La campaña fue un verdadero genocidio que dejó un saldo de miles de muertos y más de 14 mil prisioneros. Lo importante para Roca y su campaña política no fueron las víctimas -las que ni siquiera eran consideradas como tales por la sociedad de la época-, sino los millones de hectáreas "recuperadas" a los indios y su consecuente prestigio político militar.
Pero no fue éste el único récord que tuvo aquel general -famoso por su sangre fría y su escasa compasión para con los derrotados-, también fue el primero en tener una copa de fútbol propia: la "Copa Roca" que siempre enfrentó a los seleccionados de la Argentina y el Brasil. De la misma manera los futbolistas argentinos disputaron contra los uruguayos las copas Newton y Lipton, y contra los paraguayos la copa Chevallier Boutell. Pero tuvo otro récord mucho más tristemente célebre: el de ser el primero en instigar a falsificar el resultado, hoy reconocido como soborno.
En oportunidad de celebrarse en Brasil un partido entre el dueño de casa y el equipo argentino, el presidente Roca estaba en las tribunas presenciando el partido. Al término del primer tiempo el general se acercó al vestuario argentino y le pidió al jugador Jorge Brown que perdieran el partido. Este encuentro no figura en las estadísticas del fútbol argentino.
Según el periodista Dante Panzeri (1921-1978) el partido terminó 3 a 3; en cambio su colega Diego Lucero (1901-1995) afirma que el resultado fue 4 a 0 en favor de los argentinos, aunque remarca que el presidente le pidió a Brown que se dejaran ganar. En 1931, en la revista "Caras y Caretas", Maximiliano Susán, jugador de aquel equipo argentino, declaró que Roca les dijo en aquella oportunidad : "Muchachos, hay que ser diplomáticos. Brasil está celebrando el aniversario del Grito de Ipiranga. No es justo que pierdan el partido: hay que dejarlos ganar. ¡Háganlo por la paz de América muchachos!".