16 de septiembre de 2007

Victorine Meurent, de modelo y pintora impresionista a acomodadora en un teatro

Victorine Louise Meurent nació en París el 18 de febrero de 1844. Era la hija de un artesano grabador y es conocida por haber sido la modelo a la cual recurrió con más frecuencia el pintor francés Édouard Manet (1832-1883), aunque ella misma realizó algunos cuadros que expuso en el Salón de París, de los que, hasta el presente, sólo uno ha sido hallado 
-“Le Jour des Rameaux” (El Domingo de Ramos)- el cual se cree que fue pintado hacia 1880 y se exhibe en el Musée Municipal d'Art et d'Histoire de Colombes, su comuna adoptiva.
Victorine comenzó a posar a la edad de dieciséis años para el pintor, academicista y profesor de pintura francés Thomas Couture (1815-1879), mientras se ganaba la vida como cantante en varios café concerts de ambiente intelectual de París. En 1862, cuando aún era un joven aprendiz de pintor, Manet la conoció en el taller del artista belga Alfred Stevens (1823-1906). Y fue precisamente allí donde pintaría la primera obra en la que apareció Victorine: “La chanteuse de rue” (La cantante callejera).
Manet subyugado por la belleza fresca y un poco insolente de Victorine la hizo prontamente su modelo preferida, especialmente para los desnudos. Así, posó para él en varias ocasiones. Lo hizo por ejemplo en “Déjeuner sur l'herbe” (Almuerzo sobre la hierba), en “La nymphe surprise” (La ninfa sorprendida) y en “Olympia” (Olimpia). Cuando Manet presentó este último cuadro en el Salón de París de 1865, esperaba poder venderlo, pero fue objeto de burlas y el escándalo que provocó lo relegó a un lugar donde no lo veía casi nadie. 


El cuadro muestra a Victorine tendida desnuda en un sofá mientras una sirvienta negra le ofrece un ramo de flores. Algo similar le había ocurrido dos años antes cuando exhibió en el Salon des Refusés la primera de estas obras mencionadas. Según un artículo aparecido en el diario “The Guardian”, “la respuesta del público ante el cuadro varió desde la risa hasta la violencia absoluta. Más de un visitante expresó su indignación golpeando la imagen con un palo”.


Seguramente las obras en que Victorine se hizo más famosa fueron en las que posó desnuda para Manet, sin embargo éste la utilizó como modelo en otras de sus muchas pinturas. Es el caso de “La femme au perroquet” (La dama con un loro), “La joueuse de guitare” (La guitarrista), “Le chemin de fer” (El ferrocarril), “Portrait de Victorine Meurent” (Retrato de Victorine Meurent), “La partie de croquet” (El juego de croquet) y “Victorine Meurent en costume d'espada” (Victorine Meurent en traje de torero).


Pero Victorine no fue sólo la modelo de Manet, otros artistas de la época también la plasmaron en sus lienzos, entre ellos Alfred Stevens (1823-1906) en “Le sphinx parisien” (La esfinge parisina), Étienne Leroy (1828-1876) en “Admiratrice dans l'atelier” (Admiradora en el estudio), Edgar Degas (1834-1917) en “Monsieur et madame Édouard Manet” (Édouard Manet y su mujer). También modeló para los artistas franceses  Norbert Goeneutte (1854-1894) y Henri Toulouse Lautrec (1864-1901).


Hacia 1870 Victorine decidió que ya era tiempo de dar rienda a su gran pasión, la pintura. Desde hacía un tiempo, a la par de su profesión de modelo, asistía a las clases nocturnas de la Academie Julian, una escuela de pintura y escultura fundada en París en 1866 por el pintor francés Rodolphe Julian (1839-1907) y su esposa, la pintora española Amélie Beaury Saurel (1849-1924). Luego, en 1875, comenzó a estudiar en el taller del mencionado retratista Étienne Leroy, y al año siguiente presentaría su primera obra en el Salón de París. En 1893 logró exponer en el Palais de l’Industrie y, diez años después logró entrar en la Société des artistes français que la becó dos veces. Sin embargo nunca fue reconocida por sus méritos artísticos.


De todas maneras, vivir de su arte no le resultó sencillo. Para ganarse la vida daba clases de música. La guitarra y el violín eran los instrumentos que dominaba, pero así y todo, sus ingresos a duras penas le alcanzaban para cubrir sus gastos. Por esa razón, llevando una carta en la que Manet le había prometido una parte de los beneficios de la venta de sus obras en las que ella había sido su modelo, se presentó a su viuda, la pianista y también modelo Suzanne Leenhoff (1829-1906) pidiéndole ayuda, pero le fue rechazada. Más adelante, los antes citados Toulouse Lautrec y Leroy le prestaron el dinero para comprar un puesto de acomodadora en un teatro.


Seguramente víctima de los prejuicios de su época, a menudo fue tachada de borracha y prostituta. Cualquier mujer que accediera a posar desnuda hubiera sido cuestionada. En 1992, la historiadora del arte Eunice Lipton (1941) doctorada en el Institute of Fine Arts of New York University (Instituto de Bellas Artes de la Universidad de Nueva York), publicó “Alias Olympia” un ensayo en el que procuró borrar de la historia la capa de mentiras y todos los rumores degradantes que se difundieron sobre Victorine aun después de su muerte. Para la historiadora estadounidense, la influencia de esta modelo y pintora en la historia del arte fue relativizada u ocultada.


En 1906, Victorine vendió su puesto en el teatro y se retiró a vivir con la ex-acomodadora y profesora de piano Marie Dufour (1861-1930) en el suburbio parisino de Colombes. Poco se sabe sobre los últimos años de su vida. En los registros del censo realizado por entonces, en la columna dedicada a la profesión u ocupación, Victorine se identificó como “artista”. Allí falleció el 17 de marzo de 1927 a los 83 años. Tras su muerte, sus obras fueron vendidas a precios irrisorios y todas sus pertenencias, incluido su violín, fueron quemadas en una hoguera en 1930 cuando se desalojó para su venta la casa donde vivió.