24 de febrero de 2009

Las reglas de Kurt Vonnegut para escribir ficción

El escritor Kurt Vonnegut (1922-2007) fue uno de los autores más importantes de la literatura norteamericana del siglo XX. Con sus novelas, cuentos y piezas teatrales que mezclaban la ciencia ficción y la autobiografía con fuertes trazos de crítica social desde una visión humorística y satírica de la realidad, se convirtió en un ícono de la contracultura de su país, al extremo de que algunos de sus libros fueron prohibidos y hasta quemados debido a su supuesta obscenidad. Entre sus obras más recordadas figuran "Player piano" (La pianola), "The sirens of Titan" (Las sirenas de Titán), "Cat's cradle" (Cuna de gato), "Slaughterhouse Five" (Matadero Cinco), "Breakfast of champions" (El desayuno de los campeones) y "Bluebeard" (Barbazul).En 1999 se reunieron en formato de libro una serie de artículos y cuentos escritos para diversas revistas en los años '50 y principios de los '60 bajo el título "Bagombo snuff box". Uno de ellos, "Coda to my career as a writer for periodicals" (Coda a mi carrera como escritor para revistas), contenía sus "Eight rules for writing fiction" (Ocho reglas para escribir ficción). Las reglas son las siguientes:

1. Utiliza el tiempo de un completo desconocido de forma que él o ella no sienta que lo está malgastando.

2. Dale al lector al menos un personaje con el que él o ella se pueda identificar.

3. Todos los personajes deben querer algo, aunque sea un vaso de agua.

4. Cada frase debe hacer una de estas dos cosas: revelar un personaje o hacer que la acción avance.

5. Empieza tan cerca del final como te sea posible.

6. Sé sádico. No importa cuán dulces e inocentes sean tus protagonistas, haz que les pasen cosas horribles para que el lector compruebe de qué madera están hechos.

7. Escribe para contentar únicamente a una persona. Si abres la ventana para hacerle el amor al mundo, o lo mismo para hablarle, tu historia contraerá una neumonía.

8. Dale a tus lectores toda la información posible lo más rápido posible. Al diablo con el suspenso. Los lectores deben tener una idea general de lo que está pasando, cómo y porqué, de modo que puedan acabar la historia ellos mismos; las cucarachas pueden comerse las últimas páginas.
Agnóstico y librepensador, socialista en la meca del capitalismo, depresivo crónico, Vonnegut fue calificado por la crítica norteamericana como un "visionario" y un "auténtico desobediente y humanista". Con esa originalidad y un sentido del humor que horadaba los argumentos bienpensantes, en una de sus últimas entrevistas declaró: "He descubierto que un humanista es una persona que tiene un gran interés por los seres humanos. Mi perro, por ejemplo, es un humanista".