William Faulkner (su verdadero apellido era
Falkner, el que cambió por motivos comerciales) nació en New Albany
(Mississippi) el 25 de septiembre de 1897 y es uno de los novelistas
estadounidenses más importantes del siglo XX, famoso por sus cerca de veinte
novelas en las que retrata el conflicto trágico entre el viejo y el nuevo sur
de su país. Fue el mayor de cuatro hermanos de una familia tradicional sureña y
creció en las cercanías de Oxford, lugar al que se trasladó la familia en 1902.
En 1915 abandonó el colegio, que detestaba, para
trabajar en el banco de su abuelo. Durante la Primera Guerra Mundial se
incorporó a las fuerzas aéreas de Canadá sin llegar nunca a entrar en
acción. A su regreso ingresó como veterano en la Universidad de Mississippi,
que pronto abandonó para dedicarse a escribir viviendo de trabajos ocasionales.
En 1925 viajó a Nueva Orleans donde trabajó como periodista y conoció al
cuentista estadounidense Sherwood Anderson (1876-1941), quien le ayudó a
encontrar un editor para su primera novela, "Soldiers' pay" (La paga de
los soldados) en 1926, y lo convenció para que escribiera acerca de la gente y
los lugares que conocía mejor. Esta novela narra la historia de un soldado
joven que vuelve a casa después de la Guerra, inválido física y mentalmente, y
cómo su enfermedad y posterior muerte afectan a su familia y amigos.
Después de un breve viaje por Europa volvió a
casa y comenzó a escribir su serie de novelas barrocas e inquietantes,
ambientadas en el condado ficticio de Yoknapatawpha (inspirado en el condado de
Lafayette, Mississippi), habitándolo con sus propios antepasados, indios,
negros, oscuros ermitaños provincianos y groseros blancos pobres. En la primera
de estas novelas, "Sartoris" (1929), caracterizó al coronel Sartoris
como su propio bisabuelo, William Cuthbert Falkner, soldado, político,
constructor ferroviario y escritor. El año 1929 fue crucial para Faulkner:
publicó "The sound and the fury" (El sonido y la furia), novela que confirmó su
madurez como escritor y se casó con el amor de su infancia, Estelle Oldham,
decidiendo establecer su casa y fijar su residencia literaria en el pequeño
pueblo de Oxford.
Aunque sus libros recibieron buenas críticas,
sólo se vendió bien "Sanctuary” (Santuario) de 1931. A pesar de la
brutalidad de la novela -trata de una horrible violación- su tema es la
corrupción y la fuerza demoledora de la desilusión. Gracias al éxito del libro
encontró trabajo, bastante más lucrativo, como guionista de Hollywood, lo que
por un tiempo le liberó de escribir las novelas que su poderosa imaginación le
dictaba pero no de su adicción al alcohol.
Consultado sobre cuál sería el medio más
favorable para que un escritor desarrolle su arte, contestó: "El arte no
se preocupa mucho por el medio. Poco importa el lugar. Por mi parte, el mejor
empleo que me hayan ofrecido nunca fue el de encargado de un burdel. A mi
parecer, es el medio ideal para el trabajo de un artista. Allí goza de una
independencia material completa. Está libre del temor y del hambre. Tiene un
techo sobre la cabeza y nada que hacer fuera de una contabilidad elemental y
el depósito mensual de coimas en la policía local. Por la mañana, la casa está
en calma. Por la noche, si tiene ganas de distraerse, puede mezclarse con las
numerosas visitas. Su empleo lo pone en un nivel envidiable para la compañía
que frecuenta. No tiene nada que hacer porque la Madama se ocupa de las
entradas de dinero. La casa está habitada sólo por mujeres que son corteses
con él y lo tratan de señor. Los contrabandistas del barrio hacen otro tanto.
Y puede permitirse tratar a los policías por su nombre de pila. De modo que
creo que el único medio que el artista necesita es aquél que le ofrece más
paz, más soledad y más placer a un precio razonable. Un medio inadecuado sólo
tendrá por efecto enervarlo y hacerle perder tiempo, al frustrarlo o irritarlo.
La experiencia me ha demostrado que lo único que necesitaba para trabajar era
papel, tabaco, alimentos y un poco de whisky".
Sus logros fueron reconocidos internacionalmente
en 1949 al concedérsele el Premio Nobel de Literatura. Continuó escribiendo,
tanto novelas como cuentos, hasta su muerte en Oxford, el 6 de julio de 1962.
Entre sus obras principales se encuentran "As I lay dying" (Mientras
agonizo, 1930), "Light in august" (Luz de agosto, 1932), "Absalom,
Absalom!" (¡Absalon, Absalon!, 1936), "The unvanquished" (Los invictos, 1938),
"The hamlet" (El villorrio, 1940), "Go down, Moses" (Desciende
Moisés, 1942), "Intruder in the dust" (Intruso en el polvo, 1948), "Requiem
for a nun" (Requiem para una monja, 1951), "A fable" (Una fábula, 1954)
ganadora del Premio Pulitzer, "The town" (La ciudad, 1957), "The
mansión" (La mansión, 1959) y "The reivers" (Los rateros, 1962) también
ganadora de un Premio Pulitzer.
Está
considerado uno de los creadores de ficción más monumentales de la historia de
la literatura y su influencia puede rastrearse en autores posteriores como
Onetti, García Márquez, Carpentier y Cortázar. Aquel que se definía a sí mismo
como “un granjero que cuenta historias” casi nunca logró que su talento
brillara. No obstante firmó ocho libretos cinematográficos, entre ellos cinco
para el gran Howard Hawks (1896-1977)
y uno para el maestro francés Jean Renoir (1894-1979).