¿Cambió la idea de los "no lugares?
Los no lugares empíricos no existen en absoluto.
De modo tal que lo que es un "no lugar" para los unos, puede no serlo para los
otros. El problema es con la comunicación. Los medios de comunicación dan la
impresión de que son un mundo en sí, y no una metáfora del mundo. Hay jóvenes
que viven a través de las pantallas y eso es preocupante en la medida en que es
una generalización del "no lugar" absoluto y de la "no relación". Creo que eso es
un campo muy interesante para explorar y reflexionar: la exploración de esos
otros mundos, como internet por ejemplo. Se habla de que las redes sociales han
hecho la revolución en los países árabes. Yo creo que no es el caso y estamos
siendo prisioneros de una representación.
"No
lugares" eran, cuando teorizó por primera vez sobre ellos, espacios
asépticos y de tránsito en los que los individuos uniformizan su conducta:
supermercados, aeropuertos, la televisión... ¿Siguen
siendo los mismos hoy día, o los "no lugares" han conquistado nuevos
territorios?
Donde han ampliado el campo
es sobre todo en internet. La implantación en la vida de buena parte de la población mundial de los móviles con conexiones a internet, de los correos electrónicos incesantes reclamando atención, del bullicio trepidante de Twitter, Facebook y derivados, nos provoca la sensación de vivir inmersos en una sociedad sometida a "un presente perpetuo". Una especie de tiranía en la que el futuro le ha sido arrebatado a la gente. En este contexto surgen nuevas formas de miedo. La interconexión constante nos facilita una ingente información de todas las partes del planeta. Y así en nuestras conciencias pesan cada vez más los desastres ecológicos, la violencia terrorista, la economía en manos que no controlamos, el incremento en las diferencias entre ricos y pobres... Y los miedos hacen que le acabemos dando la espalda al porvenir. En concreto, esas nuevas
formas de comunicación están presentando un espejismo a sus usuarios, que
piensan que en tales plataformas establecen relaciones sociales. No es así. Ahí
falta el tiempo y el espacio, que son dos elementos simbólicos absolutamente
necesarios para hablar de la existencia de relaciones sociales. De hecho, en mi
opinión la pertenencia a un grupo en este espacio virtual no configura de
ningún modo la identidad del individuo. Un etnólogo no tiene ahí material para
leer relaciones sociales específicas de una comunidad.
¿Qué
caracteriza a la sociedad en estos primeros años del tercer milenio y qué papel
juega el arte dentro de ella?
Vivimos una crisis de dimensiones planetarias
que trasciende la economía. No es sólo financiera o sólo política o sólo
social, ni tampoco empezó ayer. El tercer milenio ha llegado cargado de miedos
y no podemos excluir que en el futuro los historiadores hablen algún día de una "crisis de los cien años" refiriéndose a este período. La escala de la vida es
ahora planetaria pero sólo en algunos aspectos porque la sociedad no es
planetaria y sí lo son la tecnología y la economía. Esa diferencia, que provoca
grandes miedos, es la que hoy está mostrando el arte. El arte debe ser capaz de
expresar a la sociedad, el mundo en el que vivimos. La gran dificultad estriba
en tomar distancia con respecto a un estado de sociedad que, sin embargo, debe
expresar para que pueda ser comprendido. Las formas de arte contemporáneo, al
proponernos lo que vemos todos los días, nos perturban; transforman los objetos
usuales y familiares en objetos de reflexión y, por eso, lejos de sublimar lo
real, lo subvierten.
¿Cómo influyen los nuevos formatos en
las características culturales en el nuevo milenio, en la sociedad de la
información?
Por un lado, los medios tecnológicos nos hacen
creer que vivimos en un tiempo en el que son posibles la ubicuidad y la
instantaneidad. Son instrumentos muy potentes, una creación magnífica pero que,
por otro lado, pueden suscitar ilusiones… enseñar cosas a quienes ya las saben.
No son un instrumento pedagógico ni es posible que lo sean y, desde este punto
de vista, son una fuente de ilusión. Además son instrumentos de identidad pasiva
y lo peor es que nos hacen perder la dimensión del tiempo y del espacio. Como
dice Paul Virilio, la instantaneidad del tiempo está matando el espacio, el
tiempo real de las transmisiones en directo devora el espacio, la geografía. En
cierto sentido, son una negación del espacio y del tiempo.
¿Qué consecuencias se derivan de esa
negación?
Es decisiva para la identidad, sea ésta
individual o colectiva, nacional o de cualquier otro género. La cuestión es
importante porque estamos en un mundo global para las identidades colectivas y
en un mundo donde la individualidad se expresa a través del consumo. Cualquier
identidad se crea a través de una negociación perpetua con la alteridad.
Tenemos padres, parientes, orígenes, relaciones de amistad, etc. y todo eso nos
constituye pero, a través de lo que llamamos redes sociales, no establecemos
relaciones de verdad sino comunicación, hechos de comunicación. Una relación se
construye a través del tiempo y del espacio. La prueba es que incluso los
grandes mandatarios del mundo, a pesar de que disponen de todos los medios
tecnológicos, necesitan verse y reunirse de vez en cuando. Tienen la intuición
de que eso significa otra cosa.
¿Estamos concediendo demasiado poder a
esas redes sociales?
Les estamos otorgando unos
poderes que no tienen. Esos medios de comunicación son medios, no son una
finalidad, no crean un mundo por sí mismos. Por supuesto no hay que condenarlos, pero sí entender qué podemos esperar de ellos. No te permiten ser más sabio, ni
tomar más conciencia sobre tu propia vida. Lo cierto es que la identidad se
construye a través de la alteridad y que las relaciones son hoy todavía más
importantes porque tenemos que construir un mundo, un mundo planetario que
todavía no lo es y que se va a construir a través de la historia, que todavía
no ha acabado y que nunca fue una cosa simple ni tranquila ni pacífica. Por
eso, tenemos que establecer relaciones a nivel local, nacional, internacional y
necesitamos utilizar esos medios como lo que son, simples medios.
¿Cómo se
construye ese mundo, con qué herramientas?
Esa construcción solo puede
llevarse a cabo a través de una política sistemática de educación. Es lo que
llamo la utopía de la educación. Nuestra aspiración debe ser que cada uno
estudie lo que quiera y lo haga durante el mayor tiempo posible. Sé que el
modelo que propongo cuesta mucho dinero, pero si no lo hacemos, al menos
parcialmente, es probable que nos encontremos con una catástrofe. En Europa se
dice a menudo que la universidad tendría que preparar para el trabajo. No es
así. La universidad tendría que ser un lugar de formación, de reflexión, sin
ningún interés concreto. Por supuesto que entiendo que los jóvenes tienen que
trabajar, pero el trabajo debe ser una consecuencia no una finalidad inmediata.
La universidad no es el espacio para aprender un oficio. Para eso ya están las
escuelas profesionales y a esas las hemos reservado a las clases pobres con la
orientación cada vez más precoz. Esta es la desigualdad fundamental y por eso
yo propongo esa especie de utopía en la que las personas puedan estudiar lo que
quieran durante largo tiempo. Entiendo que alguien me diga que eso no es
realista, pero podría ser real y dar paso a una realidad más justa, más plural
y plena para todo el mundo… una utopía.
¿En qué
consiste el peligro de la desigualdad en la educación en general y en el
aprendizaje tecnológico en particular?
Es el mayor peligro que hay en el mundo ahora.
Hay un problema de educación incluso en los países llamados desarrollados. Es
un problema grande porque estamos... Dentro de unos años tendremos un mundo...,
no una democracia generalizada en el planeta entero sino una..., un mundo
capitalista con una oligarquía del poder, del saber y de la riqueza, una clase
de consumidores y, tercero, una clase -mayoría- de excluidos a la vez del
consumo, de la ciencia y de
la riqueza. Ahora, la enseñanza de esta docta, la ciencia, los conocimientos
generales persisten en la cultura planetaria de la cual es excluida una gran
parte del mundo, de la gente del mundo. Es decir que si no hacemos un esfuerzo
enorme para reorientar la política educativa iremos hacia una historia
violenta, con enfrentamientos, con violencia, siempre la historia ha sido
violenta, pero lo será de nuevo y será una violencia que afecte al planeta
entero. Creo que este problema de la educación es el problema más importante
ahora. Para todos los países. Además, cuando se extiende la ignorancia, el
alejamiento de los polos del saber, empieza a aparecer, a desarrollarse la
violencia. Todas las formas de violencia o de locura, con el riesgo de
dictaduras y de ideologías y de supersticiones, etcétera, etcétera.
En este
marco, no la disyuntiva sino el contraste entre el presupuesto que se asigna a
la educación por un lado y, por otro, las discusiones acerca de los sistemas
educativos, ¿cómo juegan?
Las discusiones sobre los sistemas educativos
son discusiones teóricas. Pero, de hecho, lo que falta más no es la
problemática educativa de la pedagogía. Es importante, pero lo más importante
es que no tenemos bastante dinero para decir que la educación de las iras de la
humanidad es la cuestión más importante del momento. Tenemos mucho dinero para
muchas cosas pero si la cuestión de la educación no se soluciona todo ese
dinero que pagamos por muchas cosas no significará nada, no servirá de nada.
Propone la
ciencia como modelo para la política y la vida social.
Es el único dominio a propósito del cual se
puede hablar de progreso, de progreso en el conocimiento. A veces se habla de
cientismo pero eso no es la ciencia. La ciencia es un modelo de modestia frente
a muchas demostraciones de orgullo. La historia de la ciencia es la del
desplazamiento progresivo de las fronteras de lo desconocido, con sus
correcciones y rectificaciones. El único sector de la actividad humana donde la
noción de progreso, en el sentido de acumulación de conocimientos, deriva de la
evidencia es también aquel donde se cuestionan sin cesar las nociones de
certeza, verdad y totalidad. Funciona un poco como un existencialismo, cuando
la existencia precede la esencia. Podríamos utilizar este modelo en la vida
política y proyectar un modelo de forma más empírica y científica a partir de
unos principios y luego medir la progresión.
¿Cuáles deberían ser esos principios?
La igualdad de los individuos y el conocimiento.
Dar absoluta prioridad al conocimiento que es algo que ahora no hacemos. Cuando
hablamos de desarrollo nos referimos muchas veces a la investigación en las
empresas y esta no es investigación fundamental sino algo que tiene que ver con
la innovación, con la mejora de los productos para hacer progresar el consumo.
Desde luego, no es la que va a responder a nuestras preguntas sobre nuestra
presencia y actividad en el mundo. Hemos progresado mucho en el conocimiento
sobre el universo pero, como decía Pascal, el silencio infinito de estos espacios
infinitos me asusta.
¿Por dónde pasa hoy el verdadero
conocimiento?
Pasa por la unificación de
todos los saberes incluida la ciencia. No debemos oponer la literatura a la
filosofía, a la ciencia. Estoy seguro de que los grandes sabios científicos son
también filósofos. Debemos dirigirnos hacia una sociedad en la que el
conocimiento sea la meta y la prosperidad una consecuencia. La ciencia avanza
tan rápido que no podemos imaginar cuál será el estado de nuestro conocimiento
dentro de cincuenta años, pero lo que es seguro es que vamos a progresar en dos
direcciones: el conocimiento sobre el universo y sobre la naturaleza del ser
humano. El hecho humano permanecerá, sean cuales fueren los avances de la
ciencia. ¿Qué es la vida?, ¿qué es la conciencia? Es una aventura fascinante y
hablaremos de ello dentro de unos siglos.
A pesar de
esta referencia a las ciencias, sus libros siempre remiten a la literatura.
Sí. Me parece que hay una unicidad de los
saberes diversos. Es interesante conocer la reflexión literaria. Lo que me
interesa en la literatura es que tiene una capacidad para hacer entender las
cosas que no es tan habitual. La literatura hace una utilización atenta de la
lengua, una utilización del tiempo y del espacio que me parece muy importante
preservar.
La
antropología tiene hoy otros campos de aplicación: el de las comunidades
virtuales por ejemplo.
La evolución del mundo actual es algo que
interesa al antropólogo para medir en un pequeño grupo los efectos de la
globalización. Tenemos dos dificultades. La primera es que el contexto es
siempre planetario finalmente. Es decir que debemos tomar en cuenta todo. Por
otro lado, los medios de comunicación están cambiando las formas y los tipos de
relaciones. Si el objeto es a la vez las relaciones y el contexto, los dos han
cambiado. Pero aun así debemos tratar de entender lo que pasa.