancia que remite a la gran dialéctica marxista de las fuerzas productivas y las
relaciones de producción así como al papel motor de la lucha de clases. El
análisis de Duménil ubica al capitalismo contemporáneo en la historia del
capitalismo en general. El neoliberalismo se describe como la fase en que este
modo de producción ingresó desde comienzos de los años '80, después de las
primeras experiencias de las dictaduras latinoamericanas. Este capitalismo se
caracteriza por la violencia de los mecanismos que apuntan a asegurar la máxima
rentabilidad del capital. Además de la apertura de las fronteras comerciales y
financieras que desarticularon los modelos de sustitución de importaciones que,
después de la Segunda Guerra Mundial, habían tendido a resistir a la división
del trabajo imperialista, el neoliberalismo fue el terreno de un proceso de
desregulación permanente, en especial en el plano financiero. Se combinaron así
la búsqueda desenfrenada de ganancias, salarios muy elevados de los ejecutivos y
las innovaciones financieras más riesgosas. Esta trayectoria está directamente
implicada en la lógica del capital y fue llevada al extremo por el capitalismo
neoliberal. Duménil subraya
también la importancia de los aspectos financieros de la trayectoria
macroeconómica de los desequilibrios acumulativos de la economía estadounidense
y su financiamiento por el resto del mundo. Aquí se pone de manifiesto el
segundo gran conjunto de determinantes de la crisis actual. Es el capitalismo
neoliberal bajo la hegemonía estadounidense el que ha entrado en crisis desde
el momento en que se entrecruzaron estas dos tendencias insostenibles: la
inherente a la búsqueda desenfrenada de la rentabilidad, especialmente en el
sector financiero, y la de los desequilibrios macroeconómicos crecientes, uno
de cuyos componentes fue la disparada del endeudamiento de las familias apoyado en las innovaciones financieras más peligrosas. La crisis abierta en
2008 preanunciaría el ocaso del neoliberalismo y justificaría la apuesta por un
nuevo compromiso social "a la izquierda" que propone Duménil.
El prolífico economista francés ha publicado, además, en coautoría con Lévy, François
Chesnais (1938) e Immanuel Wallerstein (1930) los ensayos La globalisation
et ses crises. Des interprétations depuis l'économie critique (La globalización
y sus crisis. Interpretaciones desde la economía crítica) y Une nouvelle phase
du capitalisme? (¿Una nueva fase del capitalismo?); y en colaboración con Lévy,
Chesnais, Michel Husson (1949) y Suzanne de Brunhoff (1952) hizo lo propio
con La finance capitaliste (Las finanzas capitalistas). A continuación, la
sexta y última parte del resumen de entrevistas
concedidas por Duménil a Mariano Roark y Ana María Fernández Equiza (revista
virtual “Contribuciones a la Economía” - marzo de 2009), a Armando Boito Júnior (revista "Jornal da
Unicamp" nº 516 - Brasil, diciembre de 2011), a Miguel Ángel
Jiménez González (revista "Análisis Económico" nº 66
- México, tercer cuatrimestre de 2012), a Cédric Durand y Razmig Keucheyan
(revista "Contretemps" n° 19 - Francia, tercer trimestre de
2013) y a Esteban Mercatante (revista "Ideas de Izquierda"
nº 9 - Argentina, mayo de 2014).
De acuerdo con su enfoque y sus numerosos estudios acerca del funcionamiento del capitalismo, nos interesaría que nos precisara dos interrogantes fundamentales: ¿qué es el neoliberalismo? (cuáles son sus metas y métodos) y ¿por qué no es un modelo de acumulación o de desarrollo?
De acuerdo con su enfoque y sus numerosos estudios acerca del funcionamiento del capitalismo, nos interesaría que nos precisara dos interrogantes fundamentales: ¿qué es el neoliberalismo? (cuáles son sus metas y métodos) y ¿por qué no es un modelo de acumulación o de desarrollo?
El neoliberalismo es un nuevo orden social cuya
meta fue reestablecer el poder y los ingresos de las clases capitalistas que se
encontraban disminuidos desde la Segunda Guerra Mundial. Con el choque de la
depresión de los '30, de la Segunda Guerra Mundial y las luchas de clase, con
la Unión Soviética (cualquiera que fuera su naturaleza de clase) saliendo de la
guerra con un poder mayor, prevaleció durante las primeras décadas de
posguerra un nuevo compromiso social (social demócrata) de "izquierda", entre
las clases populares de trabajadores y empleados, y los cuadros de los sectores
privados y públicos, en el cual el poder de la clases capitalistas era
"contenido". A principios de los '80, aprovechando las condiciones de la
crisis estructural de los '70, las clases capitalistas impusieron el nuevo
orden social neoliberal (mejor dicho "una hegemonía financiera"). Significa, en
el plano nacional, una nueva disciplina de los trabajadores y gerentes (un nuevo
gobierno de empresa dedicado a la creación de valor para el accionista), y
nuevas políticas (estabilidad de los precios, etc.). En el plano internacional,
implica la apertura comercial (el libre comercio) y la libre circulación de los
capitales, poniendo a los trabajadores del mundo en una situación de
competencia global. De un lado, fue un crimen contra la humanidad; de otro
lado, un éxito extraordinario según su meta pues los ingresos de las
clases más acomodadas aumentaron de forma tremenda, en particular en los
Estados Unidos. En este país las clases de gerentes y organizadores en general
entraron en un nuevo compromiso social, de "derecha", entre los dueños de los
capitales y los cuadros gerenciales, en particular las fracciones superiores de esta clase:
el "compromiso neoliberal".
¿Dónde se ubican las pequeñas crisis que en los '80
y '90 aparecieron en algunos países de los ahora llamados emergentes?
Resultaron
de la implementación del orden neoliberal en esos países. Son crisis cien por
ciento neoliberales que aparecieron en países como México, Argentina, en Europa,
Asia y otras regiones, donde se introdujo el neoliberalismo. Estados Unidos
también tuvo una crisis financiera en la década de los '80, pero no se compara
con esas crisis. Hoy día la crisis apareció en el centro y no vemos
discontinuidad. La implementación del neoliberalismo en esos países resultó en
crisis locales, después consiguieron establecer un capitalismo neoliberal
global, a pesar de que China no sea un país neoliberal y, finalmente, vino la
crisis en el centro.
Por otra
parte, dentro de la actual coyuntura global, ¿hacia dónde cree que se dirige la
economía internacional y cuál es el rol que cumple Estados Unidos dentro de
ella?
La crisis financiera actual, cuyo centro se
encuentra en los Estados Unidos, manifiesta las contradicciones del
"neoliberalismo bajo hegemonía estadounidense". Se debe a la convergencia, no
fortuita, de la trayectoria de desequilibrio de los Estados Unidos
(desequilibrio de la cuenta corriente y financiamiento de la economía del país
por el resto del mundo) y de una aceleración loca de los mecanismos
financieros, en particular de la deuda de los hogares (con los mecanismos de
securitization) desde la recesión del 2001. A esto se debe añadir el alza de
los precios de las materias primas y de las fuentes de energía. Esta crisis no es una crisis del "neoliberalismo
en general" pero afecta el poder central: Estados Unidos. Por esta razón puede
tener consecuencias muy importantes. La hegemonía estadounidense se encuentra
amenazada frente a Europa y los nuevos poderes emergentes como China o Brasil.
Los lazos entre Estados Unidos y Europa son muy fuertes. Un escenario probable
es la constitución de un polo Norte-Atlántico más fuerte, enfrentando el papel
creciente de algunos países de las periferias. En cuanto al neoliberalismo,
podemos prever nuevas reglamentaciones y protecciones, pero la cuestión central
es la naturaleza de clase del orden social. En este respecto, todo dependerá de
las luchas populares.
Dentro de
este marco, ¿evalúa que habrá cambios significativos en el corto plazo? Y de
ser así, ¿qué implicancias tendrían para las economías de América Latina?
En el plano nacional, Estados Unidos entra en
una recesión cuyo tratamiento requerirá un fuerte déficit presupuestario. Un
gobierno demócrata podría recurrir a gastos sociales, pero existen otros
métodos para gastar y una recesión bastante profunda y duradera también
constituye una herramienta para lograr más concesiones por parte de las clases
populares. La red internacional de las grandes sociedades transnacionales
necesita el libre comercio y el libre movimiento de los capitales. Estados
Unidos no puede cambiar las reglas generales en este ámbito, sólo puede
multiplicar las "excepciones", como lo hacen, en nombre de la seguridad
nacional o de cualquier otro pretexto. En América Latina se acabó el periodo de las
políticas neoliberales extremas de los '90 como en México o en Argentina.
Varios países de América Latina se benefician bastante de la tendencia al alza
de los precios de varios bienes, mientras que otros siguen en la misma
situación de competencia con países de Asia en los cuales el costo del trabajo
es bajo. La desigualdad crecerá, con la consolidación de poderes
subimperialistas.
Como se ha
visto en estos últimos años, a raíz de los cambios en las orientaciones políticas
y económicas, algunos países de América Latina han experimentado serios
conflictos de intereses con importantes grupos económicos que han hecho sentir
su resistencia a cualquier transformación que amenace el statu quo
sociopolítico. En este sentido, ¿cómo analiza la relación entre capitales
financieros, agronegocios y explotación de recursos naturales?
Desde hace más de un siglo el gran capital mundial
es un capitalismo financiero en el sentido de Hilferding: una fusión de los
capitales del sector financiero e industrial. Hilferding escribió: "los
magnates financieros no dominan a los magnates industriales, son los mismos". En el capitalismo contemporáneo, a través de las grandes instituciones
financieras, este carácter es fundamental. En varios países de América Latina una
segmentación de la propiedad capitalista en tales sectores sigue vigente en
algún aspecto. Significa que tales "contradicciones internas" podrían
desempeñar un papel significativo. Pero no creo que sea central. Pueden pensar,
por ejemplo, en el poder del sector financiero en Brasil (los "administradores"
del capital que devenga interés como decía Marx), en el cual todas las
fracciones de las clases capitalistas invierten.
¿Cuáles son los puntos débiles y fuertes de las
diferentes explicaciones marxistas a la crisis? ¿Qué mecanismos le parecen más
convincentes?
Existe una
larga tradición de interpretación de las dinámicas históricas en términos de
onda larga dentro de un arraigo más o menos braudeliano o referente a
Kondratiev. Podemos citar a Immanuel Wallerstein, Giovanni Arrighi o Ernest
Mandel, entre otros. Según sus interpretaciones, el capitalismo invierte en
trayectorias de sobreproducción (concepto comúnmente mal expuesto, tal y como
reconoce Arrighi en su último libro). La rentabilidad del capital merma y la búsqueda
del beneficio paraliza a los inversores del sector financiero. Wallerstein, por
ejemplo, ve en la crisis actual la confirmación de su cuadro analítico y
pronostica que la tendencia a la baja de la tasa de ganancia hace que el
capitalismo se encamine, irremediablemente, hacia su fin. Los análisis empíricos que hemos realizado
(en el periodo que va desde finales del XIX hasta la actualidad en Estados
Unidos) nos llevan a diferenciar dos tipos de crisis estructurales (dos grandes
crisis): crisis de rentabilidad y crisis de hegemonía financiera. Estas últimas
corresponden a la caracterización que Marx y Engels dieron de las clases
capitalistas en el "Manifiesto..." como aprendices de brujo, al perder el control
de las conmociones que ellas mismas desencadenan. En nuestros estudios anteriores,
examinamos detenidamente la crisis estructural precedente, la de los años '70.
Nuestro diagnóstico fue el de una crisis de rentabilidad, es decir, la
continuación de una baja efectiva de la tasa de ganancia de las empresas.
Expusimos, de manera empírica en nuestra obra "La crisis del neoliberalismo"
que este diagnóstico no podía ser aplicado hasta el último momento de las
crisis estructurales. En las definiciones que utilizan grandes medidas de
beneficios, la tasa de ganancia reducida en los años '70 no remontó; sin
embargo, las bajadas de impuestos permitieron restablecer la rentabilidad de
las empresas. Otra corriente de inspiración marxista-keynesiana -de gran peso
en la izquierda radical, especialmente en el movimiento internacional
altermundialista Attac- se centra en la deformación de la repartición del valor
añadido en beneficio de las ganancias (véanse los trabajos de Michel Husson).
Además de que esta tendencia no se observa en Estados Unidos, país del cual
proviene la crisis, estamos totalmente en desacuerdo en lo concerniente al
diagnóstico: esta bajada habría causado una falta de demanda, la cual no vemos.
Este cuestionamiento del aumento de la cuota de las ganancias se asocia con el
aumento de los préstamos. Estas dos ortodoxias de la izquierda radical, contradictorias no obstante -de "no hay suficiente beneficio" a "no hay
sueldos suficientes y hay demasiados beneficios"-, hacen que dialogar sea
difícil. Consideramos no convincentes todas estas elucidaciones. En nuestra
interpretación se combinan las tendencias insostenibles propias de las
trayectorias neoliberales y los desequilibrios crecientes de la economía
estadounidense ligados a la mundialización neoliberal.
Las políticas propuestas por los dos grandes de
la Unión Europea para superar la crisis repiten las fórmulas neoliberales: los
mercados intimidan a los gobiernos. Los gobiernos de Francia y Alemania exigen
más y más recortes presupuestarios. ¿Por qué insisten en una política que, para
muchos observadores, está en el origen de la crisis? ¿Qué resultado puede
producir la aplicación de tales políticas?
Yo de ninguna manera pienso que la falta de rigor presupuestario haya sido una
de las causas de la crisis. Eso es la expresión de una creencia keynesiana
ingenua, tan ingenua como la creencia en la capacidad de esas políticas para
permitir la salida de la crisis sin tener en cuenta las necesarias transformaciones
antineoliberales. Incluso, en este contexto, las políticas que buscan erradicar
los déficits no impidieron una nueva caída en la producción.
Muchos observadores han planteado la
posibilidad de que el euro se extinga. ¿Usted cree que eso podría ocurrir? De
acuerdo a su análisis, ¿cuáles serían los resultados más probables de la crisis
actual?
Es posible que algunos países salgan de la zona euro. Eso no resolverá el
problema de sus deudas, la cual se tornaría impagable luego de la
desvalorización de la nueva moneda sustituta del euro. El problema es el del
cancelamiento de la deuda o de su adopción por el Banco Central. La crisis de
la deuda afectó ahora los países del centro de Europa; será necesario que éstos
tomen conciencia de la amplitud y de la verdadera naturaleza del problema. Esto
nos remite a las características de aquello que llamamos la "tercera fase" de la
crisis. ¿Cuáles políticas serán adoptadas frente a la nueva recesión? ¿Cómo
será digerida la crisis en Italia y luego en Francia? ¿Cómo Alemania responderá
a la presión de los "mercados" (las instituciones financieras internacionales)?
Una cosa sabemos: esas deudas no deben ser pagadas, lo que exige su
transferencia fuera de los bancos o una fuerte intervención en su gestión. Ahora,
¿el punto fundamental es la voluntad de los gobiernos de los países más
poderosos de Europa, principalmente Alemania, de reforzar la integración
europea (en vez de acabar con la zona euro) que se opone a la voluntad de
"desglobalización" de algunos? Ese debate oculta la cuestión central: ¿cuál
Europa? ¿Una Europa de las clases superiores o la de un nuevo compromiso de
izquierda?
Por
último. En el famoso debate entre Noam Chomsky y Michel Foucault, a principios
de la década del '70, el lingüista norteamericano defendió la necesidad
intelectual tanto de comprender la naturaleza del poder y de las instituciones
básicas de opresión como de intentar crear la visión de una sociedad futura. A
esta última tarea le concedió una radical importancia llegando a sostener que
era "crucial saber qué objetivos imposibles queremos alcanzar si nuestra
intención es alcanzar algunos de los objetivos posibles". En este sentido,
¿cree usted que es posible pensar en nuevas formas de organización social para el
corto o mediano plazo? Y de ser así, ¿cuáles serían sintéticamente los
principios rectores de esa alternativa?
No necesitamos a nadie para saber que se deben
definir alternativas, ni a Chomsky, ni a Foucault. La izquierda radical tiene
que conquistar un tipo de madurez fuera de tales referencias. El problema es el
contenido, fuera de declaraciones de buenos sentimientos o intenciones. En el corto plazo, se trata de establecer -sobre
la presión de las luchas populares- un nuevo compromiso de izquierda con las
clases de los cuadros gerenciales para transformar el orden social tanto en el plano nacional
(solidaridad social) como internacional (solidaridad desarrollista), y
contener los poderes capitalistas tan fuertemente como sea posible. Sin
embargo se deben evitar los defectos de las primeras décadas de la posguerra:
el imperialismo (de las guerras coloniales o de Vietnam en particular) y la
destrucción del planeta. Sobre todo se necesita iniciar una dinámica de lucha
para prohibir cualquier retroceso hacia una hegemonía financiera como en el
neoliberalismo, o cualquier consolidación de un poder de clase por parte de los
cuadros gerenciales, sea demócrata (en el sentido de una democracia de clase) o
dictatorial (como en el sovietismo). De inmediato, este nuevo orden social debe crear
las condiciones de su propia superación en dirección de una sociedad sin clase,
lo que significa mucha democracia directa y la transformación de las practicas
de mando bajo la presión de organizaciones populares realmente autónomas: la
eliminación de los privilegios no solamente de la propiedad sino de las
jerarquías en las organizaciones en general.