Pero los primeros que atacaron a la monarquía española en territorio americano fueron los propios invasores, y no sólo a través de la lucha armada. Cuando los ingleses ocuparon Buenos Aires en 1806, no hicieron uso de la imprenta que encontraron en la ciudad, error que no volverían a cometer al invadir Montevideo al año siguiente. Bajo la protección de las tropas británicas, se estableció la primera imprenta de la ciudad y se imprimió, de mayo a julio de 1807, el primer periódico montevideano: "The Southern Star" / "La Estrella del Sur", a través del cual los invasores buscaban integrarse a la sociedad oriental.
A pesar de que era un periódico bilingüe, había diferencias notables entre las versiones en inglés y castellano, diferencias que tenían que ver con lo que seguramente era de interés para los distintos públicos y, más importante, con el deseo de no ofender a los lectores en castellano. De ahí que los avisos de remates de telas para decorar los uniformes de los soldados británicos no aparecieran traducidos. Había otras noticias específicas, como anuncios en una sola lengua para donaciones a las viudas de soldados ingleses o el nuevo impuesto sobre pulperías. Sin embargo, la mayoría de los avisos estaban en ambos idiomas, como el resto del contenido, especialmente cuando se trataba de denigrar al monarca español. Era justamente eso -los avisos comerciales, la propaganda antiespañola y el elogio del sistema político inglés- lo más peligroso y, a la vez, lo más exitoso del nuevo periódico.
Como otros periódicos que vendrían después durante la independencia, "La Estrella del Sur" sirvió como arma para apoyar una causa, en este caso la del liberalismo inglés en oposición al absolutismo español. Su aparición provocó una fuerte reacción por parte de los funcionarios españoles, también a través de medios impresos. A finales del siglo XVIII se había establecido en Buenos Aires la casa de los Niños Expósitos, imprenta que publicaba documentos oficiales, hojas sueltas y el primer periódico del Plata, el "Telégrafo Mercantil". Cuando salió "La Estrella del Sur", los miembros de la Real Audiencia no estaban para nada contentos y lo calificaron como la más perniciosa y seductora propaganda "para el logro de sus malvados designios".
En un bando impreso por la Real Imprenta de los Niños Expósitos en junio del 1807 -cantado por el pregonero en las calles- no sólo se prohibía la introducción del periódico en las provincias del virreinato y su lectura en voz alta, sino que se exigía que cualquiera que tuviera una copia se presentase a las autoridades apropiadas. El que no lo hiciese sería "tratado como traidor al Rey, y al estado, y se le impondrán las penas correspondientes a este atroz delito". La Audiencia pidió al abogado y periodista Mariano Moreno (1778-1811) que redactara artículos en contra de "La Estrella del Sur", pero Moreno, que compartía las ideas promovidas en el periódico, recomendó silencio como la mejor forma de combatirlo. Cuando se fueron los ingleses, la imprenta de "La Estrella del Sur" fue desmontada y trasladada a Buenos Aires para integrar las máquinas de la Casa de los Niños Expósitos. Entonces los funcionarios españoles pensaron que ya no podían difundir más material peligroso. Pero se equivocaron: en poco tiempo, las máquinas de "La Estrella del Sur" estaban imprimiendo medios revolucionarios -esta vez de "americanos" en Buenos Aires- que llegarían a cruzar el Río de la Plata, una vez más, para leerse entre los Orientales. Para entonces, la guerra retórica que acompañaba las batallas militares de la independencia estaban en marcha.
"La Estrella del Sur" tuvo un enorme impacto sobre el campo de la guerra retórica entre los ingleses y los habitantes de las provincias del Virreinato del Río de la Plata. Pero no fue el único medio. La reconquista de la ciudad de Buenos Aires en agosto de 1806 y los eventos en Buenos Aires y Montevideo de 1807 desencadenaron la publicación de enormes cantidades de hojas sueltas y folletos con versos, sermones e historias elogiando el valor de los habitantes rioplatenses. Eran textos parecidos a los que saldrían durante las guerras de independencia y que entrarían después en las antologías de poesía nacional.
Para mediados de 1807, cuando apareció el último número de "La Estrella del Sur" y los ingleses ya habían firmado el acuerdo para dejar el Río de la Plata, la revolución estaba en marcha en las nuevas formas de comunicación .