Pierre Simon, marqués de Laplace, nacido en Beaumont-en-Auge el 23 de marzo de 1749, era un joven aristócrata de provincia -Normandía- cuando marchó a París con la cabeza llena de matemáticas, teniendo por único capital unas cartas de recomendación para Jean Le Rond D'Alembert (1717-1783), el gran matemático y filósofo. A pesar de ello, D'Alembert no lo recibió.
Desesperado anduvo el marqués de 20 años por las calles de una ciudad que no conocía, y le pareció que París era demasiado gris, que había demasiadas ventanas y que cada ventana escondía "una pequeña vida". Llovía, para colmo, y el agua se metía dentro de los zapatos de la pobre gente, y un carruaje que pasó raudo lo embarró de arriba abajo.
Pero siguió andando Laplace, mascullando su humillación, y preguntándose qué demonios podría hacer sin la ayuda de ese hombre consagrado. Hasta que de pronto se detuvo en seco, volvió sobre sus pasos y se fue a la sórdida buhardilla que había logrado alquilar con su poco dinero. "Señor: vengo de ir a visitarlo y no se ha dignado usted a recibirme -escribió-. Voy a exponeros, sin embargo, mis ideas sobre la mecánica." Y siguió escribiendo durante toda la tarde y toda la noche. D'Alembert aceptó recibirlo dos días después, y al poco tiempo Laplace se convirtió en protegido de Federico II el Grande, rey de Prusia (1712-1786) conocido como "el rey filósofo". Llegó a planteos geniales, sobre todo en matemáticas y astronomía, detectando anomalías en la física y la cosmología propuestas por Isaac Newton (1642-1727).
Formuló un principio que ha recibido su nombre (principio de Laplace) según el cual puede predecirse el estado exacto de un sistema mecánico conociendo sus condiciones iniciales. La teoría de la probabilidad se hace imprescindible en ausencia de este conocimiento sobre el origen del sistema. Laplace desarrolló ampliamente esta teoría, contribuyendo con una ecuación que también lleva su nombre, que constituye la solución de las funciones exponenciales. En mecánica celeste, Laplace elaboró la hipótesis según la cual los planetas se formarían como desechos de un atmósfera solar. A menudo se relaciona esta hipótesis con otra realizada por Immanuel Kant (1724-1804), conociéndosela como hipótesis de Kant-Laplace.
El genial matemático francés Jean Baptiste Joseph Fourier (1768-1830), célebre por sus experimentos sobre la propagación del calor, dijo: "Laplace nació para profundizar y perfeccionarlo todo. Hubiera acabado con la ciencia del cielo si esta ciencia pudiera ser acabada"
Falleció en París el 5 de marzo de 1827.