22 de septiembre de 2007

William Faulkner, un burdel y un poco de whisky


William Faulkner (su verdadero apellido era Falkner, el que cambió por motivos comerciales) nació en New Albany (Mississippi) el 25 de septiembre de 1897 y es uno de los novelistas estadounidenses más importantes del siglo XX, famoso por sus cerca de veinte novelas en las que retrata el conflicto trágico entre el viejo y el nuevo sur de su país. Fue el mayor de cuatro hermanos de una familia tradicional sureña y creció en las cercanías de Oxford, lugar al que se trasladó la familia en 1902.
En 1915 abandonó el colegio, que detestaba, para trabajar en el banco de su abuelo. Durante la Primera Guerra Mundial se incorporó a las fuerzas aéreas de Canadá sin llegar nunca a entrar en acción. A su regreso ingresó como veterano en la Universidad de Mississippi, que pronto abandonó para dedicarse a escribir viviendo de trabajos ocasionales. En 1925 viajó a Nueva Orleans donde trabajó como periodista y conoció al cuentista estadounidense Sherwood Anderson (1876-1941), quien le ayudó a encontrar un editor para su primera novela, "Soldiers' pay" (La paga de los soldados) en 1926, y lo convenció para que escribiera acerca de la gente y los lugares que conocía mejor. Esta novela narra la historia de un soldado joven que vuelve a casa después de la Guerra, inválido física y mentalmente, y cómo su enfermedad y posterior muerte afectan a su familia y amigos.
Después de un breve viaje por Europa volvió a casa y comenzó a escribir su serie de novelas barrocas e inquietantes, ambientadas en el condado ficticio de Yoknapatawpha (inspirado en el condado de Lafayette, Mississippi), habitándolo con sus propios antepasados, indios, negros, oscuros ermitaños provincianos y groseros blancos pobres. En la primera de estas novelas, "Sartoris" (1929), caracterizó al coronel Sartoris como su propio bisabuelo, William Cuthbert Falkner, soldado, político, constructor ferroviario y escritor. El año 1929 fue crucial para Faulkner: publicó "The sound and the fury" (El sonido y la furia), novela que confirmó su madurez como escritor y se casó con el amor de su infancia, Estelle Oldham, decidiendo establecer su casa y fijar su residencia literaria en el pequeño pueblo de Oxford.
Aunque sus libros recibieron buenas críticas, sólo se vendió bien "Sanctuary” (Santuario) de 1931. A pesar de la brutalidad de la novela -trata de una horrible violación- su tema es la corrupción y la fuerza demoledora de la desilusión. Gracias al éxito del libro encontró trabajo, bastante más lucrativo, como guionista de Hollywood, lo que por un tiempo le liberó de escribir las novelas que su poderosa imaginación le dictaba pero no de su adicción al alcohol.


Consultado sobre cuál sería el me­dio más favorable para que un escritor desarrolle su arte, contestó: "El arte no se preocupa mucho por el medio. Poco importa el lugar. Por mi parte, el mejor empleo que me hayan ofrecido nunca fue el de encargado de un burdel. A mi parecer, es el medio ideal para el tra­bajo de un artista. Allí go­za de una independencia material completa. Está libre del temor y del ham­bre. Tiene un techo sobre la cabeza y nada que hacer fuera de una contabili­dad elemental y el depósito mensual de coimas en la policía local. Por la ma­ñana, la casa está en cal­ma. Por la noche, si tiene ganas de distraerse, pue­de mezclarse con las nu­merosas visitas. Su em­pleo lo pone en un nivel envidiable para la compañía que frecuenta. No tie­ne nada que hacer porque la Madama se ocupa de las entradas de dinero. La casa está habitada sólo por mujeres que son cor­teses con él y lo tratan de señor. Los contrabandis­tas del barrio hacen otro tanto. Y puede permitirse tratar a los policías por su nombre de pila. De modo que creo que el único medio que el ar­tista necesita es aquél que le ofrece más paz, más soledad y más placer a un precio razonable. Un me­dio inadecuado sólo ten­drá por efecto enervarlo y hacerle perder tiempo, al frustrarlo o irritarlo. La experiencia me ha demostrado que lo único que necesitaba para tra­bajar era papel, tabaco, alimentos y un poco de whisky".
Sus logros fueron reconocidos internacionalmente en 1949 al concedérsele el Premio Nobel de Literatura. Continuó escribiendo, tanto novelas como cuentos, hasta su muerte en Oxford, el 6 de julio de 1962. Entre sus obras principales se encuentran "As I lay dying" (Mientras agonizo, 1930), "Light in august" (Luz de agosto, 1932), "Absalom, Absalom!" (¡Absalon, Absalon!, 1936), "The unvanquished" (Los invictos, 1938), "The hamlet" (El villorrio, 1940), "Go down, Moses" (Desciende Moisés, 1942), "Intruder in the dust" (Intruso en el polvo, 1948), "Requiem for a nun" (Requiem para una monja, 1951), "A fable" (Una fábula, 1954) ganadora del Premio Pulitzer, "The town" (La ciudad, 1957), "The mansión" (La mansión, 1959) y "The reivers" (Los rateros, 1962) también ganadora de un Premio Pulitzer.


Está considerado uno de los creadores de ficción más monumentales de la historia de la literatura y su influencia puede rastrearse en autores posteriores como Onetti, García Márquez, Carpentier y Cortázar. Aquel que se definía a sí mismo como “un granjero que cuenta historias” casi nunca logró que su talento brillara. No obstante firmó ocho libretos cinematográficos, entre ellos cinco para el gran Howard Hawks (1896-1977) y uno para el maestro francés Jean Renoir (1894-1979).