El periodista argentino Jorge Boccanera (1952) escribió un artículo titulado "La tortura. El mejor secreto del mundo" en el que, entre otras cosas, expresa: "Se dice que entre los primeros torturadores estaban los salteadores de caminos, quienes amputaban los pulgares de sus víctimas para que revelaran dónde guardaban el dinero. De estos ladrones habría aprendido el conquistador español Hernán Cortés, otra práctica, la de quemar la planta de los pies de sus prisioneros. Es la que utilizó con Cuauhtémoc, último emperador azteca". Desde los tiempos del rey de Castilla y León Alfonso el Sabio (1221-1284) justificando en el siglo XIII la tortura en su escrito "De los tormentos" -que forma parte del "Libro de las Leyes" o "Siete Partidas"-, como método para "escudriñar y saber la verdad de los males hechos que se hacen encubiertamente", hasta los procedimientos utilizados por la dictadura militar con los que se cometieron todo tipo de aberraciones, mucha ha sido la impunidad que atravesó la historia de la humanidad. "Semejante al código de palabras encapuchadas -continúa Boccanera- que utilizaba la dictadura para disfrazar sus atrocidades -excesos, traslados, apremios-, podría ubicarse el eufemismo de 'el mejor secreto del mundo', frase con la que suelen referirse a la tortura en círculos políticos internacionales, según un informe de Amnesty Internacional, que señala que estos 'interrogatorios' se practican actualmente en unos ciento cincuenta países". Más adelante, Boccanera explica que la metodología de la tortura "llegó a la Argentina en los años '50 de la mano de militares argentinos que cursaron estudios en Francia. Luego del contacto inicial, se nuclearon en nuestro país una serie de ex oficiales franceses asesores y conferencistas, más los personeros del integrismo católico que instalaron, junto a la psicosis anticomunista y la idea del 'enemigo interno', la necesidad de expediciones punitivas". Los militares franceses dieron numerosas conferencias y dictaron cursos de guerra no convencional, a la vez que repartieron sus manuales en países como los Estados Unidos, Brasil y la Argentina, la que, se estima, fue su mejor cliente. Investigadora de la llamada doctrina de "contrainsurgencia", impulsada por aquellos militares franceses tras las derrota de Argelia, la periodista y cineasta gala Marie Monique Robín (1960) escribió el libro "Escadrons de la mort. L'école francaise" (Escuadrones de la muerte. La escuela francesa) cuya temática se centra en el adoctrinamiento a la dictadura militar argentina y la exportación de teorías basadas en la defensa de un pretendido "orden natural", para el cual entrevistó, entre otros, al ex ministro del Interior de la dictadura argentina Albano Harguindeguy y al ex general francés Paul Aussaresses, líder de los ex combatientes en las colonias francesas de Indochina y Argelia. La periodista e historiadora francesa posee una trayectoria sobresaliente en el campo del periodismo de investigación -lo que le reportó varias amenazas de muerte- y es autora de numerosos documentales y libros. Entre estos últimos, pueden mencionarse "La science et le paranormal" (La ciencia y lo paranormal), "Les 100 photos du siécle" (Las 100 fotos del siglo), "Voleurs d'organes. Enquête sur un trafic" (Ladrones de órganos. Un tráfico desgarrador), "L'école du soupcon. Les dérives de la lutte contre la pédophilie" (La escuela de la sospecha. Los excesos de la lucha contra la pedofilia) y el reciente "Le monde selon Monsanto" (El mundo según Monsanto) donde revela los entretelones del agronegocio de la multinacional norteamericana Monsanto, la empresa líder en la producción de alimentos transgénicos. El mencionado Boccanera la entrevistó para la revista "Nómada" nº 1 de octubre de 2006.
¿Por qué los militares argentinos optaron por instructores franceses y no por norteamericanos?
Porque, como dicen los generales argentinos o norteamericanos mismos, los únicos que tenían una experiencia práctica y teórica en la "guerra antisubversiva" eran los franceses. Esto radica en el hecho de que, a diferencia de Inglaterra, Francia optó por una solución militar para acabar con el viento de liberación que soplaba en sus colonias. Diseñó una nueva doctrina militar donde el enemigo es interno y no exterior a las fronteras, lo que hace de cualquiera un sospechoso. En esta concepción donde la población es el enemigo, las tareas de inteligencia -y luego la tortura para sacar información- se vuelve el eje central de la llamada "guerra moderna".
Usted ha dicho que la asonada castrense del '76 comenzó en realidad mucho antes...
El golpe militar del '76 fue una preparación lenta que empezó en los anos '50. Pasa que en 1957 recibieron cursos en la Escuela de Guerra francesa algunos oficiales argentinos como Alcides López Aufranc. Era la época de la Guerra Fría, y ya estaban convencidos de que venía una Tercera Guerra Mundial. Luego la llegada de los franceses a la Argentina multiplicó los servicios de inteligencia y el uso de la tortura.
¿Podría decirse que el eje de su libro es la tortura, una práctica que pese a las denuncias internacionales se ha incrementado?
Cuando comencé la investigación en 2000 pensaba que era un tema histórico; que estaba tocando sucesos ocurridos hace más de treinta años, pero cuando se estrenó la película (mi propio documental, exhibido con el mismo nombre que el libro en pantallas de cine y televisión de la Argentina), tuvo un éxito internacional debido precisamente a que tocaba un tema desgraciadamente actual. A raíz de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York, la tortura volvió a ser utilizada como el arma principal de la lucha contra el "terrorismo". Tanto, que la asociación Human Rights Watch me pidió que escribiera un capítulo sobre la "escuela francesa" para el libro "Torture" (Tortura), publicado hace poco.
¿Para tamaña ferocidad, necesita el torturador satanizar a su enemigo?
Sí, por eso el papel de la "Ciudad Católica" en Francia y después en la Argentina, fue muy importante para justificar el uso de la tortura con argumentos teológicos que vienen de la Inquisición. El integrismo católico francés fue fundamental para la exportación de la doctrina francesa, le otorgó una base ideológica.
¿Hay relación entre esa doctrina contrarrevolucionaria y el actual gobierno estadounidense?
Varios indicios indican que dicha "escuela" inspiró a la administración Bush en su guerra contra Al Qaeda. Hay que fijarse en lo que señala el coronel Trinquier en su libro "Modern warfare" (La guerra moderna), donde dice que el "terrorista", un ser oculto, sin uniforme, no puede ser considerado un combatiente, por lo cual no se le deben aplicar las leyes de la guerra, como las convenciones de Ginebra. Además, al suponerse que posee información que permitiría evitar nuevos atentados, todos los medios justifican el fin, incluida la tortura, que no es vista como una cuestión moral sino como un arma en sí. Los últimos informes de la ONU, de la Cruz Roja y de Amnesty Internacional, confirman que la base de Guantánamo es un centro de tortura. Aquí la solución que se propone para acabar con el terrorismo, es estrictamente militar.
Hay algunas voces disidentes entre militares que ven en la tortura una práctica irracional...
Es así y personalmente estoy de acuerdo con los militares norteamericanos, ex alumnos de Aussaresses, a quienes entrevisté y que ven cómo esta "solución" se topa contra un muro al generar odio, resentimiento y provocar nuevas vocaciones para el terrorismo. La única solución para resolver el terrorismo es política; empieza por tratar de entender por qué, hoy en día, hay en Medio Oriente muchos jóvenes dispuestos a morir con una carga de dinamita.
En las guerras de liberación, ¿practicaron la tortura las fuerzas argelinas y vietnamitas?
Sí, lo líderes del Viet Minh y del Frente de Liberación Argelino utilizaron la tortura. De esto no cabe duda. Por el contrario, no fue el caso de la guerrilla de Fidel Castro y el Che Guevara en Cuba, que tenían un código ético -que también era una estrategia política- muy estricto para el tratamiento de prisioneros.
Pese a esas técnicas de tormentos y las matanzas de civiles, el Imperio perdió sus colonias. Además, distintos gobiernos golpistas que apoyaron ya fueron reemplazados por instancias democráticas.
Los militares franceses pretendían haber ganado la batalla de Argel, y dijeron que si Francia perdió Argelia fue por decisiones políticas; es decir la "traición de De Gaulle". Igual que el general Diaz Bessone, cuando pretendió haber ganado la "guerra contra la subversión".
¿Ese trabajo de contrainsurgencia fomentó la espiral de violencia en la Argentina de los '70?
Me parece que el papel de la Triple A, al escoger como victimas a representantes democráticos, buscó una radicalización de los sectores argentinos de izquierda. También la Operación Independencia llevada a cabo por el general Vilas y planificada por el Estado Mayor argentino, perseguía este mismo objetivo.
En su libro se ve que la figura del "desaparecido" político es una práctica antigua que viene del nazismo...
Entonces, no es tan antigua... Los primeros que planificaron las desapariciones forzadas como un arma de la guerra psicológica fueron efectivamente los nazis, luego vienen los franceses. En Argelia -donde la policía estaba bajo el control del ejército, y los militares interrogaban- hubo un saldo de tres mil desaparecidos.
Usted señala al ex presidente Kennedy entre los iniciadores en tácticas de contrainsurgencia, lo que le quita el barniz de "demócrata" atribuido en relación con otros mandatarios norteamericanos.
Kennedy era un producto puro de la Guerra Fría; estaba obsesionado por la llamada "Teoría del dominó" y por eso fue el primer hombre político de los Estados Unidos que se interesó por la "escuela francesa".
Su investigación pone en primer plano el accionar de una especie de internacional fascista. ¿Esta red vive en los pliegues de algunas democracias del "mundo libre" y le hace los trabajos sucios?
Si, es la fachada oculta o escondida de los sistemas democráticos. La historia de Francia, país de los derechos humanos, lo ilustra perfectamente.
Es paradójico que represores argentinos como Astiz y Pernías, victimarios de las monjas francesas, vivieron en Francia e incluso uno, Ricardo Cavallo, haya sido condecorado...
Sí. Y al mismo tiempo Francia acogía a los refugiados argentinos... Es la doble fachada o moral del país de los derechos humanos.
Hágame un retrato breve del general Aussaresses.
Fue un tremendo "resístante" (miembro de la resistencia) durante la Segunda Guerra Mundial, un anticomunista feroz que se volvió un soldado obediente, un modelo ejemplar de burócrata. Nunca expresó ningún remordimiento. Argumenta haber sido un "soldado de la República" y es cierto; no hubiera terminado su carrera como general de división, especialista reconocido en tortura, sin el apoyo de la República francesa.