13 de mayo de 2011

Erich Fromm: "La habilidad de amar es una de las cosas más importantes en la vida" (2)

Fromm formó parte de la primera generación de la Escuela de Frankfurt. Colaboró, a comienzos de los años '30, en la revista "Zeitschrift für Sozialforschung" que editaba el Instituto y fue, junto a Wilhelm Reich (1897-1957), uno de los primeros psicoanalistas que intentó elaborar una psicología social a partir de la teoría freudiana. Ya instalado en Estados Unidos, con Karen Horney (1885-1952), Abram Kardiner (1891-1981) y Harry Stack Sullivan (1892-1949) conformó una escuela revisionista del psicoanálisis freudiano que fue rechazada por los ortodoxos y muy criticada por Herbert Marcuse (1898-1979) en su
"Triebstruktur und gesellschaft", más conocida como "Eros and civilization" (Eros y civilización). Al afirmar que las condiciones económicas y sociales son las que determinan la evolución psíquica del hombre, Fromm abrió al psicoanálisis a un campo de investigación novedoso pues colocó al individuo en un contexto colectivo y sentó los fundamentos de la psicología social crítica con el objeto de interpretar la relación dinámica entre éste y la sociedad. En sus artículos de aquella época, Fromm estudió los rasgos psíquicos que caracterizan a la sociedad capitalista, a saber: limitar el goce como un fin en sí mismo; sustituir el amor por el placer de economizar, acumular y poseer; poner el orden, la propiedad y el cumplimiento del deber como valores supremos, y suprimir toda compasión en las relaciones con los demás. Estos artículos pusieron de manifiesto la distancia que ya separaba por entonces a Fromm del padre del psicoanálisis, fundamentalmente por la crítica que realizó a la concepción freudiana del hombre tomado como individuo aislado a la que contrapuso otra, desarrollada a partir del joven Marx, en la que partió de la relación dinámica que el hombre tiene con el mundo. Así lo expuso en su ensayo "Humanism as a real utopia" (El humanismo como utopía posible): "En esta nueva sociedad de la segunda revolución industrial, el individuo desaparece, queda completamente enajenado. Está programado por los principios de la máxima producción, el máximo consumo y el mínimo roce. Y trata de aliviar su aburrimiento con toda clase de consumo, comprendido el consumo de sexualidad y estupefacientes. Y de esto se servirá la tentativa de dar un buen funcionamiento al hombre como parte de la megamáquina, junto con la posibilidad de utilizar la neurología y la fisiología para hacerle cambiar de sentimientos, además de manipular su pensamiento mediante las técnicas de sugestión". Fromm, ferviente opositor a la carrera armamentista nuclear durante la Guerra Fría y a la guerra de Vietnam, publicó todavía otros ensayos atrayentes como "The nature of man" (La naturaleza del hombre) y "On disobedience and other essays" (De la desobediencia y otros ensayos) antes de retirarse a Europa como una forma de cerrar su vida. Sobre todos estos temas habló Fromm en la entrevista televisiva emitida el 25 de mayo de 1958 por la cadena ABC de Nueva York cuya segunda y última parte se transcribe a continuación.


El cuadro que usted pinta es el de una sociedad -y estamos hablando ahora básicamente de la sociedad occidental, de la sociedad norteamericana-, el cuadro que usted pinta es muy sombrío. Ahora bien, una de nuestras mayores preocupaciones como seres humanos, ciertamente en esta parte del mundo, es sobrevivir, seguir siendo libres y realizarnos. ¿Cómo afecta todo lo que nos ha dicho a nuestra capacidad de supervivencia, de segur siendo libres, en este mundo que ahora está en crisis?

Bueno, aquí creo que usted ha señalado un punto de vista muy importante, a saber, debemos tomar una decisión sobre los valores… Si nuestro valor fundamental es el desarrollo de la cultura occidental, de un hombre para el que la cosa más importante en la vida es el hombre, para quien el amor, el respecto y la dignidad del hombre son valores fundamentales, entonces no podemos preguntarnos: "¿si esto es mejor para nuestra supervivencia, podríamos hacer caer estos valores?". Si estos son valores fundamentales entonces están allí, y tanto si vivimos como si morimos, no cambiaremos estos valores. Pero si empezamos a decir "bueno, quizás podamos arreglárnosla con los rusos si también nos transformamos en una sociedad administrada...". Si estamos dispuestos a cambiar toda nuestra forma de vida por el bien de la así llamada "supervivencia", entonces creo que estamos haciendo exactamente lo que precisamente amenaza nuestra supervivencia. Porque nuestra vitalidad, y la vitalidad de cada nación, descansa sobre la sinceridad y la profundidad de la fe en las ideas que se 
proclaman o pronuncian. Creo que lo peligroso es que hablamos de una cosa y sentimos y hacemos otra.

¿Qué quiere decir?

Quiero decir que los norteamericanos hablamos de la igualdad, de la felicidad, de la libertad, de los valores espirituales de la religión y de Dios, pero que en nuestra vida diaria actuamos bajo principios que son diferentes y en parte contradictorios.

Muy bien, quiero preguntarle ahora sobre lo que ha mencionado de la igualdad, la felicidad y la libertad.

Bueno, lo intentaré. Por igualdad uno una vez la entendió en el mismo sentido en el que la Biblia lo hizo: que todos somos iguales al ser creados a imagen y semejanza de Dios. Y si no utilizamos el lenguaje teológico: que todos somos iguales en el sentido que ningún hombre debe ser un medio para los propósitos de otro hombre, sino que todo individuo es un fin en sí mismo. Hoy se habla mucho de igualdad, pero creo que lo que la mayoría de la gente entiende por esto es una igualdad en el sentido de uniformidad, en el sentido de que todos seamos, hagamos y pensemos lo mismo, y se tiene miedo si encuentran diferencias, no hay igualdad.

¿Y la felicidad?

La felicidad debería ser algo que fuera fruto de la creatividad, de la autenticidad, de la conciencia, de la sensibilidad a todo en la vida, al hombre y la naturaleza. La felicidad no excluye a la tristeza: si una persona reacciona a la vida, alguna veces se sentirá feliz, otras triste. Lo que importa es que reaccione.

Y la tercera, ¿era democracia o libertad?

Bueno, es… Todas esas palabras se usan hoy en día de forma bastante indiscriminada. Yo diría que la democracia una vez significó una organización social y un estado en el cual el ciudadano era tal, sentía responsabilidad y actuaba responsablemente, participaba en la toma de decisiones. Creo que lo que la democracia significa hoy, en realidad, en gran parte es un consenso manipulado; no se fuerza al consenso pero sí está manipulado, y manipulado cada vez más con la ayuda de las agencias publicitarias de la Avenida Madison.

Bueno, ahora que hemos formulado la acusación, dígame: ¿cómo hemos llegamos a esto? ¿Qué nos ha pasado? ¿Cómo nos salimos por la tangente, Dr. Fromm?

Creo que nos salimos por la tangente como muchas sociedades lo hacen, siguendo un objetivo con éxito sin ser capaces de ver hasta que punto la búsqueda de este objetivo les impide ir tras un objetivo aún mayor. Es decir, se meten en un callejón sin salida. Creo que, para ser específicos, nos fuimos por las ramas cuando nos concentramos cada vez más en producir. Ahí creamos una división entre intelecto y emoción, porque para producir una técnica moderna hay que utilizar el intelecto y hemos creado hombres que son brillantes, que son inteligentes, aunque nuestra vida emocional se ha empobrecido.

¿Está usted hablando del capitalismo?

Sí. Hablo del capitalismo. Hablo del sistema industrial tal y como ha sido creado hace cien o doscientos años.

¿Sugeriría otro sistema? ¿Qué otro sería mejor para fortificar al hombre? ¿Cuál podría ser el mejor que comprendiera y ayudara a la realización del hombre?

Sí, en efecto. Soy socialista, y sin embargo tengo que añadir que lo que yo entiendo por socialismo es justo lo contrario de lo que mucha gente o la mayoría de la gente piensa del socialismo hoy día.

Explíquese.

Yo entiendo por socialismo una sociedad en la que el objetivo de producir no sea por la obtención de beneficios sino por la necesidad de su utilidad, en el cual los ciudadanos participan responsablemente en su trabajo y en toda la organización social, y en la que el individuo no sea un medio utilizado por el capital.

Pero sería entonces utilizado por el Estado, ¿verdad? ¿No está usted poniendo al individuo en el socialismo a disposición del Estado? ¿No devalúa esto al individuo?

Bueno, deberíamos aclarar una cosa. Si los rusos proclaman que son socialistas, esto es sencillamente una mentira. Ellos no tienen en absoluto un socialismo. Ellos tienen lo que yo llamaría un "capitalismo de estado". Su sistema es el sistema más reaccionario y conservador de los que existen en Europa hoy, o en América. Y en realidad, que la propiedad de la industria sea del Estado no es socialismo, en realidad, si usted toma la industria británica nacionalizada, no es diferente de la Ford y la General Motors en lo que se refiere a la situación de los trabajadores de la fábrica.

Entonces, ¿qué es socialismo? Si eso no es socialismo, ¿qué es?

Bueno, yo diría que, para ser bastante específico, el socialismo debería estar en la dirección, en la administración de la empresa, para todos los que trabajan en la empresa. Yo consideraría socialismo a la mezcla de un mínimo de centralización necesario para un Estado industrial moderno, y un máximo de descentralización. Tendría que decir esto Sr. Wallace: somos tremendamente imaginativos en lo que se refiere a la tecnificación en la ciencia. En lo que se refiere a los cambios en los aspectos sociales carecemos totalmente de imaginación. Si estuviéramos…

Pero Dr. Fromm... Mientras usted habla sigo pensando. Se nos ha dicho que estamos teniendo un socialismo creciente en Estados Unidos, y ciertamente tenemos un país mucho más socialista hoy de lo que nunca ha sido, digamos que desde hace veinte o veinticinco años. Y además, usted mismo se queja de la burocracia. Usted mismo se queja de que el individuo está perdiéndose en este Estado en el que vivimos, y al mismo tiempo usted hace un llamamiento al socialismo… ¿No está usted poniendo veneno al veneno que ya está siendo inyectado en nuestro sistema?

Sí, pero lo que para mí es socialismo es justamente lo contrario de una cultura administrada burocráticamente. Hablamos mucho de Rusia hoy, y me temo que en veinte años Rusia y nosotros seremos más similares que diferentes. Porque lo que es común a las dos sociedades es el desarrollo dentro de una masa social administrada por una gran burocracia que maneja a la gente. Los rusos lo hacen por la fuerza, nosotros lo hacemos con la persuasión. Me doy cuenta de la abismal diferencia, es decir, el que podamos expresar nuestras ideas sin tener miedo de que nos maten o nos encarcelen. Pero creo que los rusos podrían acabar con el terror en veinte o treinta años, cuando sean más ricos y cuando no necesiten tanto estos métodos represivos. Lo que tenemos en común es la masa humana, la burocracia y la masiva manipulación para que todo el mundo actúe fluidamente, aunque con la ilusión de que tomamos nuestras propias decisiones y opiniones.

Hasta ahora, personalmente, si tuviera que expresar una opinión, estoy con usted, pero encuentro difícil llegar a una solución. Estoy con su diagnóstico pero no con su tratamiento, porque no comprendo su socialismo, supongo.

Bueno, verá. Es difícil porque, en general, los rusos han tenido éxito en una cosa: han vendido al mundo la idea de que representan al socialismo y a las ideas de Marx, y nosotros les hemos prestado un gran servicio a su propaganda estando de acuerdo con lo que dicen. Necesitaría mucho más tiempo para explicar el sentido de este socialismo, en el sentido humanístico, en 
el sentido democrático, en el sentido en el que Marx lo hizo y en el cual yo lo comprendo, que es justo lo contrario de una sociedad administrada, administrada por una gran burocracia. De cómo esto podría hacerse, de cómo la responsabilidad individual puede ser alcanzada, de cómo puede ser creada, esto es un asunto de organización social que nos llevaría a introducirnos en los detalles.

¿Dónde puedo, dónde pueden los que nos están viendo esta noche, averiguar más sobre esto?

Bueno, he intentado describir esto en un libro mío: "La sociedad sana". Quiero hacer mención a que el tema de Marx comparte algo, si no le importa la comparación, con el Antiguo Testamento, y es el hecho de que mucha gente habla de él aunque nadie lo ha leído porque, en efecto, hay muchos escritos importantes de Marx que ni siquiera están traducidos al inglés.

Así que usted sugiere que vayamos al Dr. Erich Fromm y a Karl Marx.

Bueno, no exactamente. Aunque estaría en muy buena compañía.

Una última pregunta. Leyendo su libro "La sociedad sana", y usted sólo tiene, siento decirlo, medio minuto para contestar, siento en Erich Fromm una cierta desesperación sobre el futuro del mundo…

Me siento preocupado, profundamente preocupado sólo por una cosa: la posibilidad de que caigamos… de que no podamos evitar una guerra atómica. Y la única preocupación que tengo hoy es que tengamos una política que nos haga capaces de evitar una catástrofe, que si uno lo 
comprende apropiadamente, es indescriptible. Aparte de esto, tengo una fe tremenda en las posibilidades que el hombre ha demostrado en el pasado, y creo que si evitamos una guerra seremos capaces de revivir nuestra visión real de la vida. Pero tenemos que verlo y, por consiguiente, tenemos que ser críticos sobre en dónde estamos parados.