En la liturgia del Miércoles de Ceniza el sacerdote pronunciaba las palabras: "Memento homo quia pulvis es et in pulverem reverteris" ("Recuerda hombre que eres polvo y al polvo has de volver").
En una traducción popular basada en el texto bíblico ya citado y en el anterior en el que se dice qué Dios hizo al hombre del barro, es decir del polvo humedecido, se dijo "del polvo vienes y al polvo has de volver". Teniendo en cuenta que el origen del hombre se encuentra en el coito, se identificó éste con el polvo bíblico y litúrgico, con lo que la palabra tomó un sentido grosero que en un principio no tenía.