8 de marzo de 2025

Franco Berardi: "Hoy, el fascismo del que hablamos es el fascismo de los impotentes" (2/2)

Franco “Bifo” Berardi debutó como ensayista en 1970 con “Contro il lavoro” (Contra el trabajo), y desde entonces ha publicado medio centenar de ensayos entre los que pueden citarse “La fabbrica dell'infelicità” (La fábrica de la infelicidad), “Fenomenologia della fine” (Fenomenología del fin), “L'anima al lavoro” Dall'alienazione all'autonomia” (Almas al trabajo. De la alienación a la autonomía), “Heroes. Suicidio e omicidi di massa” (Héroes. Asesinato masivo y suicidio), “Futurabilità” (Futurabilidad), “Dopo il future. Dal futurismo al cyberpunk. L'esaurimento della modernità” (Después del futuro. Del futurismo al cyberpunk. El agotamiento de la modernidad), “La sollevazione” (La sublevación), “Cronaca della psicodeflazione” (Crónica de la psicodeflación), “La nonna di Schäuble. Come il colonialismo finanziario ha distrutto il progetto europeo” (La abuela de Schäuble. Cómo el colonialismo financiero destruyó el proyecto europeo).
En sus ensayos ha explorado, recurriendo habitualmente a la teoría de la comunicación, el psicoanálisis y el materialismo histórico, el papel que juegan los medios y la tecnología en el actual capitalismo postindustrial, examinando cuestiones como la conectividad digital, la alienación, la sobreestimulación y la automatización. Muchos de los escritos que el pensador y activista italiano elaboró entre los años ‘70 y la actualidad fueron recopilados en “Quarant’anni contro il lavoro” (Medio siglo contra el trabajo), el cual fue publicado en la Argentina en 2023. Al ser consultado sobre la actual situación política argentina, opinó que “junto a la inteligencia artificial, la demencia se expande por el mundo: no son las máquinas las que se alinean a valores humanos; nuestros cerebros toman sus lógicas”. “Hablan mucho de libertad -agregó-, pero lo que hacen concretamente es destruir las reglas que la modernidad ha creado para proteger de una cierta manera la vida y la libertad misma de las personas frente a la agresividad del capitalismo. ¿Esa es la libertad de la que hablan los nazistas liberales de hoy?”.


También aseguró que la “libertad” que difunde el presidente libertario es la de “los mercantes de esclavos”. A renglón seguido puede leerse la segunda parte de los fragmentos seleccionados de la video entrevista difundida en el programa de televisión “Periodismo Puro” el 28 de diciembre de 2024 y del 4 de enero de 2025.
 
¿Las categorías políticas izquierda o derecha quedaron obsoletas hoy en día?, ¿sirven para algo?

Tengo que dar dos diferentes respuestas a esta pregunta. Una es una respuesta política, un poco pasatista. La política de la izquierda italiana o europea o norteamericana es un poco diferente en el mundo español, en España, Argentina, etcétera. Pero en Europa la política de la izquierda ha sido indistinguible de la política de la derecha. La izquierda europea ha preparado el neoliberalismo, la privatización, la destrucción del sistema público de la sanidad, la destrucción del sistema público de la educación, etcétera. Entonces, ¿cuál es la diferencia entre los democráticos europeos y los fascistas europeos? No la veo en el fondo. Es un escándalo lo que los fascistas italianos están haciendo contra los migrantes, la deportación, etcétera. Pero la mente que ha pensado la política de Meloni se llama Marco Minniti, era ministro del Interior del Partido Democrático. Un asesino, un racista como lo es Meloni. Entonces, no hay derecha, no hay izquierda en la historia reciente de Europa. Pero hay otra respuesta que tengo que dar. Me parece que todo el sistema categorial de la modernidad, todo el sistema conceptual de la política, no tiene sentido hoy. Porque es la voluntad humana lo que no tiene ninguna potencia. Y cuando la voluntad no tiene potencia, la política no significa nada. Claro que hay personajes como Donald Trump o como en el señor Javier Milei, que aparecen y que son diferentes de la izquierda a muchos niveles, antes que nada, en su gesticulación, en su verborragia, etcétera, son diferentes. Pero al final, por qué tengo que preferir a Joe Biden o Kamala Harris a Donald Trump, no lo puedo entender muy bien. Barack Obama es el presidente norteamericano que ha expulsado más migrantes, más que Donald Trump. Sé que ahora Donald Trump se está preparando a hacer cosas inimaginables, pero son desde un punto de vista substancial, las mismas cosas que han hecho los demócratas. Entonces, izquierda, derecha, por muchas razones, no son categorías interesantes hoy. Me parece mucho más interesante la dicotomía entre humanos e inhumanos, humano y poshumano, humano y transhumano, esa es la problemática del tiempo que viene.

¿Cuál cree usted que es el lugar que ocupará China en este auge de las extremas derechas y en un orden mundial disputado entre capitalistas, globalistas y capitalistas nacionalistas?

Como no soy un chinólogo y culpablemente no hablo el idioma chino, no me permito decir cosas que no conozco lo suficiente. Lo que puedo hacer es observar una diferencia que, en mi sentido, por lo poco que puedo conocer, no es una diferencia política, es mucho más profunda que la política. Es decir, es una diferencia antropológica y cognitiva. Yo creo que el pueblo chino, en su larga historia, ha sido capaz de mantener una condición de colectivismo natural, de colectivismo antropológico que no pertenece al orden de la decisión política. Pertenece mucho más al orden de la diferencia antropológica y también, quiero subrayarlo, al orden de la diferencia cognitiva en la relación entre escritura e idioma. China es totalmente diferente, es una civilización que ha producido una forma de comunicación escrita, que no es solo diferente a nivel lingüístico, es diferente también a nivel cognitivo. Esta especificidad, esta diferencia específica de la cultura china puede jugar un papel fundamental en este período. Nunca he sido maoísta, pero reconozco que hoy la experiencia de Mao Tse-Tung, que no era un comunista, era un chino, fue un gran pensador chino, un gran político chino que se refirió al marxismo de manera muy metafórica, pero esa experiencia hoy podría devenir importante para resistir a los efectos catastróficos del declive occidental que los occidentales no pueden aceptar. Los occidentales están listos para destrozarlo todo para evitar su propio declive. Espero que el pueblo chino, como las mujeres del mundo hispánico, puedan salvar algo de la buena herencia de la modernidad.

¿Usted percibe algo como un goce de la crueldad en estas nuevas formas políticas de la extrema derecha?

Gracias por preguntarme esto, porque es un tema que me concierne mucho, que estoy interrogando mucho. Estoy terminando de escribir un libro que aparecerá en Italia al comienzo del año próximo, que se llama Pensar después de Gaza, y está dedicado a la ferocidad, no a la crueldad. ¿Qué es la ferocidad? Un personaje de la trilogía de ciencia ficción distópica china que se llama El problema de los tres cuerpos de un escritor chino que se llama Liu Cixin, este personaje dice en cierto punto: “Si perdemos nuestra humanidad, perdemos mucho; si perdemos nuestra animalidad, nuestra ferocidad, lo perdemos todo”. Es una frase muy contundente, terrible. Porque nos explica por qué la violencia feroz, en el sentido etimológico de la palabra que significa animal, no humana. ¿Por qué la ferocidad ha vuelto en la historia del mundo? Israel es una prueba evidente de eso. El pueblo judío ha sufrido la violencia extrema de un genocidio que ha producido un trauma que hoy se manifiesta de manera pervertida. Hoy el trauma del Holocausto se manifiesta como conciencia del hecho de que o somos racistas o morimos. Ser racistas, esa es la única manera de sobrevivir al nazismo. Y como el nazismo sigue existiendo, tengo que ser racista. Eso se llama ferocidad. Claro que hay también crueldad. La crueldad es diferente de la ferocidad. La ferocidad es una reacción animal del instinto de conservación; la crueldad es algo humano, elaborado, cultural, es el deseo de producir sufrimiento. ¿Es un efecto de la ferocidad? Lo es parcialmente. Pero hay algo más sádico, más perverso, más doloroso en la crueldad. La crueldad no es necesaria ni a los animales. Los humanos hoy son feroces y también crueles.

Usted dijo que el capitalismo financiero no nos domina a través de la imposición política, sino a través de automatismos técnico-lingüísticos. ¿Podría ampliar esa idea con nuestra audiencia?

En el pasado el capitalismo dominaba la vida de los humanos a través de decisiones políticas, imposiciones políticas. A un cierto punto, el dominio económico del capitalismo se ha transformado en automatismos financieros que implican el hecho de que, si no haces las cosas así, no perteneces al juego. Hay juegos libres en que se pueden cambiar las reglas. Hay juegos en que, si cambias las reglas, estás afuera. Bueno, el dominio financiero es de este tipo. Lo hemos descubierto en 2015, cuando Grecia decidió no aplicar la imposición financiera europea, pero fue obligada, contra su misma voluntad democrática, a aceptarla, porque no había una manera técnica de seguir existiendo. Pero, hay otro aspecto del dominio tecno-lingüístico, la introducción en la mente humana de reglas automáticas. La nueva generación creo que vivirá en condiciones de compatibilización, de adecuación al dominio técnico.

La palabra libertad, desde el confinamiento durante la pandemia, ha sido utilizada por políticos de todos los colores, y al mismo tiempo usted en “El tercer inconsciente” habla de libertad y potencia, ¿qué ocurre con la voluntad y la autonomía respecto de la libertad, y por qué cree que la libertad es una palabra que ha sido tan usada en los últimos años después de la pandemia?

Me acuerdo de una frase del ensayista británico Samuel Johnson, que a mediados del siglo XVIII decía: escucho la palabra libertad sobre todo por los mercantes de esclavos. Son los mercantes de esclavos que gritan ¡Libertad, Libertad! ¿De qué libertad están hablando estos señores mercantes de esclavos como Javier Milei? Están hablando de la libertad de explotación completa, total, definitiva, del tiempo de la vida humana. De hecho, hablan mucho de libertad, pero lo que hacen concretamente es la destrucción de las reglas que la modernidad ha creado para proteger de una cierta manera la vida y la libertad misma de las personas frente a la agresividad del capitalismo. ¿Esa es la libertad de la que hablan los nazistas liberales de hoy? Pero hay un otro aspecto de la palabra libertad, es un aspecto filosófico que me interesa muchísimo, porque hay toda una mitología de la libertad en la época moderna y olvida la verdadera relación entre libertad y potencia. Es decir, yo puedo decir que soy libre de abrir la ventana y de lanzarme desde el quinto piso. Sí, soy libre, pero me mato porque no tengo la potencia para volar. Entonces, el concepto de libertad que ha nacido al comienzo de la modernidad con el humanismo italiano... hay un pensador italiano que se llama Pico della Mirandola, que concibió la libertad como la condición de los hombres y de las mujeres, cuando no se encontraban bajo la decisión divina. En cierto punto, cuando Dios decide que los hombres y las mujeres, sobre todo las mujeres, tienen que salir del paraíso terrestre, ¿qué dice Dios? Ahora ustedes tienen que decidir libremente, es el libre albedrío del que se habla en este momento. Pero el libre albedrío no significa que podemos hacer todo lo queremos, podemos hacer todo lo que podemos. Entonces la potencia es el verdadero momento de fundación de la libertad misma. No hay libertad sin potencia.

Trump y Milei, llaman comunistas a todos los opositores. ¿Usted cree que se refieren a una forma de marxismo cultural? ¿Existe un marxismo cultural que esté más vivo que nunca?

La pregunta me hace un poco reír. No es la pregunta que me hace reír. Me hace reír la retórica de la derecha, que considera hasta a la señora Kamala Harris como una peligrosa comunista. Me parece que hay un volver al macartismo, la necesidad de identificar un enemigo absoluto, etcétera, todo eso hace parte de la dinámica política. Pero me parece que hay también una mala fe profunda, un desprecio de los electores derechistas mismos. Es decir, los electores derechistas que son personas como yo, como usted más o menos, son obreros, son estudiantes, pero se encuentran en una condición de ser completamente despreciados por sus líderes, como el señor Trump y el señor Milei. Milei piensa que sus electores son idiotas, y tiene un poco de razón, porque el efecto de su relación con sus electores es transformarlos en idiotas. El uso de la palabra comunista de manera totalmente falsa desde un punto de vista histórico, ideológico, teórico, etcétera, es la demostración evidente que considera a sus electores como personas que no saben nada de la historia real, que no saben que el comunismo ha sido una experiencia extraordinaria de organización de los trabajadores industriales. Este proyecto fracasó. Como comunista, porque soy comunista, pero soy un comunista que reconoce el fracaso de su proyecto, ahora tengo que analizar una realidad que se ha producido después del fracaso del comunismo, después del fracaso del internacionalismo. Esa es la realidad. Y hay también la fabulación idiotizante de los líderes de la derecha.

Milei utiliza la palabra “casta” y con casta resume todo aquello que sería el sistema, los dirigentes, la política, los que están siempre. En Italia se utilizó la palabra casta también, Milei la tomó de allí. Y usted mencionaba el fracaso del comunismo como sistema político y quiero llevarlo al planteo de Pareto 80-20 más usado para el marketing, que se lo puede llevar a la política: ¿no importa qué sistema haya, siempre va a haber un 20% que conduzca a un 80% porque el sistema piramidal es inmanente a la organización?

La palabra casta sería una palabra muy importante si queremos analizar, por ejemplo, la sociedad mundial. Si queremos analizar sociedades donde la casta existe verdaderamente, es algo muy serio, no solo a nivel social, también a nivel sexual, a nivel psíquico, etcétera, etcétera. El uso de la palabra casta por algunos bienintencionados periodistas italianos en los años 80 ha sido una catástrofe conceptual completa. Porque en estos periodistas, he olvidado el nombre, el uso de la palabra casta es la demostración de ignorancia y de cinismo. Cuando hablamos de clases sociales, de la estratificación social, estamos hablando de algo científicamente fundado. Cuando los marxistas hablamos de clase, hablamos de una figura social determinada al interior de la relación productiva, de la distribución de la riqueza, etcétera, etcétera. Los que hablan de casta toman la palabra india para traducirla en algo que significa prácticamente nada. La élite, los que tienen el poder, pero los que tienen el poder no es una definición científica porque cambian. A partir de esta definición ignorante, definición que desde el punto de vista social y económico no significa nada, han producido un efecto de cinismo generalizado. El problema es eliminar la casta política, la derecha, la izquierda, los comunistas, los democristianos, la casta política, no importa quién. A partir de eso, se ha abierto la puerta a una ficción de gobierno de los que representan a la sociedad real. Por ejemplo, Donald Trump, que es un tipo que con la sociedad real no tiene ninguna relación hasta el punto que no le gusta tocar la piel de los otros, no da la mano a las personas, etc. Y la palabra casta es una regresión cultural espantosa que ha producido lo que estamos verificando hoy.