25 de mayo de 2016

Beatriz Alonso Aranzábal: "Cine y literatura son formas de ir más allá de nuestra mera existencia y de congraciarse con la vida"

Dentro de la construcción literaria narrativa moderna, el microrrelato ha sentado -al parecer- definitivamente sus bases en lo que va del presente siglo. En ese sentido, son innumerables los autores que incursionan en el género y la madrileña Beatriz Alonso Aranzábal (1963) es una de ellos. Psicóloga clínica, cineasta y traductora, además de escritora, formó parte del grupo musical Los Monaguillosh en el movimiento contracultural de los primeros años ’80 conocido como "Movida madrileña". Sus microrrelatos han sido incluidos en diversas antologías y en las revistas "Massaconfusa" y "Prosofagia", y ha sido colaboradora en varios medios de prensa tanto españoles como italianos. En formato "ebook" ha publicado "Cartas imposibles" y "100 consultas adolescentes". Su última producción literaria es "La vida es una palabra muy corta", un libro pródigo en microrrelatos escritos como un elogio al determinismo y en el que la fatalidad guía su literatura. Juan Peregrina Martín la entrevistó para la página web de la editorial Nazarí. En la charla, la multifacética autora habla justamente de este libro así como de otros proyectos.


Te sientes cómoda en el relato corto, el microrrelato y el hiperbreve a juzgar por la última parte de "La vida es una palabra muy corta", tu libro aparecido en Nazarí: ¿qué aporta este género a tu manera de ver la literatura?

Es un tipo de literatura que se puede alternar con, por ejemplo, una buena novela, porque tiene otro tipo de exigencia por parte del lector. Como escritora, me he acostumbrado a condensar en un texto breve algo que trasciende la mera lectura rápida. Lo interesante de lo hiperbreve es excitar la imaginación.

Los temas que tocas son múltiples y variados: ¿se busca en la literatura no aburrir con repeticiones vacías o recurrencia de escenarios? Te lo pregunto por la importancia que tiene en este género también la narratividad del texto en sí, el contar una historia diferente en cada microrrelato, la dificultad de realizar buenas piezas breves, impactantes y sorprendentes.

No me gusta escribir sobre un tema, sino a partir de una idea, observación o experiencia sobre la que, por algún motivo no consciente, me he detenido. El tema de fondo emerge después. No busco impactar con la historia, pero me emociona descubrir que he escrito una historia que impacta.

Hay protagonistas extraños o extrañados en tus cuentos: ¿somos más interesantes cuanto más raros, cuantas más carencias afectivas poseamos…? ¿Dónde está el interés que provoca la chispa en tu mirada para la construcción del personaje?

Los protagonistas extraños son a menudo fruto de la extrañeza de la vida misma. Frente a la aparente uniformidad del ser humano en lo cotidiano, me gusta desvelar algún aspecto oculto que da otra dimensión del mismo. Me gusta que las situaciones nos parezcan extrañas y que no nos conformemos con una aparente "normalidad". Ciertas reacciones o comportamientos que despiertan mi curiosidad son a menudo la chispa para escribir.

Muchas mujeres aparecen en tu narrativa: ¿estamos encontrando el equilibrio por fin gracias a escritoras y escritores que conceden el sitio que merece la mujer en algunos ámbitos, o todavía queda mucho camino entre las relaciones femeninas y masculinas?

Aparecen mujeres y hombres porque no puede ser de otra manera, estamos en el mundo a partes iguales; lo raro es que, en el siglo XXI, aparezcan (en un libro, en una peli, en la tele, etc. etc.) solamente muchos hombres o solamente muchas mujeres. Las relaciones se tienen que equiparar, y debemos dejarnos de estereotipos y vernos (y entendernos) como seres humanos que somos todos.

Las relaciones de poder aparecen disfrazadas de amor, matrimonio, familia… para quien no conozca todavía tu libro: ¿te consideras más cerca de la realidad cotidiana o prefieres la invención pura sin filtros "realistas"? ¿O practicas la mescolanza?

Creo que escribo sobre la realidad pero desde una mirada que se cuestiona siempre qué o por qué está pasando. La pura observación del comportamiento humano nos da muchas claves para entender la realidad. Pero hay que saber mirar, escuchar y analizar. Las apariencias engañan siempre, debemos ir más allá si queremos construir una realidad más justa. El poder no está siempre donde parece, a veces está donde menos lo imaginas. Usar la imaginación ayuda a transformar lo real en algo más universal.

Uno de los temas que llaman la atención, sin géneros predominantes son las relaciones amorosas: los celos, el engaño y la traición… Tanto el hombre como la mujer son animales de instintos: ¿es un tema atractivo para ti por las diferentes posibilidades para explorar narrativamente?

Las relaciones humanas me fascinan y un buen relato de éstas siempre me resulta de interés. Las relaciones amorosas son un potencial enorme para disfrutar de las emociones.

En el prólogo del libro Isabel González afirma que tu mirada es cinematográfica, debido a tu dedicación como guionista y directora de cortos: ¿es importante la capacidad visual que aporta el cine para escribir literatura? ¿No es difícil hacerlo bien al ser dos lenguajes diferentes?

Me gusta desenvolverme en ambos ámbitos, cuando me sumerjo en un libro en mi cabeza se monta una gran película. Cuando escribo, lo que hago es verter las películas que se crean en mí al soñar o imaginar. Vi tanto cine de pequeña y de joven que me fascina su lenguaje. Cine y literatura son formas de ir más allá de nuestra mera existencia y de congraciarse con la vida.

También podemos leer que las simbologías, los mitos y los elementos comunes están tomados con manos nuevas, reescritos y reelaborados desde una perspectiva muy personal: ¿puedes definirnos tu posición estética respecto a estos textos?

Hay mitos, cuentos y leyendas que se nos quedan bien grabados en nuestra memoria por el motivo que sea. Reinterpretarlos es una forma de disfrutar y de mostrar al mundo que la esencia humana es la misma en todas las épocas y culturas.

La música fue y es otra de tus pasiones: llegaste a vivir en primera persona la "movida madrileña", incluso tuviste un grupo:¿qué queda de aquellos años en la Beatriz Alonso de hoy?

Queda la capacidad de emocionarme y de sentir una gran energía al escuchar la música de la nueva ola, el punk, el ska, el tecno y el afterpunk. Fui una niña que se pasaba el tiempo escuchando singles en el comediscos y cuyo primer LP fue "Help!" de los Beatles cuando tenía nueve años. Al llegar a la adolescencia tuve la enorme fortuna de vivir una explosión creativa y musical que luego se dio a conocer como la Movida madrileña. Mi grupo se llamaba Los Monaguillosh.

Eres psicóloga clínica, ¿cuánto hay de tu profesión en tu escritura? ¿Es un atractivo más que te permite pasearte por las regiones menos claras de nuestra personalidad?

Mi profesión me permite conocer las historias de las personas, lo cual siempre me ha parecido apasionante. Creo que mis conocimientos y mi experiencia en la práctica profesional indirectamente le dan rigor y una base sólida a mis historias, por lo cual mucha gente se puede llegar a identificar. Nunca están construidas sobre la nada, sino sobre un fondo humano real.

Nos interesa saber lo que una mujer como tú, con tantas expectativas, ideas y lecturas, tiene en mente para un futuro: ¿algún proyecto artístico a la vista?

Tengo muchos proyectos, la cuestión ahora es centrarme en uno solo y empezar a trabajarlo. Ten en cuenta que lo hago en mi tiempo libre, cuando reúno fuerzas y ganas, pero sobre todo cuando estoy convencida de la calidad de lo que voy a hacer.