El planeta Tierra esta rodeado de una masa de gases que forman la atmósfera. Estos gases están reaccionando unos con otros constantemente. Uno de estos gases es el oxígeno, el mismo que sustenta la vida en la Tierra. El elemento oxígeno se da en tres formas. La forma más común es el oxígeno molecular, o sea, el tipo de oxígeno que nosotros respiramos. Se representa por la formula 02, porque consta de dos átomos de oxígeno unidos entre sí. Luego esta el ozono, que se representa por la fórmula 03, porque consta de tres átomos de oxigeno. Esta forma de oxígeno es inestable, por lo que constantemente se forma a partir de 02 y se vuelve a descomponer en 02. Finalmente tenemos el oxígeno atómico, representado por 0, es la materia prima de la que están hechas las otras dos. Consiste en un átomo de oxigeno. Por otra parte, el ozono es un gas de intenso olor y color ligeramente azul. Aproximadamente el 90% del ozono de la Tierra, está situado en una capa de formación natural muy por encima de la superficie terrestre, en una fría región de la atmósfera, llamada estratosfera. Desde esta región exterior, el ozono protege a la Tierra y a todos sus habitantes de los peligrosos efectos de la radiación ultravioleta (UV) del Sol. Aunque el ozono puede encontrarse desde el nivel del suelo hasta alturas de aproximadamente 60 km., es la estratosfera la que contiene aquel 90% de todo el ozono disponible. A unos 25 km. por encima de la corteza terrestre, se produce la concentración máxima de ozono y forma una capa de unos 20 km. de espesor. En esta capa, el ozono de la estratosfera está, sin embargo, tan difundido que si se lo comprimiera a la presión existente a ras del suelo, la capa de ozono tendría un espesor de solo 3 mm. Irónicamente, a nivel del suelo, el ozono es un peligroso contaminante, que perjudica la salud humana y las cosechas en las grandes zonas urbanas o cerca de ellas. El ozono que se encuentra a nivel del suelo, proviene de los gases de escape de los coches y de los vapores de la gasolina, que se acumulan sobre las ciudades en los calurosos días del verano, pudiéndose formar una espesa capa de smog, en la que ozono es un elemento clave. Sin embargo, la contaminación del ozono a nivel del suelo, es un problema diferente al de la disminución de la capa de ozono.
La gran información científica recogida durante muchos años de estudio, nos indica que los Clorofluorcarbonos, o sea, los llamados CFC´s contribuyeron y aún contribuyen a originar cambios en la capa de ozono de la atmósfera, mejor dicho, de la estratosfera. Pero la misma información científica, nos indica también que no son los únicos factores responsables de la disminución de la capa de ozono. Estos estudios han demostrado que los cambios en el ozono observados en la región Antártica, se ven afectados por la particular meteorología del Hemisferio Sur. Los cambios se producen, sobre todo, debido a la influencia del torbellino polar, a las bajas temperaturas de la estratosfera y a las nubes polares de esta región de la atmósfera. Traducido a un lenguaje mas cotidiano, las formaciones de nubes de gran altura, las extremadamente bajas temperaturas y las sorprendentes corrientes de aire del Hemisferio Sur, aportan las condiciones idóneas para desplazar el ozono de la región polar. Esta teoría ha sido utilizada para explicar no solo los cambios en los niveles de ozono del Antártico, sino también las fluctuaciones de la temperatura media, observadas en la región. Las conclusiones del experimento sobre el ozono en la atmósfera del Antártico, que se debatieron en el Protocolo de Montreal de 1987, indicaron que los compuestos químicos elaborados por el hombre (CFC’s, HCFC’s, etc.) no son los únicos factores que intervienen en los cambios de los niveles de ozono sobre el Antártico y que los cambios naturales en la atmósfera sobre esta región, juegan también un papel importante.
El ozono protege la corteza terrestre de la radiación ultravioleta (UV) mediante la absorción de grandes cantidades de estos rayos nocivos. Cuando el ozono (O3) entra en contacto con un átomo de cloro libre, sufre unos cambios que hacen que pierda sus propiedades filtrantes de los rayos UV. Veamos un ejemplo: El CFC-11 es un compuesto formado por un átomo de carbono (C), un átomo de flúor (F) y tres átomos de cloro (Cl). Su fórmula es : CFCl3. El CFC-11 se usa, mejor dicho, se usaba como refrigerante para la industria frigorífica y sistemas comerciales de aire acondicionado y también como agente propelente en aerosoles. A nivel de la tierra es un gas casi perfecto: no es tóxico, ni inflamable, ni corrosivo. Debido a estas propiedades, se usaba en todo el mundo en un gran número de aplicaciones beneficiosas. Cuando el CFC-11 es liberado en la atmósfera, ya sea por fugas, al usar aerosoles o al fabricar productos de espuma, asciende progresivamente a las capas mas altas de la atmósfera, conocidas como la estratosfera. Esta lenta ascensión puede llevar hasta un periodo de 5 años. Cuando el CFC-11 entra en contacto con los rayos UV del sol, la molécula de CFC se desintegra y en este proceso, se libera un átomo de cloro, que pasa a reaccionar con el ozono y se producen una serie de reacciones químicas. El resultado final de estas reacciones es la substitución del ozono por dos nuevas moléculas, una de oxigeno (O2) y el átomo inalterado de cloro, ninguna de las cuales posee las propiedades filtrantes de rayos UV del ozono.
Ya que el átomo de cloro sale inalterable de las reacciones, los científicos estiman que un solo átomo de cloro puede reaccionar con hasta 100.000 moléculas de ozono, antes de que finalmente desaparezca. Además, los científicos predicen la supervivencia en la estratosfera de los CFC’s por un periodo de 70 a 100 años. Teniendo en cuenta esta deducción, es fácil entender las razones por las que la comunidad científica apremia a todas las naciones y a sus fabricantes de CFC’s, a dar un tratamiento serio a estos datos y acelerar la puesta en servicio de los acuerdos sobre protección del Medio Ambiente y del ozono en particular, tales como el Protocolo de Montreal y los acuerdos de Kyoto y Praga mas recientemente. Además, es necesario tomar medidas inmediatas para considerar nuevas limitaciones globales en las emisiones de los CFC’s.