8 de agosto de 2008

Elia Kazan: "Siento que las luchas en este país son buena cosa. Todos atacan a todos"

De origen griego aunque nacido en Turquía, el director teatral y cinematográfico Elia Kazan (1909-2003) fue uno de los principales ar­tífices de la transformación de los modos de ac­tuación y tratamiento de las situaciones dramáti­cas en el cine norteamericano de los años cin­cuenta. Considerado un genio artístico tanto en Broadway -como destacado puestista de teatro-, así como en Hollywood -como prestigioso director cinematográfico-, Kazan desde el comienzo de su carrera -primero como actor y más tarde como escritor y director- se preocu­pó por la búsqueda de un teatro y de un cine cercanos a los modos realistas y natura­listas. Cono­cedor de las poéticas actorales postuladas por los grandes maestros soviéticos de interpretación (el uso de la memoria emotiva, por ejemplo), fundó en 1947 el Actor's Studio. Por la misma época, filmó un par de películas que enjuiciaban los valores civiles y morales de la socie­dad norteamericana de posguerra, alegando contra el antisemitismo y el racismo. A comienzos de los años cincuenta, perseguido por el maccarthysmo que lo asoció con su militancia política en el Partido Comunista entre 1934 y 1936, delató cobardemente a ocho de sus compañeros de trabajo; una situación dra­mática y culposa de su vida, que quedó expuesta en sus trabajos fílmicos de entonces. A mediados de 1964, cuando hacía pocos meses que Kazan había concluido su obra más personal "América, América" (una adaptación de su propia novela sobre la trayectoria de su familia en Estados Unidos), el periodista argentino Miguel Grinberg (1937) mantuvo un diálogo con el director. Al producirse este reportaje, Kazan estaba dirigiendo en Nueva York la obra de Arthur Miller (1915-2005) "After the fall" (Después de la caída), y la nota recién vio la luz cinco años más tarde, cuando fue publicada en Buenos Aires por la revista "Cine & medios" (nº 1, junio/julio de 1969).¿Se siente integrado a una realidad en la cual muchos artistas detectan un cambio dentro del sistema, en lo social, en lo humano? ¿O siente que está haciendo su obra sin contacto con otros creadores?

Siento que mayormente tengo contacto con "gente", pero no tengo "contacto" con otros creadores de índole "seria". Observo la vida y parte de lo viviente, pero no estoy muy interesado en otros creadores y mayormente hago mi tra­bajo.

¿Y su trabajo refleja resultados de esa observación de la vida?

No sé, eso deben juzgarlo los demás, debo decirlo por cierto.

Pero, ¿es su interés?

Sí, me interesa que lo refleje.

¿Tiene idea sobre qué están haciendo los demás?

Bueno, algunas películas sí las veo, tam­bién algo de teatro. Pero no estoy tan interesado en ello como antes, ahora me interesa concentrarme más en mi propia experiencia.

Cuando realiza una obra teatral o un film, ¿qué tipo de contribución cree o siente que está aportando?

Bueno, eso también debe juzgarlo algún otro...

Claro, siempre es así. Pero ¿busca algo? ¿O le interesa presentar algo?

Presentar mi experiencia en la vida, eso mismo, tan amplia como sea.

¿Lo guía algún propósito previo?

¡Mierda! no... Me importan un cuer­no... ningún propósito...

Aparte de los Estados Unidos, ¿tiene idea de lo que hacen otros más allá?

No, ya se lo dije, no me interesan los creadores, no me mezclo con artistas.

Había algo curioso en "América, América". Problemas que aparecen allí también existen en Sudamérica...

También en Polonia, en Rusia, en Ru­mania, en Africa, lo mismo en todas partes...

Naturalmente...

Si uno hace su experiencia a fondo, és­ta rebota y toca a otros seres humanos también... Yo no la hago porque es lo mismo en todas partes, yo no tomo ese material porque es universal... todo lo contrario...

No se lo decía como reproche sino como elogio... el film me sorprendió. Ha­cía mucho que no veía un film norte­americano tan personal. Allí está la di­ferencia...

Sí, es personal...

No sentí la búsqueda de manifestacio­nes altisonantes sobre problemas universales. El primer matiz está en que el tema lo escribió usted.

Exacto.

¿Cuál es su actitud ahora que dirige una obra ajena?

Bueno, allí la cosa es más difícil. Ten­go que tratar de entender lo que el autor ha tratado de decir y cuál es mi conexión con eso. Dado que la obra me gusta como para hacerla, pues allí ya hay una conexión. En cierto modo está expresando mis propios sentimientos también. Así que trato de encontrarlos. Dirigiendo una obra soy más conscien­te, más mental, más analítico, pues ten­go que entender qué está diciendo el autor, qué significan las cosas para él. En películas no soy así, me ciño más a mis propios sentimientos.

Su interés en la gente ¿en qué se con­centra?

¡En todo! En la experiencia de vivir... Pero interés no es la palabra... una parte de mi vida es trabajar... Si us­ted patea a una vaca, ésta hace un gran barullo de queja... yo soy así...

Volviendo al tema del cambio... Se dice hoy que algo está cambiando en la conciencia humana y que esto tiene que ver en las relaciones interpersona­les... ¿le parece?

Si, por supuesto. Y al mismo tiempo que cambian las relaciones con la gen­te va cambiando el contenido de uno mismo. La vida es como un organismo, no se queda quieta, usted sabe, cam­bia se desarrolla, la gente cambia... Yo he cambiado en muchos sentidos... Hay dos tipos de ideas en lo que se refiere a proyectar cambios en las re­laciones sociales.

¿Se siente cambiando usted mismo como parte de la sociedad, como contribución al cambio general, o cree que hay que empezar por afuera, tomar el poder e influenciar a la gente?

Esto de tomar el poder, influenciar gen­te... ya no lo hago. Antes lo hacía, acostumbraba a enseñar lecciones en mis películas. He dejado de hacerlo...

¿Qué tipo de lecciones?

Bueno, que los negros debían ser trata­dos como iguales... cosa obvia ahora, que el antisemitismo es algo malo... cosas por el estilo. Yo hacía películas así, ahora no.

¿Y qué va a emprender ahora?

Estoy preparando dos películas...

¿Qué tipo de películas?

De eso no quiero hablar, asunto per­sonal.

¿Esperaba algo de los premios de la Academia?

No.

¿Le interesan los premios?

En verdad, no esperaba nada. No es una película que pueda hacerse popular, el tema es muy desagradable. Es realista, carece de romance...

El no prestar atención a otros creadores, ¿puede considerarse desdén?

En verdad lo que no me interesa es an­dar por allí charlando. Con algunos rea­lizadores tengo contacto, veo sus pe­lículas.

Bueno, también son "gente".

Tiene razón, lo son mucho; me gus­tan... los realizadores...

¿Quiénes?

Kurosawa... a Fellini lo conozco... a Antonioni lo vi... conozco a Ray, de India... me interesa todo lo que hace Bergman... eso sí me gusta ver... eso sí me interesa...

Ellos también son realizadores "perso­nales"...

Sí, lo son...

Mayormente los italianos...

Sí, especialmente Fellini...

Usted es testigo de la realidad aquí. Algunos opinan que la sociedad norte­americana está en decadencia. ¿Le pa­rece?

No... todo lo contrario.

¿Qué le da esa impresión?

El caos... todo está cambiando... me gusta el caos... todo el mundo está peleando. Lo que no me gusta es una sociedad "organizada", donde las cosas deben ser de una manera, eso no me gusta. No me gustó Yugoslavia... de­testo las sociedades rígidas... Turquía... no me gustó. No creo que me guste Rusia. Aquí hay buenas tradicio­nes que se oponen a las rutinas...

No cree en la organización de la ver­dad...

No creo en el forzamiento de la ver­dad de otro sobre uno...

¿Cree que la gente en general está pre­parada para la coexistencia de verda­des diferentes?

Tienen que estarlo.

¿Existe eso ahora aquí?

Sí.

¿Está seguro?

No estoy seguro de nada, pero siento que es así. Usted no lo cree, yo sí. Muchos no lo creen, yo siento que sí. Siento que las luchas en este país son buena cosa. Todos atacan a todos. Los Estados Unidos me gustan.