Rudolf aprendió a jugar al ajedrez siendo muy pequeño, enseñado por su padre. Pronto vieron que tenía un gran talento y fue exhibido como un niño prodigio que asombró a propios y a extraños en su ciudad natal, enfrentándose y derrotando a los más fuertes jugadores; también su hermano Leopold lo era, aunque éste se destacó en la música.
En 1903 se marchó a Münich a trabajar como empleado de una compañía de seguros, pero pronto dejó su trabajo para convertirse en un jugador profesional de ajedrez. Sus modelos fueron los grandes jugadores combinativos, sobre todo el genial Mikhail Tchigorin (1850-1908), del que se consideraba discípulo y gran admirador de su juego brillante. Aunque no cometía los graves errores que solía efectuar su maestro, su temperamental carácter y sus nervios a veces le hicieron cometer graves errores a lo largo de los torneos en que participó.
Durante la Primera Guerra Mundial sirvió en el ejército de su país y, al término de la conflagración, se mudó a la vecina Alemania, país en donde estuvo residiendo hasta la llegada al poder del Partido Nacional Socialista de Hitler. En ese momento tuvo que huir a Suecia, que era un país neutral. Allí estuvo viviendo hasta que falleció, completamente olvidado, en Estocolmo el 2 de agosto de 1942, en una situación de extrema pobreza (la fecha de su muerte es incierta: algunos historiadores la sitúan el 15 de septiembre).
Spielmann fue un maestro vagabundo que vivió exclusivamente del ajedrez -a pesar de ser abogado- y fue el primero que dignificó la figura del maestro de ajedrez profesional, pidiendo honorarios adecuados por su participación en torneos, matches, exhibiciones o simultáneas. Ha sido, sin dudas, uno de los maestros combinativos más fuertes de todos los tiempos, pasando a la historia como el "rey de los gambitos" por jugar de una manera admirable el Gambito de Rey y su homónima la Apertura Vienesa.
Un duro revés a su juego con el Gambito de Rey lo sufrió con la severa derrota que le infligió Siegbert Tarrasch (1862-1934) en el torneo de Märisch-Ostrau de 1923, en el que el Gran Maestro alemán le jugó el Contragambito Falkbeer. Después de esta derrota, con la que desapareció prácticamente de la práctica magistral el Gambito de Rey (después de cuatro siglos de continuo uso), Spielmann escribió un ensayo con el ilustrativo y lacónico título de "En la cabecera del Gambito de Rey, enfermo de muerte".
Su más conocido apelativo ha sido el de "el último romántico del ajedrez". Cada período del ajedrez romántico fue asociado a un gran jugador; así se sucedieron Alexander McDonnell (1798-1835), Louis Charles Mahé de La Bourdonnais (1795-1840), Adolph Anderssen (1818-1879) , Paul Morphy (1837-1884), Rudolf Charousek (1873-1900) y por último, Rudolf Spielmann. Fue el último maestro que llevó el heroico fuego del romanticismo al campo de batalla del ajedrez, el último de una saga de grandes combinadores, de jugadores que -sin despreciar el juego posicional- jugaron abiertamente al ataque, arriesgándose para conseguir la victoria y la admiración de los aficionados.
Su más conocido apelativo ha sido el de "el último romántico del ajedrez". Cada período del ajedrez romántico fue asociado a un gran jugador; así se sucedieron Alexander McDonnell (1798-1835), Louis Charles Mahé de La Bourdonnais (1795-1840), Adolph Anderssen (1818-1879) , Paul Morphy (1837-1884), Rudolf Charousek (1873-1900) y por último, Rudolf Spielmann. Fue el último maestro que llevó el heroico fuego del romanticismo al campo de batalla del ajedrez, el último de una saga de grandes combinadores, de jugadores que -sin despreciar el juego posicional- jugaron abiertamente al ataque, arriesgándose para conseguir la victoria y la admiración de los aficionados.
Su pensamiento casi filosófico del ajedrez agresivo, puede verse claramente reflejado en su libro "El arte del sacrificio en ajedrez", una auténtica antología de la poesía de su juego, en el que expuso por primera vez en la literatura ajedrecística, los diferente tipos de sacrificios que podían realizarse en las partidas.
Fue amigo de Aaron Nimzovich (1886-1935), aunque su forma de jugar fuera diametralmente opuesta a la del Gran Maestro de Riga. Aunque ambos se oponían a los dogmas preconizados por los maestros de la "escuela clásica posicional" como Semyon Alapin (1856-1923), Richard Teichmann (1868-1925), Carl Schlechter (1874-1918) y Géza Maróczy (1870-1951), dicha oposición la realizaron de forma diferente: Spielmann, mediante el juego abierto y la combinación brillante; Nimzovich, mediante el bloqueo, la posición restringida y la liberación lenta pero continua de las piezas.
Fue amigo de Aaron Nimzovich (1886-1935), aunque su forma de jugar fuera diametralmente opuesta a la del Gran Maestro de Riga. Aunque ambos se oponían a los dogmas preconizados por los maestros de la "escuela clásica posicional" como Semyon Alapin (1856-1923), Richard Teichmann (1868-1925), Carl Schlechter (1874-1918) y Géza Maróczy (1870-1951), dicha oposición la realizaron de forma diferente: Spielmann, mediante el juego abierto y la combinación brillante; Nimzovich, mediante el bloqueo, la posición restringida y la liberación lenta pero continua de las piezas.
Spielmann no contribuyó significativamente a la teoría de las aperturas, aunque sus innovaciones en la Defensa Caro Kann o en la Defensa Nimzoindia, son recordadas al igual que la defensa denominada Benoni (la que en su época se denominaba Sistema Spielmann porque el Gran Maestro vienés la jugó en multiples ocasiones con resultados más que satisfactorios) y la llamada variante Westphalia del Gambito de Dama, que analizó junto al Gran Maestro Milan Vidmar (1885-1962) a bordo del buque "Westphalia" cuando ambos se dirigían a Nueva York a participar en el torneo de candidatos que se celebró en dicha ciudad en el año 1927.
En1935 preparó a Max Euwe (1901-1981) para su enfrentamiento con Alexander Alekhine (1892-1946) por el Campeonato del Mundo y que finalizó con el triunfo del holandés, y durante su estancia en Suecia, en los últimos años de su vida, entrenó al que más tarde sería un destacado Gran Maestro: Gideon Stahlberg (1908-1967).
Sus victorias en grandes torneos fueron muchas (teniendo en cuenta que antes se celebraban bastantes menos torneos que ahora). Participó en más de 120 torneos, de los que ganó 33. Su primer gran éxito internacional fue la excelente cuarta posición que alzancó en el torneo de Coburgo de 1904, seguido de una tercera posición en el torneo de Scheveningen de 1905. Su período de esplendor fue el de la segunda década del siglo XX: ganó en los torneos de Viena (1910-11), Abbazia (1912), Budapest (1913), Viena (1913), Baden (1914) y Berlín (1914). Fue segundo en Pistyan (1912) y San Sebastián (1912) y tercero en San Petersburgo (1909), Mónaco (1911), Mannheim (1914) y Viena (1915).
En la siguiente década también cosechó grandes éxitos: ganó en Toeplitz-Schoenau (1922), Scheveningen (1923), Viena (1926) y Semmering (1926). Fue segundo en el Gran Torneo de Pistyan (1922), Merano (1924) y Carlsbad (1929). Más tarde también ganó importantes torneos como los de Magdeburgo (1927), Estocolmo (1929), Viena (1930), Sopron (1934) y Helsinki (1935).
Spielmann, con sus virtudes y sus defectos, se ha ganado un sitio entre los mejores jugadores de ataque de la historia y decenas de sus partidas son reproducidas por los aficionados de la actualidad, que pueden deleitarse con sus sacrificios de piezas para acosar al rey rival. Sus estadísticas son: 375 victorias, 328 tablas y 263 derrotas, con un promedio de 55,8% de efectividad.
Sus victorias en grandes torneos fueron muchas (teniendo en cuenta que antes se celebraban bastantes menos torneos que ahora). Participó en más de 120 torneos, de los que ganó 33. Su primer gran éxito internacional fue la excelente cuarta posición que alzancó en el torneo de Coburgo de 1904, seguido de una tercera posición en el torneo de Scheveningen de 1905. Su período de esplendor fue el de la segunda década del siglo XX: ganó en los torneos de Viena (1910-11), Abbazia (1912), Budapest (1913), Viena (1913), Baden (1914) y Berlín (1914). Fue segundo en Pistyan (1912) y San Sebastián (1912) y tercero en San Petersburgo (1909), Mónaco (1911), Mannheim (1914) y Viena (1915).
En la siguiente década también cosechó grandes éxitos: ganó en Toeplitz-Schoenau (1922), Scheveningen (1923), Viena (1926) y Semmering (1926). Fue segundo en el Gran Torneo de Pistyan (1922), Merano (1924) y Carlsbad (1929). Más tarde también ganó importantes torneos como los de Magdeburgo (1927), Estocolmo (1929), Viena (1930), Sopron (1934) y Helsinki (1935).
Spielmann, con sus virtudes y sus defectos, se ha ganado un sitio entre los mejores jugadores de ataque de la historia y decenas de sus partidas son reproducidas por los aficionados de la actualidad, que pueden deleitarse con sus sacrificios de piezas para acosar al rey rival. Sus estadísticas son: 375 victorias, 328 tablas y 263 derrotas, con un promedio de 55,8% de efectividad.