No, no lo es. "Asesinos sin rostro" fue escrito hace unos diez años. Me parece asombrosamente interesante hablar de él porque yo no soy la misma persona. Esto significa que ahora puedo ver que soy un poco diferente a la forma en que me sentí y pensé cuando escribí el libro anterior. Por otro lado también puedo ver que siento y pienso lo mismo.
¿Hemos perdido algo por no seguir la serie en el orden correcto?
Sí y no. Creo que todas las novelas de la serie podrían ser leídas independientemente. Pero, por otra parte, los libros fueron escritos en un orden cronológico. Pero no quiero decir que han perdido algo. Sin embargo, hay obviamente un poco de confusión. Creo que fue en Alemania, el padre de Wallander murió en el orden equivocado, por así decirlo. ¡Já, já, já!
¿Tengo razón en pensar que su vida, es decir, hasta que escribió los libros de Wallander, ha estado vinculada principalmente con el teatro?
No, yo no diría eso. Mi primera novela se publicó cuando tenía veintiún años de edad. Siempre he tenido lectores, siempre. Me enteré por mi editor que ninguna de mis novelas ha dado pérdidas. Cada una ha tenido éxito en ese sentido, pero lo que sucedió a partir de las historias de Wallander es que tengo muchos más lectores. Pero creo que ya desde el principio he dividido mi tiempo en trabajar en el teatro, como dramaturgo, como director, y la escritura. Y eso es lo que hago incluso el día de hoy. Hace una semana terminé una obra teatral en un teatro en Estocolmo. Pero ya no me quedo en Suecia porque no tengo tiempo. Por lo tanto, instalé mi centro de operaciones directas en Africa.
¿Hay en su familia antecedentes literarios o teatrales?
Bueno en realidad, en mi familia había músicos. Hemos venido desde Francia y Alemania, hace muchos años, como músicos, violinistas, organistas de iglesia. Por lo tanto, mi familia se ha dedicado más a la música. Pero mi padre era una persona amante de la lectura y siempre nos alentó a leer, tanto a mí como a mi hermano y hermana.
Entonces, ¿cómo hizo esta carrera distinta de los suyos?
Decidí muy temprano. No puedo recordar haber tenido otro sueño en mi vida como niño que el de ser escritor. Eso fue lo que yo quería. Pero cuando tenía diecisiete o dieciocho años me enteré de que la labor de un director probablemente era muy similar a la labor de un autor; es decir, que creaba obras. Y pensé, "esto es maravilloso". Cuando usted escribe está completamente solo, pero cuando usted trabaja en el teatro está rodeado de gente todo el tiempo. Eso me hizo interesar en la labor de director. Y tuve bastante éxito de inmediato, lo que permitió que el teatro pagara por mi trabajo como autor. Dirigiendo una obra conseguía luego cinco meses de aislamiento completo para escribir, lo que, en principio, era importante.
¿Cuándo descubrió su aptitud para escribir?
Yo tenía seis años y era mi abuela quien me enseñaba. Todavía puedo recordar el milagro que significó el hecho de poder poner una palabra tras otra, hacer una oración, a continuación más frases, haciendo una historia. Todavía recuerdo esa sensación. Supongo que fue en ese momento cuando me convertí en escritor.
¿Ha escrito cuentos siendo niño?
Sí. La primera cosa que escribí -porque cuando eres un niño quieres imitar- fue un resumen de una página de "Robinson Crusoe". Me entristecía no poder escribir más. Recuerdo la sensación de escribir, la tenía desde el principio; en realidad nunca pensé en nada más. Si bien cuando salí de la escuela yo era marinero, eso formó parte de mi universidad de la vida, para ir adonde yo quisiera.
Creo que publicó por primera vez como escritor de libros infantiles...
No. Las primeras tres o cuatro novelas eran abiertamente políticas. Fue sólo cuando tenía cuarenta años o algo más que por primera vez escribí una historia para jóvenes. No me gusta hablar de libros para niños porque creo firmemente que una buena historia puede ser leída por gente de cualquier edad.
¿Ha leído mucha ficción policial?
Yo diría que sí y no. He leído constantemente a un escritor como John le Carré -si se le puede llamar escritor de ficción policial- ya a partir de "The spy who came in from the cold" (El espía que surgió del frío) en 1963. También he leído, pero no de forma apasionada, los clásicos autores como Agatha Christie. Lo que me interesa es que tratar de trabajar sobre esa vieja tradición que se remonta a los antiguos griegos, usando el crimen como espejo del conjunto de la sociedad. No tengo dudas en decir que la mejor historia de crimen jamás escrita es "Macbeth" de Shakespeare. Nadie parece pensar que se trata de una historia de crimen, pero eso es precisamente lo que es. Y otra historia de crimen es "Heart of darkness" (El corazón de las tinieblas) de Joseph Conrad. Así que lo que intento hacer es trabajar en esa tradición muy antigua. Yo nunca pensé en escribir una historia de crimen por sí misma; yo realmente quería hablar de ciertas cosas que ocurren en la sociedad.
Sin embargo, está siguiendo una linea en la novela policial de Suecia, en la tradición de escritores como K. Arne Blom y, en particular, de Maj Sjöwall y Per Wahlöö. ¿Ellos lo influyeron de alguna manera?
Cuando Sjöwall y Wahlöö escribieron sus novelas en los años '60, yo era todavía muy joven. Pero las he leído y me parecieron buenas. Pensé que trabajaban en esa tradición y me gustó. Así que, naturalmente, han influido en mí. También creo que al menos algunas de las novelas de Ed McBain funcionaban muy bien, lo que también me gustó. Así que, naturalmente, estoy influenciado por una gran cantidad de autores, se quiera o no. Pero debo decir que el autor que más me ha inspirado es John le Carré, porque él está interesado, como yo, en el paisaje mental de las cosas. Quiero decir, lo que está haciendo Wallander: él va por ahí, pensando, página tras página tras página. Y eso es lo que me interesa: el pensamiento.
Usted mencionó que sus primeros libros fueron de inspiración política. Sin embargo, sus libros de Wallander, creo, son menos abiertamente políticos que los de Sjöwall y Walhöö. ¿Por qué es eso?
Creo que debemos dividir sus diez novelas en dos mitades. Las cinco primeras estaban mucho mejor que las últimas cinco. En las últimas cinco -que ya eran muy malas- Sjöwall y Wahlöö comenzaron a hacer lo que yo no tengo la intención de hacer. Ellos utilizaron la sátira y un mensaje político demasiado evidente. No tengo la intención de hacerlo. Creo que es mejor hacerlo como un subtexto.
Cuando comenzó a pensar en las novelas de Wallander, ¿tenía algún conocimiento del trabajo de la policía? ¿O usted tuvo que ponerse a investigar?
Bueno, yo crecí en una familia en la que algunas personas estuvieron involucradas en el sistema de justicia: un fiscal, un juez. Siempre he tenido la sensación, desde que era un niño, de que el sistema de justicia es muy importante. Yo no tenía ninguna experiencia sobre el trabajo de la policía, por lo que, al comienzo, tuve que hacer algunas investigaciones. A la Policía de Suecia le gustó mucho mi primer libro. No he tenido ningún problema para obtener toda la ayuda que necesité. Puedo ir donde quiera y ver a quien quiera.
Sjöwall y Wahlöö previeron una serie limitada de diez libros. Usted parece tener un objetivo similar en cuanto al número...
Ya están escritos todos ellos. Son nueve.
¿Wallander no será resucitado?
En primer lugar déjeme decirle por qué lo he dejado. Lo hice, no porque estuviese aburrido, por el contrario, lo hice por respeto al lector y por mí. No me gustaría estar en la situación de un lector que paga un montón de dinero para comprar una novela, y después de quince páginas siente que el autor es aburrido. Así que cuando escribí la novena novela, aún gozando mucho, me detuve. Pero, lo que va a pasar ahora es que, el año que viene, voy a empezar a escribir no nueve pero sí tres novelas, con la hija de Wallander -que se convierte en policía- en el primer plano y Wallander en el fondo.
¿Siempre supo que iban a ser nueve los libros de Wallander?
Creo que pensaba en un principio cuatro. Cuando ya había escrito la segunda, decidí escribir ocho, y cuando estaba en la séptima me di cuenta de que podría haber una más.
¿Cómo ha llegado a escribir "Asesinos sin rostro", el primer libro de Wallander?
Creo que esta pregunta es la pregunta más importante que cualquier persona puede pedir, debido a que explica todo. En 1989 yo había estado un muy largo tiempo en Africa. Estuve un año y medio sin visitar Suecia. Cuando regresé me di cuenta inmediatamente de que el aumento del racismo era una bomba en la sociedad sueca, así que decidí escribir acerca de eso. Y como para mí el racismo es un crimen, decidí utilizar una historia de crimen. En ese momento me di cuenta de que necesitaba un agente de la policía... Miré en un viejo diario, era del 20 de mayo de 1989. Ese día nació Wallander. Tomé el nombre de la guía telefónica. "Es un buen nombre", pensé. Para mí fue importante que él naciera de una necesidad; nunca fue: "bueno, aquí tengo un personaje, ¿qué historia voy a darle?".
¿Es una coincidencia que "Asesinos sin rostro" se publicara en 1991, cinco años después del asesinato de Olof Palme y en un momento en que, por primera vez desde mediados de los años '70, una coalición conservadora había obtenido el poder?
En primer lugar, creo que el asesinato de Olof Palme no es tan importante -políticamente- como la gente piensa. Fue importante, naturalmente, en ese momento. Muchas veces oigo que la sociedad sueca a partir de ese momento ha cambiado, que algo pasó. Eso no es cierto. Me refiero a que los cambios no dependen de una persona. Ya en ese tiempo algunos teníamos la sensación de que la sociedad que la vieja socialdemocracia había tratado de crear se estaba derrumbando. El problema es que se han creado en Suecia una serie de cambios sociales que no eran necesarios. Podríamos haber resuelto un montón de problemas sin tirar al bebé con el agua del baño. Lo que se ha creado es un montón de problemas para Suecia. Ahora, para mí, lo fundamental es que el subtexto de todas mis novelas se centra en la discusión sobre la relación entre la democracia y el sistema de justicia. A Wallander lo que le preocupa es que, si la gente empieza a dudar si el sistema de justicia no es realmente limpio o creíble, entonces se convierta en una amenaza para la democracia. Porque no se puede tener una democracia si ésta no tiene un sistema de justicia que funcione bien, lo que es evidente. De eso es de lo que estoy hablando indirectamente en todas estas novelas. Y veo que, a partir de las cartas que recibo de los lectores, es importante hablar de estas cosas.
¿Su vida en Mozambique afectó su punto de vista sobre Suecia?
Siempre he pensado que la vida en Africa me hace un mejor europeo. La distancia es siempre buena. Creo que la mitad de las historias de Wallander han sido escritos en Africa.
¿Por qué estableció las novelas en un ámbito rural, en lugar de, por ejemplo, Estocolmo?
Yo era muy consciente de lo que estaba haciendo. En ese momento, a finales de los años '80, en Suecia -y supongo que en muchos países-, todavía se podía decir que algunos tipos de delito sólo ocurrían en las grandes ciudades. Hoy, usted puede ir a una ciudad pequeña y comprar todo tipo de drogas que se conseguían solamente en las grandes ciudades. En aquel momento eso no era posible. Esa es un poco la razón por la que he elegido un lugar más pequeño. El segundo motivo es el hecho de que yo estaba viviendo allí. Tengo una granja allí.
Desde el inicio, Wallander es un personaje muy humano. Es divorciado, tiene problemas con su hija y su padre. ¿Tenía una idea clara acerca de cómo desarrollarlo?
Decidí desde el principio que lo que quería hacer era crear un personaje que siempre fuese cambiando. Yo quería un personaje como usted y como yo. No somos, por supuesto, la misma persona hoy que mañana y yo realmente trabajo mucho con eso. En la primera novela tiene una opinión, de la que empieza a dudar en la segunda y que la cambia en la tercera. En la cuarta novela hablé con un amigo mío, un médico, y le dije: "Si buscás en este tipo, que tiene cuarenta y cuatro años, que vive su vida, ¿qué tipo de enfermedad podría tener?". Después de un rato me dijo: "¡Diabetes!". Para mí era muy importante que estuviese cambiando porque lo hacía creíble. Esa es otra razón por la que se ha vuelto tan popular.
Los libros ponen gran énfasis en el trabajo en equipo. ¿Ese aspecto fue importante para usted?
Sí, porque es un hecho. El éxito de las fuerzas policiales es siempre el de un equipo.
Ese tipo de humor negro que desarrollan los policías, que a menudo les permite seguir adelante... ¿es ajeno a los suecos?
Si vuelvo ahora hacia atrás, supongo que si escribiese alguna de esas novelas hoy, probablemente añadiría un poco más de humor. En ese momento yo estaba temeroso de acercarme demasiado a la sátira. Si hubiera utilizado el humor negro, la gente podría haber pensado que escribía sátira, y quizás tuve un poco de miedo de eso.
Una característica notable de los libros que hemos visto hasta ahora es el realismo y la trama de la investigación. ¿Qué tan importante es para usted?
Muy importante.
¿Trabaja usted en su historia con mucha antelación?
Oh sí. Cuando empiezo a escribir ya sé todo lo que va a pasar. Sucede a veces que escribo el final en primer lugar, pero sólo para provocarme un poco a mí mismo. No les creo a los escritores que dicen que empiezan a escribir y ven lo que pasa. Eso es mierda, no es cierto. Tienes que conocer la historia; entonces sucede, en el camino, que uno encuentra una idea nueva, que puede controlar. Si uno sabe todo, puede ver de inmediato si es una buena idea o no. Yo intento -esto es sólo para mí mismo- pensar antes de empezar, "¿cuántas páginas voy a escribir?". Y normalmente me digo a mí mismo: "Esto va a ser de cuatrocientas páginas". Y es muy raro que me equivoque por más de cinco páginas.
Los escritores en el Reino Unido son a menudo presionados por sus editores para producir libros largos. ¿Eso es algo que ha experimentado?
No. No hay nada de eso. Trato de no escribir demasiado, pero por otro lado temo que los libros sean demasiado cortos. Yo les cuento la historia de la forma en que voy a escribirla.
Los asesinatos en serie, característica de "La falsa pista" y "La quinta mujer", han sido un factor de éxito en ciertos libros y películas, pero con poca base en la realidad. ¿Cuál es la realidad en Suecia?
Lo que sabemos es que durante los últimos cuarenta años ha habido un aumento de asesinatos en serie en el mundo occidental. Los científicos en los Estados Unidos todavía buscan la razón. Hemos tenido algunos casos en Suecia y aún no sabemos por qué está sucediendo.
En "La falsa pista" es bastante fácil desde el principio deducir tanto el asesino como el motivo subyacente. ¿Fue intencional?
Sí. El desafío para mí -nunca he logrado, sin embargo, hacerlo completamente- sería escribir en la primera página lo que ha ocurrido, por qué ha ocurrido y, a continuación, escribir quinientas páginas sobre eso y que la gente todavía se interese en la lectura. Para mí, es el proceso de la investigación lo más importante en la novela policíaca. El enigma se puede resolver en el comienzo. Creo que es interesante cuando el lector sabe más que algunos de los personajes y puede ver cómo éstos llegaron a esa conclusión. Por lo tanto, eso fue lo que me decidió.
Con una estructura similar, en la "La quinta mujer", ni el autor ni el motivo son tan fáciles de deducir...
Me gusta variar la forma en que cuento las historias.
Un tema subyacente en ambos libros parece ser -como piensa Wallander- el aumento de la pobreza espiritual en Suecia y las consecuencias para los jóvenes...
Creo que la respuesta general debe ser que lo que escribo, tiene que empezar con una pregunta, con un "Debe haber algo sobre lo que me gustaría escribir". Sé que la pregunta cuando empecé a escribir "La falsa pista" fue simplemente: "¿Qué estamos haciendo con nuestros hijos?". En "La quinta mujer" la pregunta fue: "¿Qué sucede cuando la gente ya no confía en el sistema de justicia y empieza a tomar las cosas en sus propias manos, especialmente las mujeres?". Tengo puntos de partida muy simples para todo lo que escribo. No puedo escribir nada bueno si no tengo una pregunta. Y si la tengo desde el comienzo, luego puedo escribir sobre ello.
Si tengo una crítica, es que el contexto social de "La quinta mujer", en el que los grupos de acción de vigilantes empiezan a aparecer en todo el país, no está realmente explicado. ¿Es ésto porque los libros no han aparecido en el orden correcto?
Sí. Eso es un problema. Estoy de acuerdo con eso. No sólo es el terreno preparado en los libros anteriores, hay otros aspectos también.
En este libro, Wallander habla específicamente de los cambios en la sociedad sueca hasta el punto de que la gente "tira sus viejos calcetines", en otras palabras, del aumento de la prosperidad...
Lo que yo traté de mostrar en "La quinta mujer" es que hemos creado una sociedad en donde a la gente se la tira de la misma manera como se tiran las medias viejas. El último punto de una sociedad de consumo es la forma en que también se consumen las personas. Creo que este es un terrible problema que enfrentamos en nuestra parte del mundo. Este tema se ejecuta como una línea paralela a lo largo del libro, y Wallander vuelve a la idea de los "viejos calcetines" más adelante en otras novelas también.
Económicamente hablando al menos, Suecia parece ser un buen lugar para vivir. Sin embargo, usted parece muy pesimista. ¿Por qué?
Sí y no... Yo no usaría la palabra pesimista... Estoy preocupado. Estoy muy, muy preocupado por la forma en que funciona la sociedad, hacia dónde vamos, debido a que no tendría que ser necesariamente así. Y también creo que no es demasiado tarde para revertir los cambios. Yo no me considero un pesimista. Estoy preocupado, y en sus cartas, los lectores me dicen que tienen las mismas preocupaciones. He encontrado que Wallander es realmente una especie de portavoz de las preocupaciones de un montón de gente.
¿Cuáles cree usted que son las razones para el gran éxito internacional de sus libros?
Realmente creo que le hablo a la mayoría de las personas en sociedades tan diferentes como las de Finlandia, Alemania e Italia, sobre los mismos puntos que les interesan. Creo que ese hecho, más el hecho de que Wallander es una persona siempre cambiante, son por lo menos dos de las razones por las que se ha convertido en un personaje popular. No puedo entender por qué es tan popular en Corea, ¡já, já, já!. Voy a intentar averiguarlo.
El asesino serial en cada uno de los libros es bastante atípico. ¿Por qué?
Finalmente se trataba de una manera de dar una muy, muy chocante respuesta a la pregunta: ¿qué hacemos con nuestros hijos? Exceptuando algunos de ellos, vamos a crear monstruos. ¿Qué hacemos con las mujeres? Bueno, vamos a crear personas que reaccionen de manera brutal.
Hay un notable pasaje en "La quinta mujer": Wallander después de la detención de la asesina se entrevista con ella. Sin embargo, atípicamente, no responde a su llamamiento final. ¿Por qué?
Porque se ha dado cuenta de muchas cosas. Sabe que era una persona muy brutal, pero quizá también la persona más honesta que haya conocido. Ella ha dejado una impresión sobre él que nunca olvidará. Su nombre es el de la última persona ejecutada en Suecia en 1912. En cada novela me escondo un poco de las cosas que sé que están mal. Y trato de ver si alguien lo descubre. Sucede a veces.
Por lo tanto, ¡un desafío para sus lectores del Reino Unido! No es malo, pero el móvil de los crímenes de "Asesinos sin rostro" nunca se explica...
Eso es muy, muy importante. Cuando hablo a veces con detectives de cierta edad, me dicen: "Mi Dios, incluso en los casos resueltos, siempre hay un 30 ó 40% de las cosas que nunca entiendo. Pero rescatamos que los hemos resuelto". Así que es real. Esto irrita a algunas personas. En una de las próximas novelas hay un debate sobre esto.
Usted ganó un premio en Suecia con "Asesinos sin rostro". ¿Es ahí donde empezó su carrera internacional?
No, creo que la tercera novela, "La leona blanca", que tiene lugar principalmente en el sur de Africa, fue la novela que abrió las puertas. Se publicó en muchos países al mismo tiempo.
¿Está usted satisfecho con su traducción al inglés?
Sí. Hay idiomas de los que tengo algún conocimiento, inglés, alemán, francés y portugués; entonces yo puedo echar un vistazo. Revisé las primeras diez páginas de la traducción aquí y me pareció buena, porque lo es. En otros países, a veces no es buena, por lo que tiene que ser rehecha... Trato de controlar un poco. Obviamente no puedo hacer nada con los coreanos, ¡já, já, já! O el japonés. Tengo la esperanza de que sean buenas. Tengo una muy buena agente en Dinamarca, una mujer que es muy estricta y que intenta comprobar de diversas maneras las traducciones.
¿Hay algo en particular en el idioma sueco de sus libros que podría causar problemas para los traductores?
No. Tal vez sea necesario darse cuenta de la importancia del clima y el paisaje, que siempre desempeñan un papel importante en las novelas. Los suecos tienen mucho que ver con el paisaje y el clima. Creo que en inglés y alemán las traducciones tuvieron bien cuidado ese aspecto.
Tres de sus libros han sido adaptados para la pantalla...
Tres han sido adaptados, pero se hará con todos ellos. Ahora se realizó "La quinta mujer". Por lo tanto, todavía quedan cinco por filmar. He elegido el actor que desempeña el papel de Wallander, Rolf Lassgard, un famoso actor en Suecia. Y en mi contrato consta que si por cualquier razón no está disponible, tengo el derecho de cancelar todo. No voy a aceptar cualquier otra persona.
¿Ha trabajado con este actor en el teatro?
Sí, es bastante gracioso. Hablé con el director de la primera película y dijo, "Ahora tenemos que pensar quién desempeñará este personaje". Le dije: "Dame una lapicera y papel", escribí el nombre y le dije: "Mi Wallander está aquí". El hizo lo mismo. Entonces abrió los papeles y ¡tuvimos el mismo nombre!
También ha escrito material original para la televisión. ¿Son historias de crímenes?
No, no necesariamente. Escribo al menos una obra para el teatro por año. Ellas nunca son historias de crímenes. Recientemente he terminado una obra de teatro sobre los refugiados que viven ilegalmente en el país. Ellos están perdiendo su identidad...
Así, al igual que la novelas de Wallander, se basan en estas cuestiones...
Oh sí.
El segundo libro de Wallander, "Los perros de Riga", está próximo a publicarse en el Reino Unido. ¿Podría anticiparnos algo?
En primer lugar, quiero decir que he estado pensando en escribir sobre la elaboración de esa novela, porque fue muy complicada. Fui a Riga, en Letonia, y no podría decirle lo que estaba sucediendo. Yo estuve allí en el momento en que los Boinas Negras -tropas soviéticas enviadas a Letonia a principios de 1991 en respuesta tardía a la la declaración de independencia por el parlamento letón en mayo de 1990- estaban dispuestas a disparar a cualquier persona. Para averiguar cómo la policía hacía su trabajo, tuve que entrevistarme en secreto con un capitán de la policía que se negó a reunirse conmigo oficialmente. Tuve que reunirme con él una noche en un lugar muy extraño, y él me dio el material que necesitaba. La pregunta en este libro es: "¿qué pasará cuando se abran las puertas de Europa Oriental?". Vamos a tener, creo, otro tipo de delincuencia. Ese es, evidentemente, el precio que se pagará por haber defraudado a estas personas durante tanto tiempo. El libro trata sobre las consecuencias de una Europa Oriental liberada.