1. Utiliza el tiempo de un completo desconocido de forma que él o ella no sienta que lo está malgastando.
2. Dale al lector al menos un personaje con el que él o ella se pueda identificar.
3. Todos los personajes deben querer algo, aunque sea un vaso de agua.
4. Cada frase debe hacer una de estas dos cosas: revelar un personaje o hacer que la acción avance.
5. Empieza tan cerca del final como te sea posible.
6. Sé sádico. No importa cuán dulces e inocentes sean tus protagonistas, haz que les pasen cosas horribles para que el lector compruebe de qué madera están hechos.
7. Escribe para contentar únicamente a una persona. Si abres la ventana para hacerle el amor al mundo, o lo mismo para hablarle, tu historia contraerá una neumonía.
8. Dale a tus lectores toda la información posible lo más rápido posible. Al diablo con el suspenso. Los lectores deben tener una idea general de lo que está pasando, cómo y porqué, de modo que puedan acabar la historia ellos mismos; las cucarachas pueden comerse las últimas páginas.
Agnóstico y librepensador, socialista en la meca del capitalismo, depresivo crónico, Vonnegut fue calificado por la crítica norteamericana como un "visionario" y un "auténtico desobediente y humanista". Con esa originalidad y un sentido del humor que horadaba los argumentos bienpensantes, en una de sus últimas entrevistas declaró: "He descubierto que un humanista es una persona que tiene un gran interés por los seres humanos. Mi perro, por ejemplo, es un humanista".