Con algunas escasas excepciones, las principales capitales del mundo
están cruzadas por ríos o bien crecieron en sus márgenes por la natural seguridad en el abastecimiento de agua potable y pesca,
además de ser ideales vías de transporte. No se puede concebir Buenos Aires sin el Río de la Plata, París sin el
Sena, Londres sin el Támesis, Roma sin el Tíber o Viena sin el Danubio. De este
modo, el Moldava (Vltava, en checo) es el eje de la vida de Praga con su decena
de puentes que comunican ambas orillas. A orillas de este río, precisamente, está la casa -hoy convertida en museo- del
músico que le cantó en su famoso poema orquestal "Má vlast" (Mi patria), el pianista, compositor y director de orquesta Bedřich Smetana, una de las glorias nacionales checas.
Smetana nació el 2 de marzo de 1824 en Litomysl, cerca de la antigua frontera entre Bohemia
y Moravia (por entonces provincias del Imperio Austríaco) en la actual República Checa. Hijo
de un fabricante
de cerveza amante de la música, el que sería considerado el padre de la escuela musical nacionalista checa por su capacidad para expresar en sus obras el espíritu, la esencia y los anhelos de su patria, demostró sus aptitudes musicales desde muy temprana edad: a los cinco años tocó
en un cuarteto de cuerdas, a los seis hizo su primera
aparición en público como pianista ejecutando la obertura de la ópera "La muette de Portici" (La muda de Portici) del compositor francés Daniel-Françoise Auber (1782-1871) y a los ocho escribió sus primeras piezas. Dotado de un talento
innato y un oído musical privilegiado, estudió violín y piano con ahínco y compuso a los dieciséis años, entre otras obras sencillas, la "Louisina Polka" (Polca de Luisa), la composición completa más
antigua de su autoría que ha llegado a nuestros días.
Al finalizar sus estudios secundarios se trasladó a Praga, donde trabajó como preceptor en la casa de una familia de la realeza durante tres años. Mientras tanto estudió teoría y composición en la Musikbildungsanstalt (Academia de música) que dirigía el pianista y compositor checo Josef Proksch (1794-1864). De esa etapa datan varias canciones, bagatelas, danzas y una sonata para piano. Por entonces conoció a Hector Berlioz (1803-1869), a Robert Schumann (1810-1856) y a Franz Liszt (1811-1886), cuya amistad sería fundamental para el desarrollo de su carrera posterior y a quien le dedicaría "Šest charakteristických skladeb" (Seis piezas características), "las piezas más destacadas, de sentimiento delicado y fino acabado que he observado recientemente", según palabras del propio Liszt.
A fines de agosto de 1848 fundó en Praga una escuela de música, la que, tras un comienzo algo inestable con sólo doce alumnos, fue ganando prestigio y reputación, sobre todo entre los partidarios del movimiento nacionalista checo. Eran años de tensión política entre el emergente nacionalismo checo y el centralismo de las autoridades austríacas, y Smetana participó en varias marchas revolucionarias y estuvo en las barricadas levantadas en el Karlův most (Puente de Carlos) y en las revueltas callejeras contra el dominio austríaco. Inspirado en esos acontecimientos creó obras como "Píseň svobody" (La canción de la libertad) y dos marchas: "Pochod národní gardy" (Marcha de la Guardia Nacional), dedicada a la Guardia Nacional Checa, y "Pochod pražské studentské legie" (Marcha de la Legión de los estudiantes de Praga), dedicada a los estudiantes de la universidad de dicha ciudad, partícipes ambos en la rebelión contra los Habsburgo.
Sofocada violentamente la revolución por el ejército, la casa real austríaca logró mantener el poder tras la abdicación de Fernando I y su reemplazo por su sobrino Francisco José. Este organizó una administración fuertemente centralizada e instauró en un principio un régimen plenamente autoritario que abolía cualquier forma de representación popular. Sin embargo, tuvo que hacer considerables concesiones a los territorios no germánicos que se hallaban en sus dominios debido a las agitaciones que caracterizaron esta época. Obligado a suavizar sus inclinaciones autoritarias, permitió que los checos y las demás minorías étnicas del extenso Imperio recuperaran su lengua y sus instituciones. A partir de allí, los músicos bohemios se lanzaron a utilizar la riqueza de su música para llevar hacia el pueblo las nuevas tendencias ideológicas, políticas y culturales del momento. En ese sentido, Smetana fue el primer compositor en utilizar elementos típicamente checos para componer su música. Empleó ritmos y melodías del folclore de su país e introdujo nuevas sonoridades rehuyendo deliberadamente de los convencionalismos comunes del lenguaje musical de aquel entonces.
Al finalizar sus estudios secundarios se trasladó a Praga, donde trabajó como preceptor en la casa de una familia de la realeza durante tres años. Mientras tanto estudió teoría y composición en la Musikbildungsanstalt (Academia de música) que dirigía el pianista y compositor checo Josef Proksch (1794-1864). De esa etapa datan varias canciones, bagatelas, danzas y una sonata para piano. Por entonces conoció a Hector Berlioz (1803-1869), a Robert Schumann (1810-1856) y a Franz Liszt (1811-1886), cuya amistad sería fundamental para el desarrollo de su carrera posterior y a quien le dedicaría "Šest charakteristických skladeb" (Seis piezas características), "las piezas más destacadas, de sentimiento delicado y fino acabado que he observado recientemente", según palabras del propio Liszt.
A fines de agosto de 1848 fundó en Praga una escuela de música, la que, tras un comienzo algo inestable con sólo doce alumnos, fue ganando prestigio y reputación, sobre todo entre los partidarios del movimiento nacionalista checo. Eran años de tensión política entre el emergente nacionalismo checo y el centralismo de las autoridades austríacas, y Smetana participó en varias marchas revolucionarias y estuvo en las barricadas levantadas en el Karlův most (Puente de Carlos) y en las revueltas callejeras contra el dominio austríaco. Inspirado en esos acontecimientos creó obras como "Píseň svobody" (La canción de la libertad) y dos marchas: "Pochod národní gardy" (Marcha de la Guardia Nacional), dedicada a la Guardia Nacional Checa, y "Pochod pražské studentské legie" (Marcha de la Legión de los estudiantes de Praga), dedicada a los estudiantes de la universidad de dicha ciudad, partícipes ambos en la rebelión contra los Habsburgo.
Sofocada violentamente la revolución por el ejército, la casa real austríaca logró mantener el poder tras la abdicación de Fernando I y su reemplazo por su sobrino Francisco José. Este organizó una administración fuertemente centralizada e instauró en un principio un régimen plenamente autoritario que abolía cualquier forma de representación popular. Sin embargo, tuvo que hacer considerables concesiones a los territorios no germánicos que se hallaban en sus dominios debido a las agitaciones que caracterizaron esta época. Obligado a suavizar sus inclinaciones autoritarias, permitió que los checos y las demás minorías étnicas del extenso Imperio recuperaran su lengua y sus instituciones. A partir de allí, los músicos bohemios se lanzaron a utilizar la riqueza de su música para llevar hacia el pueblo las nuevas tendencias ideológicas, políticas y culturales del momento. En ese sentido, Smetana fue el primer compositor en utilizar elementos típicamente checos para componer su música. Empleó ritmos y melodías del folclore de su país e introdujo nuevas sonoridades rehuyendo deliberadamente de los convencionalismos comunes del lenguaje musical de aquel entonces.
A fines de 1850 aceptó el cargo de maestro de piano en la residencia imperial del depuesto Fernando I y en los siguientes años compuso numerosas polcas y la "Triumfální symfonie" (Sinfonía
triunfal). Una serie de tragedias familiares y la incomprensión con que chocaba su obra de compositor
hicieron que en 1856 aceptase el cargo de director de la Sociedad
Filarmónica de Gotemburgo, ciudad en la que permanecerá cinco años. Durante su estancia en Suecia, Smetana pasó de las composiciones para piano a las sinfónicas, como la trilogía conformada por "Richard III" (Ricardo III), "Valdštýnův tábor" (El campo de Wallenstein) y "Hakon Jarl". En 1861, luego de realizar una gira por Alemania y Holanda, decidió
regresar a la capital checa, donde la tensión política había disminuido y el clima artístico había mejorado.
Si bien en un principio intentó sin éxito encontrar un trabajo estable y vivió de lecciones y dirección de conciertos, en 1863 ingresó como director de la Asociación Hlahol de Canto Coral y fundó una nueva escuela de música. Sus creaciones de esos años hacen gala de su creciente patriotismo y de su rechazó de los modelos románticos. Escribió "Koncertní fantasie na české národní písně" (Fantasía de concierto sobre canciones populares checas), que sería el primer antecedente de su gran ópera patriótica "Braniboři v Čechách" (Los brandeburgueses en Bohemia) -compuesta enteramente en lengua checa- y de "Dalibor", que supusieron sus dos primeros éxitos. También estrenó la primera versión de "Prodaná nevěsta" (La novia vendida), un típico relato de ambiente campesino, de trama y realización
simples, fiel
estampa del folklore checo. Finalizada la guerra austríaco-alemana, en 1866 Smetana fue nombrado director de la Opera de Praga y colaboró activamente en la creación del Teatro Provisional de Bohemia, cuya construcción comenzó en 1868.
La musicalización del idioma checo en una partitura de ópera no era fácil, y Smetana no lograría los resultados que esperaba hasta su cuarta ópera, "Libuše", un cuento semipopular que representaba los sufrimientos del pueblo checo. A ésta le siguió "Dvě vdovy" (Las dos viudas), que será una de las pocas en donde Smetana utilizó canciones folclóricas checas para darle un carácter más nacional. Para entonces, otoño de 1874, comenzaron sus problemas de audición que en el término de pocas semanas lo dejaron sordo por completo, obligándolo a dejar los cargos de director de la Orquesta y de la Opera de Praga. Pasó entonces, en medio de una profunda depresión, a dedicarse exclusivamente a la composición, llegando incluso a escribir algunas de sus mejores obras. "Hubička" (El beso) fue la primera ópera compuesta por Smetana tras quedarse completamente sordo. Luego todavía compuso tres óperas más -"Tajemství" (El secreto), "Čertova stěna" (El muro del diablo) y la inconclusa "Viola"-; el ciclo para piano "Sny" (Sueños); el cuarteto para cuerdas "Z mého života" (De mi vida); las danzas para piano "České tance" (Danzas checas); algunos coros y el ya citado poema sinfónico "Mi patria".
Su capacidad para componer nunca lo abandonó. Aquejado de desórdenes de tipo nervioso (insomnio, alucinaciones, mareos, calambres y pérdida temporal del habla), pasó sus últimos años de vida en condiciones muy modestas. Su estado de salud empezó a empeorar dramáticamente a partir de 1882. Víctima de los avances de una enfermedad neurológica, Smetana sufrió un accidente cerebro vascular y fue internado en la clínica psiquiátrica Kateřinky de Praga el 23 de abril de 1884, muriendo allí la tarde del 12 de mayo siguiente. Fue sepultado en el cementerio de Vysehrad.
Toda la obra de Bedřich Smetana es un homenaje sonoro al paisaje de su país: las montañas, los bosques y el lento discurrir del río Moldava. Su música es sinónimo del armonioso carácter de su patria y ha influido armónica y estructuralmente en las posteriores generaciones de compositores checos. Su estilo musical, de clara tradición romántica, es directo y atractivamente melódico y, a diferencia de los compositores nacionalistas de otros países, nunca se encasilló únicamente en el folclore de su época. Para su amigo Liszt, lo suyo era "la música del futuro". Con el correr de los años, su reputación como el padre fundador de la música checa se ha fortalecido en su país natal, donde se lo ha convertido en un icono por encima de sus contemporáneos y sucesores.
La musicalización del idioma checo en una partitura de ópera no era fácil, y Smetana no lograría los resultados que esperaba hasta su cuarta ópera, "Libuše", un cuento semipopular que representaba los sufrimientos del pueblo checo. A ésta le siguió "Dvě vdovy" (Las dos viudas), que será una de las pocas en donde Smetana utilizó canciones folclóricas checas para darle un carácter más nacional. Para entonces, otoño de 1874, comenzaron sus problemas de audición que en el término de pocas semanas lo dejaron sordo por completo, obligándolo a dejar los cargos de director de la Orquesta y de la Opera de Praga. Pasó entonces, en medio de una profunda depresión, a dedicarse exclusivamente a la composición, llegando incluso a escribir algunas de sus mejores obras. "Hubička" (El beso) fue la primera ópera compuesta por Smetana tras quedarse completamente sordo. Luego todavía compuso tres óperas más -"Tajemství" (El secreto), "Čertova stěna" (El muro del diablo) y la inconclusa "Viola"-; el ciclo para piano "Sny" (Sueños); el cuarteto para cuerdas "Z mého života" (De mi vida); las danzas para piano "České tance" (Danzas checas); algunos coros y el ya citado poema sinfónico "Mi patria".
Su capacidad para componer nunca lo abandonó. Aquejado de desórdenes de tipo nervioso (insomnio, alucinaciones, mareos, calambres y pérdida temporal del habla), pasó sus últimos años de vida en condiciones muy modestas. Su estado de salud empezó a empeorar dramáticamente a partir de 1882. Víctima de los avances de una enfermedad neurológica, Smetana sufrió un accidente cerebro vascular y fue internado en la clínica psiquiátrica Kateřinky de Praga el 23 de abril de 1884, muriendo allí la tarde del 12 de mayo siguiente. Fue sepultado en el cementerio de Vysehrad.
Toda la obra de Bedřich Smetana es un homenaje sonoro al paisaje de su país: las montañas, los bosques y el lento discurrir del río Moldava. Su música es sinónimo del armonioso carácter de su patria y ha influido armónica y estructuralmente en las posteriores generaciones de compositores checos. Su estilo musical, de clara tradición romántica, es directo y atractivamente melódico y, a diferencia de los compositores nacionalistas de otros países, nunca se encasilló únicamente en el folclore de su época. Para su amigo Liszt, lo suyo era "la música del futuro". Con el correr de los años, su reputación como el padre fundador de la música checa se ha fortalecido en su país natal, donde se lo ha convertido en un icono por encima de sus contemporáneos y sucesores.