Una gran cantidad de lectores de mis libros tienen grandes fantasías con ella. Kinsey ni siquiera tiene una inteligencia superior. Ella es inteligente, aunque nunca le gustó la escuela. Es una mujer trabajadora, llana y simple, y se arregla muy bien por sí misma, razón por la cual, al final de cada libro, a menudo incluyo el importe que ella ha cobrado por resolver el caso. Hasta mantiene su seguro médico... Ella paga sus cuentas a tiempo. Es descuidada con su impuesto sobre los ingresos, pero ¿quien de nosotros no? Los lectores están convencidos de que ella es real. Yo no la convierto en un ídolo; ella no es más grande que la vida, es de tamaño humano, comete errores... En "G de guardaespaldas " tiene un romance caliente con este tipo llamado Robert Dietz que aparece de nuevo en "M de maldad"... Aunque ella no lo sabe todavía.
Usted ha dicho que "Kinsey es cómo yo podría haber sido de no haberme casado y tenido hijos". ¿Qué fantasías le permite vivir Kinsey?
Creo que Kinsey representa a la "heroica", un aspecto de mi naturaleza que rara vez apareció en el curso de mi vida ordinaria. Como escritora, estoy todo el día trabajando en una computadora, leyendo libros sobre robos, averiguando cosas por teléfono o haciendo investigaciones. A través de Kinsey, me imagino buscando a los chicos malos, persiguiendo villanos y siendo perseguida por ellos. Pelearme a puñetazos a veces. Por ejemplo, tanto en "B de bestias" como en "F de fugitivo", Kinsey se involucra en una batalla física, que es algo que nunca hace. Me pareció bien y he disfrutado con ella... además, la lucha no me dejó marcas a mí. A través de Kinsey, pongo a prueba mi ingenio y mis habilidades con armas de fuego imaginarias... todo sin salir de la seguridad de mi silla en la oficina.
En "L de ley", Kinsey se enfrenta al dilema de comenzar una relación con parientes con quien no ha tenido conexión durante años. ¿Qué es lo interesante de añadir este nuevo elemento a su vida?
En lo que respecta al reencuentro con sus parientes, estas cuestiones de familia no le generan un complejo emocional y se resuelven perfectamente en el final del libro. En este punto, no estoy en absoluto segura de lo que haré con ellos. Ella misma no lo sabrá hasta llegar a "O de odio" o "P de peligro". Lo que me interesa es mostrar el efecto de la realidad sobre el mito de la familia y el efecto del mito de la familia sobre la realidad. Nuestras historias familiares son como los cuentos de hadas que nos contaron a una edad muy temprana. Allí, los personajes siempre aparecen como héroes o víctimas, con niños rescatados o abandonados, despreciados o deificados. De esta forma nos hacemos una imagen de nosotros mismos y de nuestra relación con el mundo. A menudo se trata de una historia que se repite una y otra vez, tratando de conseguir otro final en lugar del que ocurrió en el cuento. Kinsey se vio siempre a sí misma como una huérfana y una solitaria. Ahora tiene que incorporar un nuevo conjunto de hechos y todo un nuevo elenco de personajes en su singular vida.
¿Cuál fue la inspiración para la serie "El alfabeto del crimen"?
Siempre me han fascinado los misterios que se desprenden de los títulos. Yo sabía acerca de John D. MacDonald cuyos títulos se conectan a través de los colores y de Harry Kemelman que vinculó sus títulos a los días de la semana. Un día yo estaba leyendo "The Gashlycrumb Tinies", un libro de dibujos animados de Edward Gorey que es una serie de historias macabras de niños ambientada en la época victoriana. Se llamaban "A is for Amy who fell down the stairs" (A es por Amy que cayó por las escaleras), "B is for Basil assaulted by bears" (B es por Basil que fue atacado por osos), "C is for Clara who wasted away" (C es por Clara quien se consumió lentamente), etcétera. Por encima de mi cabeza se encendió una lamparita como en los dibujos animados y pensé: "¿Por qué no hacer una serie de novelas basada en el alfabeto?". En ese momento me senté y escribí una lista por orden alfabético con todas las palabras relacionadas con el crimen que se me ocurrían. Así que aquí estoy ahora, casi a la mitad del largo camino que probablemente se extienda hasta el año 2015 más o menos.
¿Cómo decide sobre cada título?
Algunos de los títulos los tuve en mente desde el principio, "A de adulterio", "B de bestias", "C de cadáver". Inicialmente, pensé que F sería por falsificación, pero cuando empecé a trabajar en el libro encontré que el tema no me interesaba tanto. Cuando se me ocurrió fugitivo, de repente la historia tuvo sentido y se llamó "F de fugitivo". Luego, también he pensado en primer lugar que K sería por secuestro (kidnapping), pero cuando comencé a escribir la historia me di cuenta de que el secuestro es un delito federal y que un investigador privado que trabaja por cuenta propia, como lo hace Kinsey Millhone, no puede involucrarse en un caso así. No podía hacer una historia en la que no creyera ni yo misma. Una vez que me pasé a asesino (killer), me pareció más fácil. En español apareció como "K de Kinsey".
Usted es uno de los pocos autores que se ha negado a vender los derechos cinematográficos de sus libros a Hollywood. ¿Por qué?
El cine y la televisión efectivamente han intentado adquirir los derechos, pero yo estoy firme en la idea de no entregarles el control de Kinsey o el carácter de mis libros. Yo solía imaginarme a Debra Winger en el papel, pero me temo que el "casting" es la menor de mis preocupaciones. La verdad es que no quiero que una actriz adquiera la cara de Kinsey. La mayoría de sus fanáticos tienen un sentido muy claro de lo que parece para ellos, por lo que cualquiera fuera la actriz que la personificara, el 50% de mis lectores se enojarían alegando que ella estaba mal representada. Y es probable que tuvieran razón. Los lectores son perfectos directores de "casting". Los libros son como películas en la mente de cada uno de ellos y es mejor dejar a Kinsey donde está. Hollywood no puede creer que algunos escritores no jadeamos por el dinero, el reconocimiento y el encanto de la película, pero yo escribí para Hollywood durante quince años y, créame, estoy curada. Sé que cuál es la forma en que el juego se juega y no es lo que yo admiro. Gracias a Kinsey puedo darme el lujo de tener integridad.
¿Cuáles son algunos de los proyectos en que trabajó para Hollywood y qué es lo que a usted le desagrada tanto acerca de su industria?
En realidad, he trabajado en un par de proyectos que me encantaron... "Love on the run" (Amor en fuga) con Alec Baldwin y Stephanie Zimbalist, y una adaptación de Agatha Christie de "A Caribbean mystery" (Misterio en el Caribe) con Helen Hayes en el papel de Miss Marple. ¿Qué no me gusta? Me opongo a que en Hollywood haya un grupo de "pensadores de la escritura", compuesto por seis u ocho escritores que se sientan en torno a una habitación y "ayudan" al escritor en su trabajo. Allí a los escritores se les paga mucho, pero una ya no tiene el poder sobre su obra. Es tratada como una empleada cuyo trabajo es escribir notas para todos los demás. El lado positivo, lo tengo que admitir, es que he aprendido mucho. Aprendí cómo estructurar una historia, cómo escribir el diálogo, y cómo armar una secuencia de acción. Mi principal lección, sin embargo, es que ejecutivas. Estoy siempre sujeta a alzas o caídas en mi trabajo, pero después de mis años en Hollywood, lo prefiero. Ese no era mi trabajo realmente.
¿Ha utilizado alguna vez alguna sugerencia de los lectores con respecto al desarrollo de la personalidad de su personaje?
Los lectores se preocupan por Kinsey. Desde que empecé esta serie, he recibido literalmente cientos de cartas y cada una expresa una opinión diferente. Algunas personas piensan que ella debería casarse. Algunos lectores quieren que compre una mascota. Algunos quieren que tenga más sexo y otros son más felices cuando no hay sexo en absoluto. Algunos se preocupan si ella recibe una paliza, otros porque ella come mucha comida chatarra, o porque no tiene amigos... y así, cientos de sugerencias. Si las siguiera a todas, Kinsey acabaría por carecer de su propia personalidad. Ella no es más que una mujer ficticia, con los caracteres genéricos de los seres humanos. Mi objetivo en la escritura es sintonizar con el mundo real y escuchar más atentamente la voz de mi corazón. La verdad es que no puedo hablar más de su naturaleza que de la mía propia. Kinsey es feliz tal como ella es y no necesita ser rescatada, mejorada o protegida.
¿Cómo ha cambiado usted desde "A de adulterio" a "L de ley"? ¿Qué ha aprendido acerca de usted misma o su escritura a través de la serie?
No estoy segura de que Kinsey haya cambiado en estos primeros doce libros. Creo que el lector aprendió mucho sobre ella, pero desde la perspectiva de Kinsey, sólo han transcurrido tres años, mientras que el resto de nosotros ha envejeciendo mucho más. Ella a veces ha tenido una relación con un hombre casado. Su corte de pelo ha mejorado y ahora prefiere un buen vino en lugar de las bebidas con tapa a rosca. Aparte de eso, todavía come sándwiches de mantequilla de maní en vinagre, todavía se levanta a las seis para correr, y todavía deshace el nudo de un caso hasta que llega a descifrarlo. Lo que más he aprendido sobre mí misma es decir "no" a todo lo que no se refiera a mi trabajo propiamente dicho. Me enfoqué en la escritura y dejé que el resto de las cosas se cuiden por sí mismas. He aprendido a confiar en mis propios instintos y también he aprendido a asumir riesgos. No quiero repetir la fórmula. No quiero producir estos libros como salchichas. Cada libro tiene que ser diferente, aunque en esto haya un poco de ingenuidad de mi parte.
Ahora que ya se ha convertido en una experta en el lado oscuro de la naturaleza humana, ¿puede su actual marido dormir bien por la noche?
Cuando estaba escribiendo "I de inocente", se me ocurrió la idea de tener a alguien disparando a través de la mirilla de una puerta de seguridad. Cuando surgió la idea en mi cabeza, me fui directamente a mi puerta y verifiqué que el dispositivo podría ser desatornillado desde el exterior. Mi casa fue construida en 1935 y la mirilla se compone de dos cartuchos, uno de los cuales se atornilla en el otro. Es perfectamente posible hacerlo estando de pie en el porche delantero, que es la forma en que el asesino logró atraer a la víctima a su muerte. Sucedió que, mientras yo estaba en el proceso de desatornillar la mirilla, mi marido caminaba por ahí y me preguntó que es lo que estaba haciendo. Le dije: "Oh nada. Sólo tratando de averiguar si podría hacer fuego con una pistola a través de este agujero y dispararle a alguien en el ojo". Estuvo muy dulce conmigo durante aproximadamente una semana después de eso. Si él pasa por mi oficina y me dice: "¿Qué estás escribiendo?" y yo le contesto: "Intoxicación por hongos", él apenas va a comer durante algunas noches.