Allá por 1860 los
paseantes por el puerto de Buenos Aires se encontraban con un espectáculo
insólito e inesperado: grupos de marineros ingleses que arribaban a la capital
argentina en barcos mercantes, en las empedradas calles se enfrentaban en torno
de un elemento que llamaban “ball”. No es difícil imaginar la sorpresa de los
criollos al escuchar, en un idioma incomprensible, la exaltación de los
ingleses cada vez que la “ball” trasponía una línea imaginaria. La escena es
bien definida: muchos se paraban a mirar; otros continuaban su camino con
indiferencia. Después, algunos, comentaban la novedad. Pocos años más tarde,
viajeros a las Islas Británicas y otros países de Europa regresaban con
noticias de un nuevo juego llamado “football” y que rápidamente fue cobrando
impulso en la Argentina. Esos primeros grupos ingleses, formados por 7, 8, 12 o
más jugadores en cada bando, aceptaban incluir en sus filas a nativos. Pero el
juego no se extendía más allá del puerto, hasta que los colegios ingleses
comenzaron a enseñar las reglas y los instrumentos del nuevo deporte.
Pionero de esas enseñanzas fue el Colegio San Jorge de Quilmes, que sólo admitía en sus clases a alumnos de origen inglés, tradición que continúo durante muchísimas décadas y que dio origen al Quilmes Athletic Club y, con posterioridad, al Club Old Georgian de Rugby. En la década de 1870 el “football” se había extendido por varios lugares de Buenos Aires y Rosario. Poco antes, un grupo de ingleses había fundado el Buenos Aires Football Club y sus afiliados practicaban el nuevo deporte en el Parque 3 de Febrero. Los equipos estaban formados, por entonces, por una mezcla de ingleses y criollos, que habían sido admitidos en los cerrados círculos extranjeros. Pero, además, los nativos habían constituido sus propios clubes, aun cuando no pasaron de ser meros embriones de las organizaciones inglesas. El “football” era sólo practicado por miembros de las capas más bajas de criollos y aún no había ingresado en la sociedad nativa. Ante la negativa de las autoridades del Colegio San Jorge de incluir en el nuevo deporte a jugadores que no fueran directos descendientes de ingleses, un grupo de aficionados fundó el club Argentino de Quilmes, cuya rivalidad con el Quilmes Athletic llega hasta la actualidad.
En 1884, Alejandro Watson Hutton (1853-1936) fundó la English High Scholl, en donde permitió que los nativos conocieran las reglas fundamentales del deporte y organizó algunos campeonatos. Por extensión, el propio Hutton fue presidente de la nueva Argentine Association Football League, entidad que nació en 1891. Así, los primeros campeonatos tuvieron carácter oficial y el deporte pudo ser entendido en todas las capas sociales, aun cuando siempre conservó su origen popular. La juventud argentina, ocupada por entonces en continuar las actividades mercantiles de sus antecesores, fue ganada apasionadamente por el nuevo deporte que, de allí en más, cobraría inusitado impulso. Varios clubes fueron fundados y sus jugadores adquirieron una categoría tal por el dominio del balón que se convirtieron, a fines de siglo XIX, en arquetipos de aquellos más famosos futbolistas que brillaron en Argentina y en Europa, conquistando para el país sudamericano un lugar privilegiado en el concierto mundial.
El mismo proceso de Gran Bretaña exportando a la Argentina el “football” y su adopción nativa, se dio también en la mayoría de los Estados europeos: de la actividad mercantil y expansionista de Inglaterra nació el fútbol moderno. Sus reglas se circunscribieron a esquemas específicos y uniformes que permitieron la adopción de un patrón común en casi todos los países. En la Argentina se recuerda el desembarco de los ingleses en 1806 en las playas de Quilmes. De aquel contingente de soldados que llegaron con la explícita intención de invadir el país, quedó un grupo que posteriormente fue asimilándose a las costumbres locales pero que, en todo caso, continuó manteniendo su individualidad y sus costumbres. Una de ellas fue la práctica del “football”. Precisamente, descendiente de uno de esos “invasores” -que construyeron sus hogares a pocos pasos de las barrancas de Quilmes-, fue el citado Watson Hutton. Este inglés, de características muy particulares, fue de a poco logrando la estima de los círculos mercantiles y financieros de Buenos Aires, dedicándose rápidamente a los negocios de la exportación. En uno de sus viajes a Gran Bretaña logró que el club Southampton viajara a la Argentina para cotejar con equipos locales. Por aquel entonces el Southampton era dominador del fútbol inglés. En Argentina el Alumni había asumido un papel similar. Ese enfrentamiento tuvo lugar el 3 de febrero de 1904 y la expectativa generada por el partido fue enorme. Ganó el equipo inglés por 3 a 0, resultado que no decepcionó a los aficionados locales ya que los comentarios previos apuntaban a la potencia del conjunto extranjero y se esperaba un resultado más categórico. Por aquel entonces la formación clásica utilizaba dos defensores, tres mediocampistas (dos de banda y uno central) y cinco delanteros (dos extremos, dos interiores y un centrodelantero). Así, Alumni formó con: J. Mc Kechnie; C.C. Brown, W. Buchanan; A.A. Mack, P.B. Browne, E.A. Brown; C.J. Buchanan, P. Dilion, A.C.Brown, G.E. Weiss y E. Moore.
Días después, el Southampton jugó contra un equipo de británicos radicados en la Argentina y ganó 10 a 0. Los “locales” formaron con: R.P. Cordner; A.S. Harris, H.J. Reeves; J.P. Pfelffer, H.T. Ratcliff, E. Cunningham; A.E. Wells, W. Digga, P. Hooton, K.A. Wettelege y J. Diggs. El siguiente rival de los ingleses fue Belgrano -el contrincante más poderoso de Alumni- y los extranjeros ganaron por 6 a 1. Belgrano formó con: J.H. Howard; F.A. Whitelegg, H. J. Reeves; H.J. Fraser, H.T. Ratcliff, C.E. Dickinson; H. Ruggeroni, J. Wood, P. Frers, A.H. Forrester y O. Goenings. Una nueva presentación de los británicos fue contra Argentinos Juniors, un club recién fundado, que fue derrotado por 8 a 0. Los locales formaron con: F.A. Boardman; C.C. Brown, W. Leslie; C. Buchanan, E. C. Jewell, C.E. Dickinson; P. Dillon, J. Moore, J.G. Brown, A.H. Forrester y O. Goenings. Los británicos vencieron al día siguiente por 5 a 3 al equipo de la Liga Argentina que formó con: J. Buruca Laforia; C.C. Brown, H. Craven; A.A Mack, H.T. Ratcliff, C.E. Dickinson; H. Ruggeroni, J.C. Brown, P. Hooton, R. Lennie y J. Diggs.
Al año siguiente, los dirigentes del fútbol argentino contrataron al Nottingham Forest, que venció en los siete partidos que jugó. En Rosario, ante uno de los clubes más importantes de esa ciudad -Rosario Central, que se había fundado en 1889-, se impuso por 5 a 0; en Buenos Aires vencieron por 7 a 0 a Belgrano y al día siguiente, al mismo equipo rosarino por 6 a 0. La nueva presentación del Nottingham fue contra Alumni, un partido que había despertado notable expectativa en los aficionados locales. Sin embargo, los ingleses ganaron 6 a 0. Alumni formó con: José Buraca Laforia; Jorge G. Brown, P.P. Browne; A.A. Mack, Carlos Buchanan, Ernesto A. Brown; G.E. Weis, J. Moore, A.C. Brown, C.A. Lett y E. Moore. El campeón inglés venció el 29 de junio de 1905 al equipo de Argentinos Juniors (fundado en 1904) por 5 a 0 y luego al de la Liga Argentina por 9 a 1. El local formó con: J.B. Laforia; J. C. Brown, R.O. Le Bas; C.F. Dickinson, H.T. Ratcliff, H.C. Parr; E. Moore, C. Lett, Jorge Brown, H B. Knight y G.E. Weiss.
En 1906 visitó Argentina un equipo no profesional de Sudáfrica que venció 14 a 0 a un Combinado Universitario y perdió ante Alumni por 1 a 0. El conjunto argentino formó: José Buruca Laforia; Jorge G. Brown, C.C. Brown; P.B. Browne, C. Buchanan, A. A Mack; G. Weis, A.C. Brown, Ernesto Brown, C.A. Lett y Eliseo Brown. Seguidamente, los sudafricanos derrotaron a Belgrano por 6 a 0 en un partido que se jugó bajo la lluvia; a Rosario Central por 9 a 0; a un combinado de británicos por 4 a 1; a otro de argentinos por 1 a 0; a Estudiantes de La Plata (club fundado en 1905) por 3 a 2; a la Liga Argentina por 4 a 1; a Alumni por 2 a 0 y a Quilmes por 5 a 1. Quilmes formó con: R.P Cordner; D. Campbell, W. Leslie; T.B. Lister, C.H. Parr, J. Rodman; J.A. Murray, S.U. Leonard, P. Hooton, A. E. Wells y S. Stanfield. En 1909 volvieron a llegar equipos ingleses.
Pionero de esas enseñanzas fue el Colegio San Jorge de Quilmes, que sólo admitía en sus clases a alumnos de origen inglés, tradición que continúo durante muchísimas décadas y que dio origen al Quilmes Athletic Club y, con posterioridad, al Club Old Georgian de Rugby. En la década de 1870 el “football” se había extendido por varios lugares de Buenos Aires y Rosario. Poco antes, un grupo de ingleses había fundado el Buenos Aires Football Club y sus afiliados practicaban el nuevo deporte en el Parque 3 de Febrero. Los equipos estaban formados, por entonces, por una mezcla de ingleses y criollos, que habían sido admitidos en los cerrados círculos extranjeros. Pero, además, los nativos habían constituido sus propios clubes, aun cuando no pasaron de ser meros embriones de las organizaciones inglesas. El “football” era sólo practicado por miembros de las capas más bajas de criollos y aún no había ingresado en la sociedad nativa. Ante la negativa de las autoridades del Colegio San Jorge de incluir en el nuevo deporte a jugadores que no fueran directos descendientes de ingleses, un grupo de aficionados fundó el club Argentino de Quilmes, cuya rivalidad con el Quilmes Athletic llega hasta la actualidad.
En 1884, Alejandro Watson Hutton (1853-1936) fundó la English High Scholl, en donde permitió que los nativos conocieran las reglas fundamentales del deporte y organizó algunos campeonatos. Por extensión, el propio Hutton fue presidente de la nueva Argentine Association Football League, entidad que nació en 1891. Así, los primeros campeonatos tuvieron carácter oficial y el deporte pudo ser entendido en todas las capas sociales, aun cuando siempre conservó su origen popular. La juventud argentina, ocupada por entonces en continuar las actividades mercantiles de sus antecesores, fue ganada apasionadamente por el nuevo deporte que, de allí en más, cobraría inusitado impulso. Varios clubes fueron fundados y sus jugadores adquirieron una categoría tal por el dominio del balón que se convirtieron, a fines de siglo XIX, en arquetipos de aquellos más famosos futbolistas que brillaron en Argentina y en Europa, conquistando para el país sudamericano un lugar privilegiado en el concierto mundial.
El mismo proceso de Gran Bretaña exportando a la Argentina el “football” y su adopción nativa, se dio también en la mayoría de los Estados europeos: de la actividad mercantil y expansionista de Inglaterra nació el fútbol moderno. Sus reglas se circunscribieron a esquemas específicos y uniformes que permitieron la adopción de un patrón común en casi todos los países. En la Argentina se recuerda el desembarco de los ingleses en 1806 en las playas de Quilmes. De aquel contingente de soldados que llegaron con la explícita intención de invadir el país, quedó un grupo que posteriormente fue asimilándose a las costumbres locales pero que, en todo caso, continuó manteniendo su individualidad y sus costumbres. Una de ellas fue la práctica del “football”. Precisamente, descendiente de uno de esos “invasores” -que construyeron sus hogares a pocos pasos de las barrancas de Quilmes-, fue el citado Watson Hutton. Este inglés, de características muy particulares, fue de a poco logrando la estima de los círculos mercantiles y financieros de Buenos Aires, dedicándose rápidamente a los negocios de la exportación. En uno de sus viajes a Gran Bretaña logró que el club Southampton viajara a la Argentina para cotejar con equipos locales. Por aquel entonces el Southampton era dominador del fútbol inglés. En Argentina el Alumni había asumido un papel similar. Ese enfrentamiento tuvo lugar el 3 de febrero de 1904 y la expectativa generada por el partido fue enorme. Ganó el equipo inglés por 3 a 0, resultado que no decepcionó a los aficionados locales ya que los comentarios previos apuntaban a la potencia del conjunto extranjero y se esperaba un resultado más categórico. Por aquel entonces la formación clásica utilizaba dos defensores, tres mediocampistas (dos de banda y uno central) y cinco delanteros (dos extremos, dos interiores y un centrodelantero). Así, Alumni formó con: J. Mc Kechnie; C.C. Brown, W. Buchanan; A.A. Mack, P.B. Browne, E.A. Brown; C.J. Buchanan, P. Dilion, A.C.Brown, G.E. Weiss y E. Moore.
Días después, el Southampton jugó contra un equipo de británicos radicados en la Argentina y ganó 10 a 0. Los “locales” formaron con: R.P. Cordner; A.S. Harris, H.J. Reeves; J.P. Pfelffer, H.T. Ratcliff, E. Cunningham; A.E. Wells, W. Digga, P. Hooton, K.A. Wettelege y J. Diggs. El siguiente rival de los ingleses fue Belgrano -el contrincante más poderoso de Alumni- y los extranjeros ganaron por 6 a 1. Belgrano formó con: J.H. Howard; F.A. Whitelegg, H. J. Reeves; H.J. Fraser, H.T. Ratcliff, C.E. Dickinson; H. Ruggeroni, J. Wood, P. Frers, A.H. Forrester y O. Goenings. Una nueva presentación de los británicos fue contra Argentinos Juniors, un club recién fundado, que fue derrotado por 8 a 0. Los locales formaron con: F.A. Boardman; C.C. Brown, W. Leslie; C. Buchanan, E. C. Jewell, C.E. Dickinson; P. Dillon, J. Moore, J.G. Brown, A.H. Forrester y O. Goenings. Los británicos vencieron al día siguiente por 5 a 3 al equipo de la Liga Argentina que formó con: J. Buruca Laforia; C.C. Brown, H. Craven; A.A Mack, H.T. Ratcliff, C.E. Dickinson; H. Ruggeroni, J.C. Brown, P. Hooton, R. Lennie y J. Diggs.
Al año siguiente, los dirigentes del fútbol argentino contrataron al Nottingham Forest, que venció en los siete partidos que jugó. En Rosario, ante uno de los clubes más importantes de esa ciudad -Rosario Central, que se había fundado en 1889-, se impuso por 5 a 0; en Buenos Aires vencieron por 7 a 0 a Belgrano y al día siguiente, al mismo equipo rosarino por 6 a 0. La nueva presentación del Nottingham fue contra Alumni, un partido que había despertado notable expectativa en los aficionados locales. Sin embargo, los ingleses ganaron 6 a 0. Alumni formó con: José Buraca Laforia; Jorge G. Brown, P.P. Browne; A.A. Mack, Carlos Buchanan, Ernesto A. Brown; G.E. Weis, J. Moore, A.C. Brown, C.A. Lett y E. Moore. El campeón inglés venció el 29 de junio de 1905 al equipo de Argentinos Juniors (fundado en 1904) por 5 a 0 y luego al de la Liga Argentina por 9 a 1. El local formó con: J.B. Laforia; J. C. Brown, R.O. Le Bas; C.F. Dickinson, H.T. Ratcliff, H.C. Parr; E. Moore, C. Lett, Jorge Brown, H B. Knight y G.E. Weiss.
En 1906 visitó Argentina un equipo no profesional de Sudáfrica que venció 14 a 0 a un Combinado Universitario y perdió ante Alumni por 1 a 0. El conjunto argentino formó: José Buruca Laforia; Jorge G. Brown, C.C. Brown; P.B. Browne, C. Buchanan, A. A Mack; G. Weis, A.C. Brown, Ernesto Brown, C.A. Lett y Eliseo Brown. Seguidamente, los sudafricanos derrotaron a Belgrano por 6 a 0 en un partido que se jugó bajo la lluvia; a Rosario Central por 9 a 0; a un combinado de británicos por 4 a 1; a otro de argentinos por 1 a 0; a Estudiantes de La Plata (club fundado en 1905) por 3 a 2; a la Liga Argentina por 4 a 1; a Alumni por 2 a 0 y a Quilmes por 5 a 1. Quilmes formó con: R.P Cordner; D. Campbell, W. Leslie; T.B. Lister, C.H. Parr, J. Rodman; J.A. Murray, S.U. Leonard, P. Hooton, A. E. Wells y S. Stanfield. En 1909 volvieron a llegar equipos ingleses.
Simultáneamente
arribaron el Everton y el Tottenham Hostpur, quienes jugaron entre sí dos
partidos; en uno empataron 2 a 2 y el siguiente lo ganó el Everton por 4 a 0.
El Everton jugó dos encuentros contra conjuntos argentinos, derrotando a Alumni
por 4 a 0 y a la Liga Argentina por 4 a 1. Tottenham venció a Argentinos Juniors
por 1 a 0, a la Liga Argentina por 4 a 1, a la Liga Rosarina por 9 a 0 y a
Alumni por 5 a 0. El puntero rosarino José Viale (1890-1941) -que desde muy joven jugó en
Newell's Old Boys, equipo con que alcanzó a conquistar el primer torneo de la
Liga Rosarina en 1905- deslumbró a los visitantes y rechazó una oferta para
jugar en Gran Bretaña como profesional. El equipo de Alumni que perdió 5 a 0
formó con: G.A. Scholefield; Jorge G. Brown, Juan D. Brown; C.A. Lett, R.P.
Browne, A G. Jacobs; G. Weiss, A.P. Wattson Hutton, Ernesto A. Brown, Eliseo
Brown y J.H. Lavrie.
En 1912, la nueva visita la
realizó el Swindon Town, que empató 2 a 2 con el Equipo del Norte e igual
resultado se registró contra la Liga Argentina. Luego venció a San Isidro por 4
a 1, a Sur por 2 a 0, a Rosario Central por 3 a 1, a Estudiantes de La Plata por
4 a 0 y a Argentinos Juniors por 1 a 0. Luego, poco antes de que se iniciara la
Primera Guerra Mundial en 1914, llegó el Exeter City que perdió 1 a 0 contra
Norte, ganó 5 a 0 a Sur, 2 a 0 a Racing, 5 a 1 a Rosario Central, 5 a 0 a
Combinado, 3 a 0 a Liga Argentina, igualó 0 a 0 con Argentinos Juniors y ganó 3
a 1 a Liga Argentina. Racing, el club de Avellaneda que había sido fundado en
1903, en esa oportunidad formó con: S. Arduino; Saturnino Ochoa, Armando Reyes;
A. Betular, Francisco Olazar, R. Pepe; Zoilo Canaveri, Alberto Ohaco, A.
Marcovecchio, Juan Hospital y F. Taggino. Como puede observarse, Racing fue el
primer equipo que no presentó en su formación jugadores de apellidos de origen
inglés. Ese mismo año se registró la visita del Torino de Italia, que perdió
contra Argentinos Juniors por 2 a 1, ante Racing por 1 a 0 y venció a Liga
Argentina por 2 a 0.
La Guerra Mundial puso un paréntesis en la visita de equipos europeos hasta 1922, cuando arribó el conjunto de la Federación Guipuzcoana -se los llamaba “los vascos”- que perdió en cancha de Sportivo Barracas por 4 a 0 ante el local. Esta presentación había despertado mucho interés entre los aficionados argentinos, y los dirigentes, para salvar el costo de la contratación, procuraron evitarles a los vascos otras derrotas: ante un equipo de Porteños empataron sin goles y luego, vencieron a un combinado de inferiores de conjuntos del interior por 4 a 0, pero Rosario Central lo derrotó por 6 a 0. También en 1922 llegó un combinado checoslovaco que, contra Argentinos Juniors, empató tres veces 1 a 1 y en el siguiente partido igualó 3 a 3. Al año siguiente arribó el equipo escocés Third Lanark, que perdió contra la selección de la zona Norte por 1 a 0, venció a uno de la zona Sur por 3 a 1, igualó 1 a 1 con Argentinos Juniors e Independiente lo derrotó por 2 a 1. Contra un combinado de la Provincia de Buenos Aires ganaron los europeos por 3 a 2 y finalmente, igualaron 1 a 1 ante un combinado argentino-uruguayo.
En 1924 llegó el equipo inglés Plymouth Argyle, que perdió 6 a 0 y 3 a 0 con una selección de argentinos, igualó con una de rosarinos 0 a 0 y 1 a 1, con Boca Júniors empató 0 a 0 y ganó su único partido por 1 a 0 ante Argentinos Juniors, aunque en la revancha se impuso el local 1 a 0. En 1926 vino el Real Deportivo Español que venció al equipo de zona Norte por 1 a 0, empató con zona Sur 1 a 1, e igualó con Boca Juniors sin goles. Al año siguiente arribó el Real Madrid que empató con Argentinos Juniors 0 a 0 y perdió el segundo partido por 3 a 2. El Celta de Vigo llegó en 1928 y le ganó a Argentinos Juniors por 1 a 0, pero luego el rival tomó revancha y venció en los dos partidos siguientes por 8 a 0 y 3 a 0. En 1928 vino el Motherwell, equipo de la primera división del campeonato escocés, que perdió contra Capital por 1 a 0, ante Provincia por 2 a 1 y otra vez con Capital por 3 a 2. Capital formó con: Crocce; Omar, Recanattini; Bartolucci, Chalu, Arico Suárez; Peucelle, Spósito, Maglio, Marassi y Cruz. Spósito convirtió el único gol del primer partido y en el segundo marcaron Maglio, Spósito y Marassi. Provincia jugó con: Bottasso; Della Torre, Nery; Manfrin, Dañil, Alonso; Sandoval, Arrillaga, Barañano, Seoane y Morgada.
En cancha de Independiente los escoceses derrotaron a la Liga Rosarina por 4 a 3. El equipo local formó con: Nuin; J. González, Bearzotti; Tornati, J. López, Conti; Peruch, Bussolini, Gabino Sosa, Indaco y Morosano. El Motherwell derrotó luego a un combinado de la Asociación local por 3 a 0 en partido jugado en cancha de Boca; otros dos éxitos lograron después los escoceses: ante un combinado argentino-uruguayo por 3 a 0 y contra un equipo de Ligas del interior por 4 a 1. Finalmente, el último partido del Motherwell fue contra Boca Jrs. Ganaron los argentinos por 2 a 0. Otros equipos visitantes en 1929 fueron el inglés Chelsea, los italianos Torino y Bologna y el húngaro Ferencvaros, hasta que en 1931 se produjo el nacimiento del fútbol profesional en la Argentina.
La Guerra Mundial puso un paréntesis en la visita de equipos europeos hasta 1922, cuando arribó el conjunto de la Federación Guipuzcoana -se los llamaba “los vascos”- que perdió en cancha de Sportivo Barracas por 4 a 0 ante el local. Esta presentación había despertado mucho interés entre los aficionados argentinos, y los dirigentes, para salvar el costo de la contratación, procuraron evitarles a los vascos otras derrotas: ante un equipo de Porteños empataron sin goles y luego, vencieron a un combinado de inferiores de conjuntos del interior por 4 a 0, pero Rosario Central lo derrotó por 6 a 0. También en 1922 llegó un combinado checoslovaco que, contra Argentinos Juniors, empató tres veces 1 a 1 y en el siguiente partido igualó 3 a 3. Al año siguiente arribó el equipo escocés Third Lanark, que perdió contra la selección de la zona Norte por 1 a 0, venció a uno de la zona Sur por 3 a 1, igualó 1 a 1 con Argentinos Juniors e Independiente lo derrotó por 2 a 1. Contra un combinado de la Provincia de Buenos Aires ganaron los europeos por 3 a 2 y finalmente, igualaron 1 a 1 ante un combinado argentino-uruguayo.
En 1924 llegó el equipo inglés Plymouth Argyle, que perdió 6 a 0 y 3 a 0 con una selección de argentinos, igualó con una de rosarinos 0 a 0 y 1 a 1, con Boca Júniors empató 0 a 0 y ganó su único partido por 1 a 0 ante Argentinos Juniors, aunque en la revancha se impuso el local 1 a 0. En 1926 vino el Real Deportivo Español que venció al equipo de zona Norte por 1 a 0, empató con zona Sur 1 a 1, e igualó con Boca Juniors sin goles. Al año siguiente arribó el Real Madrid que empató con Argentinos Juniors 0 a 0 y perdió el segundo partido por 3 a 2. El Celta de Vigo llegó en 1928 y le ganó a Argentinos Juniors por 1 a 0, pero luego el rival tomó revancha y venció en los dos partidos siguientes por 8 a 0 y 3 a 0. En 1928 vino el Motherwell, equipo de la primera división del campeonato escocés, que perdió contra Capital por 1 a 0, ante Provincia por 2 a 1 y otra vez con Capital por 3 a 2. Capital formó con: Crocce; Omar, Recanattini; Bartolucci, Chalu, Arico Suárez; Peucelle, Spósito, Maglio, Marassi y Cruz. Spósito convirtió el único gol del primer partido y en el segundo marcaron Maglio, Spósito y Marassi. Provincia jugó con: Bottasso; Della Torre, Nery; Manfrin, Dañil, Alonso; Sandoval, Arrillaga, Barañano, Seoane y Morgada.
En cancha de Independiente los escoceses derrotaron a la Liga Rosarina por 4 a 3. El equipo local formó con: Nuin; J. González, Bearzotti; Tornati, J. López, Conti; Peruch, Bussolini, Gabino Sosa, Indaco y Morosano. El Motherwell derrotó luego a un combinado de la Asociación local por 3 a 0 en partido jugado en cancha de Boca; otros dos éxitos lograron después los escoceses: ante un combinado argentino-uruguayo por 3 a 0 y contra un equipo de Ligas del interior por 4 a 1. Finalmente, el último partido del Motherwell fue contra Boca Jrs. Ganaron los argentinos por 2 a 0. Otros equipos visitantes en 1929 fueron el inglés Chelsea, los italianos Torino y Bologna y el húngaro Ferencvaros, hasta que en 1931 se produjo el nacimiento del fútbol profesional en la Argentina.