20 de octubre de 2007

El Frankenstein de Mary Shelley

Es conocida y por ello no menos curiosa, la forma como Mary W. Shelley llegó a concebir (cuando apenas tenía diecinueve años) su céle­bre personaje Frankenstein. La escri­tora se encontraba, junto con otros varios invi­tados, pasando unas vacaciones en la residencia de Georges Gordon, más conocido por su aristocrático título de lord Byron (1788-1824) junto al lago Leman, durante el verano de 1816, cuando a alguien se le ocurrió la idea de que cada uno de los presentes escri­biera una narración corta, inspirándose en la lectura de algunos cuentos alemanes de fantasmas. De todos los concursantes, tan sólo dos llegaron a escribir su relato correspondiente: John William Polidori (1795-1821) y Mary W. Shelley. Esta última puso al suyo el título de "Frankenstein o el mo­derno Prometeo", que habría de hacerla famosa, si bien para su publicación, que tuvo lugar en 1818, amplió la narración origi­naria hasta alcanzar la extensión de la novela tal y como se la conoce en la actualidad.
Los antecedentes literarios de Mary W. She­lley, que nació en Somerstown (Inglaterra) el 30 de agosto de 1797, no podían ser más ilus­tres. Su padre, William Godwin (1756-1836), era el autor entre otras obras de "Enquiry concerning political justice and its influence on morals and happiness" (Investigación sobre la justicia política y su influencia en la moral y la dicha), un libro clásico dentro del apartado de la filosofía política. Por otro lado su madre, Mary Wollstonecraft (1759-1797), que murió al poco de nacer ella, había escrito "A vindication of the rights of woman" (Vindicación de los derechos de la mujer), una obra pionera de las modernas reivindicaciones feminis­tas. Mary habría de conocer -en 1814- al poeta Percy Bysshe Shelley (1792-1822), del cual se enamoró.


Aunque Shelley estaba casado, ello no fue obs­táculo para que Mary se marchara con él a Euro­pa, si bien acabarían contrayendo matrimonio en diciembre de 1816 tras la muerte por suicidio de la primera esposa del poeta. Percy y Mary se constituyeron en una pareja inseparable hasta la prematura muerte del primero cuando apenas tenía treinta años.
Entonces ella se dedicó no sólo a cuidar la publicación de la obra del poeta sino también a crear la suya propia, escribiendo varias biografías y tres nota­bles novelas: "Valperga, or the life and adventures of Castruccio, Prince of Lucca" (Valperga, o vida y aventuras de Castruccio, Príncipe de Lucca), sobre un fondo histórico; "The last man" (El último hombre), especie de obra precursora de la ciencia ficción, y un relato de carácter autobiográfico titulado "Lodore" también publicado como "The beautiful widow" (La hermosa viuda). Un epistolario de la escritora así como sus diarios, no aparecerían publicados hasta 1944 y 1947, respectivamente. Mary W. She­lley murió en 1851.


Cuando se publicó la novela en su versión definitiva, la escri­tora tenía apenas veintiún años. En la obra, Frankenstein es un estudiante de diecinueve años inscripto en la Universidad de Ingolstadt, Baviera, a orillas del río Danubio y que, realmente, tiene una importante carrera universitaria. El citado estudiante construye un hombre artificial a base de fragmentos de cadáveres. El monstruo potente y consciente sufre por el miedo que causa a los que le ven y, por otra parte, desea amar, cosa que le es imposible. Por su ori­gen se ve condenado a la soledad y se venga de los hombres des­truyéndolos, empezando por su creador. Al final huye hacia el Ártico, donde desaparece.
Esta fantasía romántica no se ve plasmada en las versiones cinematográficas de la obra -es memorable la impresionante versión en 1931 del británico James Whale (1889-1957) interpretada por Boris Karloff (1887-1969)- que han hecho que la gente confunda el nombre del creador del monstruo con el monstruo mismo. Frankenstein es el apellido del estudiante, todavía no doctor y el monstruo de su creación es innominado en la novela. Recién en 1994, cuando el director Kenneth Branagh (1960) filmó "Mary Shelley's Frankenstein", con la actuación de Robert de Niro (1943) y la producción de Francis Ford Coppola (1939), se narró la historia tal como la había concebido su autora ciento setenta y ocho años antes.