No se sabe a ciencia cierta la cantidad de lenguas vivas que existen en el mundo, aunque se estima que son más de cinco mil, un cálculo que se ve dificultado por la difícil distinción entre lengua y dialecto. Los hablantes de una determinada lengua la hablan de manera diferente (el español es una lengua que se habla de distinta forma en Argentina, Cuba o Chile e inclusive en la propia España, en Andalucía o Cantabria).La diferencia más notable es el acento, aunque también varía la sintaxis y el vocabulario, de modo que esa variedad de la lengua que se asocia con un determinado lugar es considerada un dialecto. De hecho, la mayoría de los lingüistas no opina que haya una forma correcta de un idioma y un puñado de dialectos, sino que todas las formas del idioma no son más que dialectos. Tampoco se ha podido explicar el hecho de que el número de lenguas supere al de razas en una notable proporción. Cada lengua es única en cuanto a que posee su propio sistema fonético, léxico y sintaxis y, sin embargo, todas están de un modo u otro relacionadas con las demás lenguas que se hablan en las proximidades. Así, el inglés y el francés son lenguas distintas, pero tienen numerosos elementos lingüísticos en común entre sí y con otras lenguas europeas.Las lenguas son tan únicas como los individuos pero, al igual que estos, se pueden clasificar en familias. Los primeros estudios en ese sentido fueron realizados por el filólogo inglés William Jones (1746-1794), quien en 1786 describió las relaciones existentes entre los vocabularios latino, griego, hindi, persa y germánico. En el centro de la lingüística se encuentra el estudio de la gramática, la que se divide en fonética (aspectos físicos del sonido), fonología (significación lingüística de los sonidos), morfología (estructura de las palabras), semántica (significado lingüístico literal) y sintaxis (combinación de palabras en unidades gramaticales). A partir de allí se realizaron en el siglo XIX nuevos estudios que estuvieron a cargo del alemán Jacob Grimm (1785-1863) y del danés Karl Verner (1846-1896) quienes ahondaron en la familia indoeuropea de lenguas. También fueron importantes los aportes realizados por los alemanes Wilhelm von Humboldt (1767-1835) y August Schleicher (1821-1868). Más adelante se admitieron nuevas familias lingüísticas aparte de la indoeuropea (neerlandés, inglés, alemán, griego, irlandés, francés). Ellas son: altaica (mongol, turco), amerindia (chinook, algonquino, sioux), austronésica (fijiano, malgache, tagalo), bantú (herero, zulú), camitosemítica (árabe, hebreo), chinotibetana (chino, tibetano), dravídica (tamil, telugu), japonesa (japonés), papúa (chimbú, huli) y ugrofinesa (finés, lapón, magiar). Si estas familias están relacionadas entre sí o no, es algo que todavía se desconoce ya que no existen las evidencias necesarias para determinarlo.
Prácticamente la mitad de la población mundial habla lenguas de la familia indoeuropea. Estas se originaron en el sur de Asia y Europa y han sido llevadas a muchos lugares del mundo por los colonos europeos. Muy pocas lenguas no indoeuropeas se hablan en Europa: el finés, el estonio y el magiar (ugrofinesas) y el vascuence (sin relación conocida con ninguna otra lengua). Las lenguas indoeuropeas se dividen en dos ramas principales: la occidental y la oriental. La rama occidental se subdivide a su vez en: celta (gaélico, galés, bretón, galo), germánico (inglés, frisón, alemán, yiddish, neerlandés, flamenco, afrikaans), itálico (francés, castellano, italiano, portugués, gallego, rumano, catalán, provenzal, grisón, tirolés, friulano) y griego (griego).Mientras tanto, la rama oriental se subdivide en: eslavo (polaco, sorabo, checo, eslovaco, esloveno, serbocroata, búlgaro, macedonio, ruso, ucraniano, bielorruso), báltico (lituano, letón), albanés (albanés), armenio (armenio) e indoiranio (gujarati, marathi, indostánico, hindi, urdu, bengalí, sindhi, cingalés, rajasthani, punjabi, dárdico, romaní, persa, kurdo, baluchi, pashto, oseto).
Con más de un milenio de desarrollo escrito y ocho siglos ininterrumpidos de manifestaciones literarias, la española es en la actualidad la segunda lengua de Occidente por el número de sus hablantes y por el interés que despierta en las más diversas culturas, con una proyección de futuro que los expertos estiman incomparable con ninguna otra: aproximadamente 500 millones de personas la tienen como lengua materna en la actualidad y otras 200 millones la han adoptado como su segundo vínculo de comunicación.El español es el idioma oficial de veintidós países. Antes de la llegada de Colón a América, existían más de 170 familias lingüísticas vernáculas, las que no pudieron competir con la avasalladora expansión del español que los conquistadores impusieron con la cruz y con la espada. Estos carecían de palabras en su vocabulario para nombrar las innumerables cosas desconocidas que les ofrecía el nuevo mundo, de manera que las lenguas indígenas aportaron una enorme cantidad de términos que, a través del español, pasaron después a las restantes lenguas del mundo. Hoy en día sobreviven algunas que revisten categoría semioficial debido al gran número de personas que las hablan. Las más importantes son el quechua y el guaraní y les siguen en menor cantidad de hablantes el aymara, el mixteca, el chibcha, el araucano, el misquito, el toba y el querandí.